Estas declaraciones aclaran un tanto la razón por la que hemos llegado a este conflicto indeseable que ahora, curiosamente, Europa quiere abrazar como cosa suya, cuando EEUU, con la llegada de Trump, ha suspendido su línea geopolítica de dominar el mundo, embarcándonos como sin querer a nosotros. Trump ha denunciado esa línea anterior de geopolítica que seguía EEUU y está buscando una paz que, ante todo, tranquilice a Rusia sobre la estabilidad de sus fronteras.
Debemos apoyar esa paz porque Europa ha empezado a creerse una especie gran potencia (sin ejército ni nación) y habla como tal, cuando en realidad es un mero castillo de naipes a punto de derrumbarse. ¿Y qué hacen los europeos (o sus líderes que, presuntamente, nos representan) en el peor momento? Llamar a la guerra como niños imbéciles y mal criados. Claro que esto, como dice Jeffrey Sachs en una de las entrevistas, es cosa de le élite, que en el caso del Europa está muy alejada de “su pueblo”, por denominarlo de alguna manera.
Ucrania no es un cordero indefenso atacado alevosamente por Putin. Lo que ha hecho Putin es el único paso que le quedaba para frenar el cercamiento que EEUU y Europa le han estado haciendo, metiendo a los países limítrofes con Rusia (su cinturón de seguridad) en la OTAN, cuando ambas partes habían acordado, en el año 1991, que si Rusia aceptaba la reunificación de Alemania, los occidentales no aumentarían ni un centímetro el perímetro de la OTAN. Este pacto se traicionó reiteradamente por EEUU, a pesar de las reiteradas protestas de Putin mientras metían en la OTAN a Estonia, Lituania, Bulgaria, Letonia, Rumanía, Polonia, Hungría, etc., todos antiguos países bajo la influencia de la antigua URSS, poniendo en riesgo el cinturón de seguridad de Rusia. El último eslabón iba a ser Ucrania, que nunca ha sido más que una provincia de la Rusia zarista y de la URSS, a la que USA, con la complicidad de la UE, querían colocar el la OTAN. Ello, en la práctica, se traduciría en que pudieran instalarse misiles de corto alcance a poca distancia de Moscú.
No es que Putin sea un angelito y EEUU el demonio. Lo que pasa es que Putin tiene argumentos sólidos para justificar lo que ha hecho, y Trump le da la razón, por eso creo que Trump es el único capaz de alcanzar un alto el fuego y, ojalá, la paz, que una Europa vieja y caduca que de repente quiere jugar a los soldaditos.
Es curioso que hasta 2008, Europa era reticente a seguir los pasos de EEUU, y desde entonces cambió su línea y se alió con USA en su guerra particular de gran potencia menguante. Una vez iniciada la invasión de Ucrania, hubo otro momento crucial que rememora Sachs, cuando en 2022 Turquía organizó un intento de alto el fuego y de paz que Putin aceptó, pero Zelensky, con el apoyo de EEUU y UE, rechazó. ¿Por qué? ¿A qué jugaban EEUU y, sobre todo, La UE? Resulta que llevamos casi 20 años jugando con fuego y no se nos había comunicado; porque la versión que ha circulado en la prensa nacional, y la extranjera que yo sigo, es la de Zelensky-Caperucita versus Putin-el-lobo, al que han llegado a comparar con Hitler. No es que Trump sea mi héroe; hay muchas cosas que me disgustan de él, pero si estábamos jugando a la ruleta rusa, no lo sabíamos.
A donde nos han llevado. A ver cómo nos sacan de esta peligrosísima situación. De momento, como dice Nina Schick,
“The war in Ukraine—now entering its third year—is the biggest issue. Trump has made it clear he intends to end it, one way or another. If that means cutting a deal with Russia, so be it. Let’s get it done.”
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