Invisible y mitómano

Como nos recuerda mi desconocido amigo Antón Uriarte (al que le tomo prestada la imagen), el Co2 es invisible. Sin embargo, es el fantasma más fotografiado del planeta. Vemos una gran columna de humo espeso, y creemos que es Co2. ¿A que sí? Pues resulta que es invisible.
Es como Zapatero, un fantasma. Los fantasmas son invisibles: se supone que se mueven por el mundo sin que se les vea. Sin embargo, en los cuentos de fantasmas se hacen visibles, pues si no, no habría cuentos. Zp es un fantasma "hecho carne", visible, pese a su "insoportable levedad del ser".
Zapatero me tiene intrigado. Le favorecen los tiempos de crisis. Yo recuerdo a Adolfo Súarez envejeciendo por momentos; a Felipe González con una ojeras cada vez más grandes, cada vez más encorvado y gordo... señales, supongo, de la responsabilidad que pesaba sobre ellos. A Aznar se le reflejaba la tensión en la cara. Zapatero, no. Zapatero está cada día más lustroso. Tiene la piel cada vez más tersa, está cada vez más sonriente, pese a que cada vez sus mentiras son más y más grandes. Sus gestos y su voz son cada vez más seguros y fuertes. Sus trajes le caen mejor que nunca.
Creo que es un gran Mitómano. Sí, creo que nos gobierna un Enorme Mitómano, que rejuvenece más y más con sus propias mentiras. Por eso la crisis, que tensiona y quita el sueño y la vida a todos, a él le aprovecha.
Eso es porque en realidad no miente: mentir es decir falsedades a sabiendas; pero él se cree lo que dice. Y cree que la crisis ha venido realmente a dar la razón a "su" izquierda, esa izquierda en la que él vive y que no es la socialdemocracia de Felipe y Heldmund Smitt, sino una etiqueta bajo la que se oculta la VERDAD, que, por fin, ha venido a establecerse en el mundo. ¿el origen de esa idea? no sé, porque creo que no es ni siquiera una idea. Es un sueño difuso bajo una etiqueta. ¿de las logias, dicen? puede, pero no lo sé ¿De los cuentos de su abuelo? Creo que algo así, pues no conoció a su abuelo, aunque parece creerlo, lo cual añade mitomanía al caracter del personaje.
Por eso está encantado de lanzar todos lo días bravatas de aumento de la deuda, sin darse cuenta de que si se llevan a efecto hundirían al país en una terrible decadencia. Por eso se permite criticar, con total desfachatez, al FMI, que ha pedido prudencia en España con la política fiscal, y ha recomendado más flexibilidad del mercado... ¿El Fondo? -dice crecido, como un torero, ¡no es la primera vez que se equivoca!
Todo esto, adobado con afirmaciones vacuas, como: ¡vamos a poner a este país en la vanguardia de la lucha contra el co2!, o ¡vamos a ponernos a la cabeza mundial de los nuevos derechos humanos! porque eso sí, se cree que los derechos humanos se inventan, y que los primeros definidores de la Carta se quedaron cortos. No quiere saber que los derechos humanos vienen de una larga evolución.
Mientras, los indicadores económicos se desploman. Mientras, nuestra renta se desploma, y nuestro patrimonio también. (Me decía un amigo hoy si me daba cuenta que nuestro escaso parrimonio se ha recortado posiblemente un 50%. No, no había pensado en ello. Pero eso le ha pasado a todo el que tiene una vivienda.)
Pero él amenaza -aunque nadie lo siente- con aumentar la deuda más y más, y así mermar aún más las dos cosas: renta y patrimonio; porque en su sueño no hay fricciones, no hay costes, los deseos se cumplen y ya está.