"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 14 de noviembre de 2022

Democracia y economía

Si somos sinceros, debemos reconocer que en las de democracias, y más en España, se vota a ciegas. Hay una gran distancia entre lo que declaran los partidos, lo que llega al electorado a través de los medios y el ruido de Twitter & co, y cómo éste rumia la indigesta bola que le llega. Esto hace aconsejable a los partidos emitir consignas simples y digeribles, diseñadas por los asesores y engrosadas por los medios más afines. 
Así es difícil que la sutileza se imponga. Para empezar, nadie la intenta. 
Lo primero en caer la sensatez económica, que nunca se ha intentado que fuera una asignatura de el bachillerato. El anafalbetismo económico está garantizado. Lo que implica la absoluta falta de predicamento de los economistas. 
No pretendo que se enseñen modelos de alta precisión. Para comprar un coche no es necesario, ni mucho menos, entender de las complejidades de los más motores y caja de cambios automatizadas. La competencia entre marcas obliga a los fabricantes a una estrategia de comunicación dirigida al potencial comprador. Éste elige contando con eso y otras opiniones de especialistas. Por supuesto que no hay total trasparencia, pero al menos se encuentran elementos para hacer juicios. Además, hay un precio que al cliente le permiten hacer comparaciones aproximadas calidad-precio. 
En el mercado electoral no se dan tales recursos, porque no es mercado. Nunca habrá un precio, ni información no politizada, pero sí politizada y sesgada. 
Se “compra la mercancía a ciegas”.
Por lo tanto, no esperemos que los votos, luego filtrados por reglas como la ley D’hont, no sea una cuenta precisa de la próxima legislatura, de la que, por supuesto, debe esperarse que sus decisiones tendrán escasa relación con la propaganda de campaña. 
No quiero decir que sea preferible la dictadura a la democracia. Como decía Churchill, “La democracia es el peor sistema, exceptuando todos los demás”. 
Pero se pueden corregir mucho esas deficiencias evidentes, restando aspectos más deficientes. Lo primero sería enseñar cuestiones básicas de economía, que, aunque no se confiese, es el condicionante más importante a largo plazo. Se observa en todas las latitudes; por ejemplo, es clamorosa la ceguera con que la gente vota a gobiernos que se endeudan más allá de lo sensato, condicionado la vida de futuras generaciones, que se van a encontrar con unan menor capacidad financiera para proyectos productivos. 
Sería deseable que se supiera que el gasto público y la deuda son expectativas ciertas de futuro con problemas, entre otras cosas sencillas de asimilar. Y las expectativas de futuro condicionan las del presente, más cuanto más se avanza. 
Un ejemplo: Alemania es de los pocos países que han mantenido a raya su deuda pública, cumpliendo a rajatabla el límite de Maastricht. Esto se debe a que el votante alemán es muy consciente de que en el pasado hubo grandes deudas que causaron hiperinflación. Lo tiene en cuenta al votar. En España no.
Lamentablemente, la enseñanza cambia con cada legislatura, no para mejorarla, sino para ideologizarla sesgadamente. Eso es un hecho, no una opinión. El resultado de tal debilidad es que hemos tenido sucesivos gobiernos que han ido aumentando la deuda pública - la deuda de todos - sin que la mayoría ciudadana se hay dado cuenta, como si estuviera anestesia. las consecuencias vendrán tarde o temprano: subida de impuestos, y/o recortes de gasto, y posible reducción deuda vía tijeretazo a las pensiones futuros o incluso presentes. Eso no es lo peor: peor es eso seguido de un default traumático. No se acaban aquí los posibles horizontes. Podemos imaginar un coso límite de ruptura del euro, por endeudamiento de muchos países miembros. Pero con los primeros escenarios basta para educar a nuestros adocenados jóvenes...

2 comentarios:

Miguel E. dijo...

Yo discrepo. La gente lo sabe, pero le da igual. Ejemplos; los pensionistas saben que el sistema está quebrado y que hay que hacer recortes, pero que "recorten a los siguientes, que mantengan lo de los que ya estamos". Otro ejemplo; los sanitarios, que viven como nadie en comparación con el resto y aún así se quejan (ver huelga de la Comunidad de Madrid).

La gente intuye (y espera) que tanto PP como PSOE va a gastar sí o sí en sanidad, educación y pensiones aunque no se pueda pagar, pero se la pela. Las personas mayores (vivimos ya en una gerontocracia) sacrificaron las condiciones laborales de los jóvenes hace 10 años a sabiendas...y les da igual.

Los grupos de presión son muy poderosos en España.

www.MiguelNavascues.com dijo...

La gente NO tiene opiniones no sesgadas, sino inconsistentes espacial y temporalmente. Nadie ha protestado por la subida de las pensiones del 23. Creo ser uno de los pocos que saben que van a crear deuda insostenible. Yo lo que percibo cuando manifestaciones de las pensiones, berrean por que las suban, cuando es el el único segmento que no ha perdido capacidad adquisitiva. Ídem la manifestación de ayer, totalmente manipulada para que se cargue a a Madrid con un aumento del gasto. Claro que Ayuso es también inconsistente cuando baja alegremente los impuestos, porque sabe que al final se lo paga el Estado.
La inconsistencia temporal es uno de los graves problemas de la democracia. En la mayor parte de Europa ha llevado a votar aumentar los gastos sociales. Una aberración.