Límites

En el Aerostato (elareostato.blogspo.com) podrán leer un breve, pero diamantino, párrafo de Gustav Cassel contra la intervención política en la economía.
Es puro sentido común y, como dice el autor, experiencia. La experiencia demuestra...
La experiencia válida en economía es muchas veces cualitativa. ¿Cómo puede ser un experimento cualitativo? ¿no es lo cuantitativo lo único indiscutible? creo que la economía se ha perdido bajo ese lema del cuantitativismo; una y otra vez ha encallado en el intento de contrastar "empíricamente"  las teorías. Los economistas han hecho oidos sordos al sentido común y, gracias a técnicas cada vez más sofisticadas, han justificado el inrenvencionismo en nombre de la verdad científica. Si hubieran aceptado algunas premisas de sentido común, como la formulada por Cassel, no hubieran aceptado tan fácilmente, tan rendidamente, el keynesianismo. Parece mentira que el mismo Keynes, en un deseo irrefenable de notoriedad, se embarcara en ese mar de las sirenas, inventando para ello una teoría totalmente forzada. Pero menos explicable aún es que ahora se le resucite por aclamación general, al menos en Europa.
Keynes fundó uan cosa que no existía: la economía cuantificada. Al hacerlo, los políticos se abalanzaron voraces a por un campo que ampliaba su dominio, su poder, y por lo tanto sus rentas. Los economistas también, cuando adivinaron la influencia que ganaban. Luego eso se inoculó en la cultura general, y ahora es muy difícil quitarle el juguete a los gobiernos. Más si se tiene en cuanta la tentación, que ZZpaaf cumple a la perfección, de dejarle al que venga detrás la factura.
No hay ahora mismo más corrupción moral -inconsciente o no- que en los parlamentos de occidente. En España, donde el Parlamento es designado por la cúpulas de los partidos, la concentración de poder económico para hacer el mal es enorme.  A eso añadan las taifas (17), municipios, etc.. todos corrompidos por la justificación de que los votos justifican. Son instituiciones corruptas sin saberlo. Una perversión que lleva directamente al abismo.