"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 27 de febrero de 2022

El enemigo en casa

En la Primera Guerra Mundial, nuestro rey Alfonso XIII era germanófilo, mientras que su esposa la reina Victoria Eugenia era - lógicamente - anglófila y pro aliada. Eso explicar parte de sus desavenencias, agudizadas además porque la reina no había avisado al rey de la grave enfermedad que transmitió a sus hijos, la hemofilia, heredada de la sangre de la reina Victoria.
No debemos esperar mucho para que en la guerra actual Rusia-Ucrania nos salgan españoles partidarios de Putin. Ya lo han hecho los socios de gobierno Podemos, así como el inefable personaje JL Rodríguez Zapatero, como buena muestra de su representación de los intereses comunistas de Nicolás Maduro & al. Así, en la inminente reunión de la OTAN en España, podremos oír a una parte de gobierno estar a favor de Putin, mientras que la parte “oficial” estará  favor a Ucrania.
En la Primera Guerra Mundial España se dividió ferozmente en aliancistas y germanistas. Entre los primeros, una buena representación de los intelectuales de la generación del 98 (a la cabeza, Azorín), excepto Baroja, siempre tan peculiar. 
De los políticos destaca la figura de Romanones, tan aliadófilo que fue partidario de entrar en la guerra por este bando. Como siempre, España no entró, en parte por desdén de los países aliados, que no estimaban mucho el ejército español, en parte por desacuerdo entre los políticos españoles, en vigorosa lucha interna por imponerse unos a otros. 
Pero entonces a España le convenía, al menos económicamente, quedarse al margen, cosa que aprovechó convirtiéndose en uno de los principales suministradores de los países en Guerra. España creció económicamente. El rey Alfonso XIII intentó obtener para España un papel en la posguerra a través de la creación de un servicio sanitario pacifista, intermediario entre ambos contendientes. Pero no consiguió su objetivo: la presencia de España en La Paz de Paris. ¿Les suena verdad? Suena a los empeños de Sánchez de estar presente en las cumbres con protagonismo, pero no lo consigue. ¿Destino de España decadente, tras un Imperio universal, o anécdota sin más trascendencia? Yo creo más lo primero. Sánchez o Casado, casado o Núñez Feijóo, o Díaz Ayuso, España es débil porque los españoles pasamos. No tenemos entre nuestras prioridades problemas geoestratégico, aunque las consecuencias pueden ser nefastas. Uno se preocupan de si hay que comprar Oro, otros que si Bitcoin, en un alarde de oportunismo vergonzoso. Lamentablemente La Paz no se compra, porque el mercado está carísimo. Es lo que yo compraría, porque el sufrimiento de las víctimas se cierne sobre nosotros. 

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