"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 29 de septiembre de 2017

De aquellos polvos, estos lodos

De un artículo de Jorge de Esteban,  que hay que leer entero, saco estos dos párrafos imprescindibles:

El ex presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos, Earn Warren, en una conferencia en 1962 sobre James Madison, manifestó que "los padres fundadores de la Constitución se aseguraron de que el Gobierno federal tuviera el poder necesario para gobernar". Aserto que cobra más fuerza aún en un país extremadamente descentralizado como es el norteamericano, en el que rige la llamada "cláusula de supremacía", desarrollada en el artículo VI de la Norma Fundamental. Este artículo, que debe recordarse especialmente en la hora actual española, dice así: "Esta Constitución y las leyes de los Estados Unidos que se expidan con arreglo a ella, y todos los tratados celebrados o que se celebren bajo la autoridad de los Estados Unidos, serán la suprema ley del país y los jueces de cada Estado estarán obligados a observarlos, aun cuando se encuentre en la Constitución o en las leyes de cualquier Estado alguna disposición que lo contradiga". 

En definitiva, los constituyentes americanos estaban adoptando avant la lettre el principio de jerarquía normativa desarrollado por Kelsen, base de todo régimen auténticamente constitucional. Principio éste que adquiere su máximo rigor sobre todo en los Estados descentralizados. No es extraño, por tanto, que un prestigioso constitucionalista americano haya escrito que "por medio de la cláusula de supremacía, los constituyentes norteamericanos evitaron que el Gobierno federal se convirtiera en un subordinado de los Estados miembros de la misma manera que habían destruido la eficacia de la Confederación original". Y, más adelante, insiste en que "la cláusula de supremacía puede considerarse rigurosamente como la clave de bóveda de la Constitución. Sin ella, no cabría ningún verdadero sistema federal, sino únicamente una débil unión moral entre los diversos Estados. En otras palabras -añade-, quítese esta especial pieza y la maquinaria federal se caería hecha pedazos".

Pues bien, si traigo a colación estas reflexiones americanas es porque aquí se encuentra la clave fundamental para entender lo que está sucediendo en Cataluña, o mejor dicho, en la España actual. En efecto, nuestra Constitución no adoptó este principio esencial de manera radical, tal como sucede en Estados Unidos, sino que todo lo más aceptó una "pseudocláusula de supremacía" insuficiente y vergonzante, pues en su artículo 149.3 dice que: "La competencia sobre las materias que no se hayan asumido por los Estatutos de autonomía corresponderá al Estado, cuyas normas prevalecerán, en caso de conflicto, sobre las de las comunidades autónomas en todo lo que no esté atribuido a la exclusiva competencia de estas". Luego la Constitución no está siempre por encima de los Estatutos.

En suma, la Constitución española es ambigua, y si algo hay es el principio de subsidariedad del gobierno central frente al autonómico, como si hubiera una armonía predeterminada entre uno y otro, y no el conflicto latente que hemos sufrido al menos desde la I República española. 

3 comentarios:

Enrique dijo...

Puede ser,pero la ley elegida por todos,ha de acatarse. Si se quiere cambiar,ha de ser con todos. No hay más.

Este brillante artículo denota un cierto derrotismo y determinismo. "Claro,como el texto constitucional no es rotundo,les dejamos la puerta abierta" "Es que no sabemos,tenemos la culpa,los americanos si que saben"

¿Podría haber sido más rotundo y menos ambigüo el texto constitucional? Si, pero es lo suficientemente coercitivo? También.

La duda es sana,pero la inseguridad constante,no lo es.

Un contrato de cualquier índole no se puede rescindir unilateralmente a no ser que concurran ciertos supuestos. Y no se dan.

Vamos a tener más confianza en nosotros mismos como país y un poco más de responsabilidad hacia nuestros conciudadanos, países vecinos y generaciones venideras

www.MiguelNavascues.com dijo...

Enrique, seguro que tienes razón, pero hay un muchos de voluntarismo en tu postura. Yo a mi alrededor no veo ese impulso "vamos a tener más confianza en los demás". Lo que veo es lo de siempre, que quieren que les den las cosas solucionadas, así que a esperar el 2-O y ya está, pase lo que pase. No hay que confundir deseo con realidades, lo debebetia ser con lo que es.
Desde luego que debemos usar lo que tenemos con sus defectos, pero resulta que sin esos defectos quizás no hubiéramos llegado a esto.

Anónimo dijo...

Yo hablo simple y llanamente de aplicar la ley. No de un “tal vez” como dice el artículo. Y de haberla aplicado antes, para que no eche raíces el movimiento independentista, para no acrecentar odios, ni crear precedentes de ilegalidad. No es tan difícil. Como dice Valls hoy en su entrevista en Francia se invalidaría el referendum. Y en USA,no digamos. Aquí medias tintas y tibieza,porque nos da miedo aplicar la ley a ver si se incomodan los catalanes y los radicales.