De un artículo de Rallo llego a éste, de Leandro de la Escosura (https://voxeu.org/article/long-run-perspective-productivity-slowdown-spain-1850), una visión de largo alcance sobre el crecimiento de la economía española y factores contributivos. Es impresionante como las venturas y desventuras económicas acompañan a la historia de España.
Concretamente, la gran alza de productividad de 1950 a 1985 no pueden llamar a engaño sobre el decisivo contexto político para la economía de aquellas décadas, de mayor crecimiento de la Productividad de Total Factores. Este concepto hace referencia a la productividad residual, es decir a la que no se debe cantidades de capital y trabajo, lo que hace que la productividad por persona crezca significativamente más que con las meras cantidades de factores se obtendría. La productividad residual es la cualitativa, inmedible, que hace que el futuro en todos los órdenes sea mejor. El autor Leandro de la Escosura ofrece el análisis siguiente (Traductor Google):
Una mirada más cercana a la evolución de la PTF también nos permite distinguir varias fases diferentes,o con ciclos de expansiones de la PTF seguidos por períodos de tasas de crecimiento de la PTF lentas o negativas. La PTF contribuyó a cerca de la mitad del crecimiento de la productividad laboral, pero con tasas de crecimiento bastante modestas de 1850 a 1892. Esos años estuvieron marcados por la apertura y la modernización, incluida la introducción de ferrocarriles y otras tecnologías industriales extranjeras. Este ciclo fue seguido por un período de crecimiento de la productividad más lento que se prolongó hasta el final de la Primera Guerra Mundial, con tasas negativas de PTF. La década de 1920 experimentó un sólido crecimiento de la productividad laboral al que la PTF contribuyó entre la mitad y dos tercios y las tasas de crecimiento de la PTF superaron el 2% anual. El sector manufacturero se expandió vigorosamente durante este ciclo gracias a la adopción de la electricidad y otras innovaciones importadas. Esta expansión se detuvo abruptamente con la Gran Depresión y la Guerra Civil Española. Los primeros años de la dictadura de Franco vieron un lento regreso a los niveles anteriores, pero la recuperación tomó más tiempo que en otros países europeos. Hasta este momento, el capital humano había contribuido solo marginalmente a las ganancias de la productividad laboral. Figura 2 Productividad total de los factores: estimada con la calidad del trabajo basada en los ingresos y la educación (2010 = 100) (registros)
La situación cambió drásticamente durante la Era Dorada (1954-85), en la que la producción por hora trabajada creció excepcionalmente rápido (5,7%). Las ganancias de eficiencia contribuyeron a casi la mitad de su crecimiento y el capital físico representó otras dos quintas partes (Figura 2). Las tasas de crecimiento de la PTF fueron excepcionales, superando el 3% anual. En el período, el sector manufacturero español adoptó la producción en masa, así como una reasignación de la mano de obra de la agricultura a la industria y los servicios. Entre la adhesión de España a la UE (1985) y la víspera de la Crisis Global (2007), el crecimiento de la productividad laboral en realidad se redujo y la profundización del capital contribuyó con cuatro quintas partes. Durante los años de crisis (2008-2013), el capital impulsó la leve aceleración del crecimiento de la productividad laboral, mientras que el crecimiento de la PTF fue negativo. En la recuperación posterior a 2013, la PTF ha liderado un escaso crecimiento de la productividad laboral, ya que la contribución del capital se volvió negativa.
Es claro que esa estrategia funcionó. En un momento determinado el dictador decidió renunciar a su falaz diseño autárquico, de fatales resultados hasta los cincuenta, y giró hacia un modelo similar al que gran parte de Europa se orientó. Los únicos países quedan decidieron dar la espalda al Plan Marshall americano fueron los países comunistas, por razones que tienen que ver con la lógica del poder y su perduración en las mismas manos. Con resultados calamitosos, que todavía hay gente con aspiraciones de reeditar.
Si, como dice Daron Acemoglu & al,
las instituciones son las claves que explican el motivo de la riqueza y pobreza de las naciones, hay que reconocer que en aquellos años hubo instituciones que funcionaron y que ahora están desaparecidas o son fantasmales, por diversas y variadas razones que convergen en un resultado: España es hoy un Estado fallido.
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