"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 28 de marzo de 2023

El hombre no tiene Naturaleza, sino Historia

Hace décadas, casi todos, inconscientemente, creíamos en el futuro. Lo veíamos como algo amable y seguro. Esa es la clave para que una sociedad se mantenga a medida que se suceden las generaciones. 
Lamentablemente, ese paso de las generaciones con el tiempo no es inocuo. Decía Ortega y Gasset que el relevo generacional tiene efectos irreversibles. “Pasan dos o tres generaciones, y todo han cambiado“. 
Los tiempos pasados sólo se recuperan por la traidora nostalgia, que deforma la imagen. No vale aplicar estas ensoñaciones a los tiempos presentes. Son otros tiempos, otras sensibilidades, otros valores. 
No me atrevo a analizar los valores de hoy, que desde luego, a primera vista, no me gustan. 
Quizás los analizo con la nostalgia inevitable, y esto no me permite ser objetivo. 
Pero sí creo, desde mi elevada edad que, objetivamente, puedo decir que antes, no sé hasta cuando - Quizás hasta el cambio de milenio -, había más optimismo frente el futuro, que no se rompía con los cambios generaciones. Ese optimismo, no hace mucho,  se transmitía de padres a hijos. Esa cadena se rompió... en la generación milenial, generación perdida. Lo malo es que la siguiente también está perdida. Y nosotros, los de pasado, quizás un poco responsables de lo que hoy ocurre, también sufrimos de ese roedor que es el descreimiento del futuro.
El futuro se hace realidad en la esperanza, en la mirada hacia adelante, en el optimismo irrazonable pero fundado. A nosotros nos educaron cartesianamente, como si con la razón podías alcanzar el paraíso. Pero esa Razón entronizada por Descartes - pionero de la Ilustración - fracasó estrepitosamente sin el sustento del sentido vital, quizás la creencia irracional en un mundo mejor. Ese mundo mejor se lo fabricaba cada uno como podía, con los mimbres que la vida ponía en sus manos. 
La razón es sólo la sierva devota que te da argumentos ad hoc para justificarte. Pero por sí misma no te da vida. Por el contrario, te la corroe tenazmente. Desde hace tiempo, se ha intentado imponer la sola razón como guía espiritual, y no ha llegado muy lejos, aparte de corroer toda creencia, religiosa o no, incluso la que fue pilar indiscutible para llegar hasta aquí. Eso lo dijeron muchos, como Shopenhauer, para quien el carácter era el destino,  la Voluntad la impulsora, y la razón mera sierva. Ortega y Gasset, que interpuso la “Razón Vital”, menos racional y más servidora de nuestra caída involuntaria en este mundo, en el que somos náufragos obligados a bracear, con escasos medios para no ahogarnos. El cúmulo de “razones vitales” para mantenerse a flote y llegar a la orilla (razón, deseo, ilusión, creencia...), eran más sólidas antes que ahora; se han ido asfixiando poco poco y se ha sustituido por baratijas. Baratijas tóxicas, letales, sin pies ni cabeza, que son la base de una nueva “cultura”, no sé si el canto del cisne de la nuestra. No creo que llegue muy lejos, después de llevarse por delante todos los signos de nuestra civilización. ¿Es este el periodo de liquidación final de una nave que salió de puerto hace algunos siglos?
No sé precisar exactamente cuantos. La nave se llama Civilización Occidental, algo muy despreciado, odiado, o perseguido, según las latitudes, en todo caso no reconocido, negada su paternidad de lo que llamamos Democracia, Libertad, y sus sucesoras. Creo, me han dicho, que todo comenzó a edificarse sobre Roma. ¿Cuando empezó la deriva?
Decía Ortega (de nuevo OyG): “El hombre no tiene naturaleza, sino historia”. Me inclino a creerlo, al menos para el hombre social.

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