"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 5 de diciembre de 2017

Socialismo nacionalista

Hace unos días, en “Socialismo podrido”, llamaba tal a la práctica de Iceta de patinar por todas las pistas del circo político catalán, a ser posible mejor en las independentistas. Iceta tiene un amplísimo concepto de las legalidades y de su ideología. Lo mismo le da ser presidente de la República catalana que presidente de la Autonomía - ampliada fiscalmente, se entiende - catalana. Santiago González nos hace una demostración con nombres y apellidos de la elasticidad de estos patinadores bailarines, que no me resisto a citar: 

Es dudoso que pueda considerarse al PSC un partido constitucionalista. los socialistas catalanes y los nacionalistas son vasos comunicantes. Ahí tienen a Ramón Espadaler, el consejero de Interior de Artur Mas que puso en marcha la consulta ilegal del 9-N de 2014 y ahora va de tercero en la lista que encabeza Iceta. No tendrían un puesto adecuado para él. Pero son más los que han hecho el viaje inverso: Ferran Mascarell, consejero de Cultura de Maragall, acabó como delegado de Puigdemont en Madrid, hasta su destitución por el 155.

El alcalde de Gimenells, Dante Pérez, se ha salido del PSC para ir como número dos del PP en Lérida, pero son más los que se mueven hacia el lado oscuro y se han descubierto independentistas. No son xarnegos fascinats, sino la vieja oligarquía socialista. Ahí tienen a Ernest Maragall, que de consejero de su hermano pasó a ser candidato de Esquerra Republicana a las europeas de 2014. También se llevó a Pasqual a las manifestaciones de la ANC, aunque para entonces la enfermedad del ex puede que menoscabara su equilibrio intelectual y quizá no fuera prudente apurar las conclusiones.

También reclamó su derecho a decidir Joan Majó, ministro de Felipe, que no acepta el 155 y ha devuelto el carné para coincidir con unos tipos que sí lo aceptan, aunque solo para salir de la cárcel. ¿Se acuerdan ustedes de Montserrat Tura, consejera de Interior con Maragall? Dio la campanada aquel día que se plantó en el macroprostíbulo de La Jonquera para inspeccionar personalmente los cuchitriles y las sábanas sobre las que se practicaba el sexo mercenario. Duran i Lleida, que no era amante de fantasías, dijo entonces que el PSC había convertido a "Catalunya en el prostíbulo de Europa del sur". Puede que ahora se haya vuelto más liberal de costumbres porque va a votarles.

Con Tura también abandonó el partido en 2015 Joaquim Nadal, consejero con Maragall y con Montilla y también Antoni Castells, compañero en el Govern desde 2003 a 2010. Teresa Pallarés, que fue alcaldesa de Reus, abandonó el PSC por la lista de Puigdemont, Juntos por Cataluña, que también son ganas.

Son algunos ejemplos. El PSC ha sido una fábrica de independentistas, empezando por sus propios dirigentes. Son tan partidarios de la autodeterminación que han empezado por plantearla a su partido.

Volvemos a una reformulación de la sociovergencia, dicen, y tal vez sea cierto. "Volvemos a la casilla de salida", había dicho esa surrealista criatura que será la candidata de Esquerra, según anunció Junqueras, pero es probable que ella solo estuviera pensando en el juego de la oca.

No es que el resto del PSOE sea una cosa ejemplar. En Valencia, directamente han asumido los dos papeles, el nacionalista y el españolista, según de donde venga el viento. En poco tiempo habrá que aplicar el 155. 
Llámenlo puertas giratorias catalanas, pero piensen que los votos de PdCat son convertibles, y viceversa, en votos PSC. Todo esto refuerza y hace robusto el tronco secesionista, naturalmente. 
Yo soy escéptico que de las elecciones salga algo positivo, definitivo. 

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