En el sur de España hace un calor africano, como en gran parte de la Península. Creo que España tiene un defecto: está demasiado cerca de África Norte. De ahí nos vienen, aún después de las invasiones de 8 siglos, "malos vientos" y malos pensamientos"; y malos deseos, como soñar demasiado con Al-andalus, la Península cuando fue árabe.
Somos occidentales sin duda, pero corren sentimientos en una y otra dirección que se chocan encima de nosotros. Nuestro mayor deseo es europeizarnos, pero a nuestra manera. Y nuestra manera tienen una cuota de arabismo/africanismo/antisemitismo... Una cuota, nada más, pero que se ha hecho patente de una manera clamorosa cuando han gobernado los sociatas.
Yo siempre sospeché una conjetura del 11-M, que se basaba en a quién había tocado más las narices Aznar. esa conjetura -que me fue confirmada parcialmente en el libro de De Pablos- es Marruecos. No es contradicha, dicha hipótesis, con lo que sucedió después: humillación, con genuflexión incluida, de ZP/Moratinos ante el sátrapa de nuestra frontera sur. Giro radical de nuestra política, con orejas gachas y emborronando el acto de Perejil, una humillación que al sátrapa no le debió sentar muy bien.
como no soy buenista, como no creo ni mínimamente en la bondad de ser humano -menos aupado al poder- pues creo que hay atisbos para lo que digo.
Mientras exista un Marruecos totalitario, amenaza constante, no vendrán buenos vientos de ahí: Terrales, vientos cargados de arena del desierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario