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El primero fue la vieja Inglaterra, en la que desde 1212 había estado peleando el parlamento con La Corona para robarle poderes al rey. La lucha acabó en 1687, creo, cuando un lío de sucesión acabó con el pretendiente de casa de Orange en el trono, y se decidió que el Parliement compartiría la soberanía con el rey, al que le quedarían muy pocos poderes fuera de lo que le permitiera la cámara baja. Este modelo con una segunda cámara fue el que Europa intentó copiar con mejor o peor fortuna, pero antes, en 1776, EEUU logró su independencia, y desde el principio intentó aliarse con las nuevas formas de gobierno, lo que fue fácil porque los antiguos colonos siempre habían fundado sus colonias solemnemente- constitucionalmente- con pactos para la elecciomes de cargos.
EEUU pasó a ser el modelo a seguir, pero pronto se demostró que el modelo no se podía aplica con éxito en cualquier sociedad. Ejemplo, la constitución mexicana, copia de la de EEUU, dio origen a guerras civiles incesantes.
La Transición nos ha dejado un legado horroroso que permite a Rufianes, Icetas y Coláus colarse por los intersticios del sistema y ser representantes nuestros.
Así no vamos a ninguna parte.
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