"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 9 de julio de 2010

Incertidumbre. Vida real

Incertidumbre es una NO variable que influye mucho en las decisiones económicas, pero no es mensurable. Cuánta más incertidumbre, de menos información disponemos; no es como el riesgo, que se puede acotar en probabilidades. La incertidumbre es una sombra que nos afecta subjetivamente y nos impide hacer lo correcto.
La incertidumbre es la máxima razón por la que no creo en la ley de Say. La ley de este francés, dice que "toda oferta crea su propia demanda". Es decir, si alguien decide fabricar algo, y para ello monta una fábrica, y contrata trabajadores, etc, es por que cuenta con una alta probabilidad de vender lo que produce. Al fabricar, pagar salarios, vender, cobrar, etc, está "creando su propia demanda", según la dichosa ley.
Pero sabemos que en economía se producen cambios, leves, bruscos, que hacen que se almacenen stocks invendidos, pérdidas de dinero, cierres y despidos... entonces, algo ha pasado: lo que ha pasado es que ha habido un cambio, se han revisado las previsiones de ventas a la baja, se han despedido a X trabajadores para recortar gastos... y éstos, a su vez, no consumen tanto como antes, lo que afecta a las ventas de otros sectores, que ya se habían visto afectados por el choque. El problema que surge es que Nadie sabe CUÁNTO ajustar precios, salarios para minimizar el efecto en la producción. Los agentes se preguntan: ¿Cuánto va a durar esto? ¿cómo de fuerte va a ser? pero nadie lo sabe. Aún en caso de flexibilidad total de precios y salarios, el proceso de ajuste es lento, paso a paso, de prueba y error, esperando que a cada paso no haga falta más. INCERTIDUMBRE es el factor clave en este proceso que en realidad nunca llega a su fin, pues nadie asume que los precios y salarios han de ajustarse un 20%, por ejemplo. Si fuera esa la cantidad requerida para volver al pleno empleo, podemos esperar que llegar a ella cueste años. Con el añadido de que cuando se llegue las cosas han cambiado y se necesita otro ajuste. Por eso debemos esperar que la ley del mediocre Say -un francés, ya digo- no se cumpla más que si uno vive en una tribu, y pequeñita.

Ahora veamos lo que dice Scott Sumner:

"Rigidez salarial es algo así como la ley de gravedad: está ahí, pero no podemos hacer mucho al respecto. En este mundo por lo general es cierto que cuanto más grande la caída de los salarios, peor el choque recibido. La caída de los salarios no son principalmente un signo de una economía auto reparándose, sino una indicio de un mercado laboral que está fuera de equilibrio. Por supuesto que los salarios a la baja ayudan a restablecer el mercado de trabajo, pero lo hacen tan despacio, que cuando caen, lo que se puede decir es que el mercado está débil y no debemos esperar una recuperación satisfactoria.

"Me parece que este es exactamente igual que las tasas de interés. La mayoría de la gente piensa que las tasas de interés bajas son una buena noticia , una señal de relajación monetaria. Podrían ser, pero por lo general son malas noticias, un signo de debilidad de la economía. La mayoría de la gente asume que el modelo de salarios rígidos implica si los salarios caen es una buena noticia , una señal de que el mercado de trabajo está ajustándose. Podrían ser, pero más a menudo son un indicio de una demanda agregada (0 el PIB nominal) en caída, desplazando los salarios no ajustados cada vez más lejos del equilibrio, y por lo tanto son malas noticias. En ambos casos, para un nivel dado de PIB nominal, las tasas de interés más bajas y salarios más bajos deberían aumentar la producción. Pero a veces, muchas veces, no sucede así, pues son simplemente reflejo del golpe contractivo sufrido. Es muy, muy peligroso sacar deducciones a partir de un precio, que a veces refleja los cambios en el PIB agregado nominal."

Es decir, que por mucho que se ajusten los salarios hacia la nueva productividad real, lo harán tan lentamente que de todas formas la caída del PIB nominal, que ha sido instantánea, exigiría un ajuste a la baja inimaginable para todos los agentes. Y digo TODOS, lo que en España es sencillamente inimaginable.
Por ello, un proceso de deflación no es un "sano" proceso de ajuste para luego salir airosamente con nuevos bríos, nunca ha sucedido así. Es un reflejo de una debilidad extrema de la demanda; y, por supuesto, de una INCERTIDUMBRE que lo único que permite es dar pasitos cortos en una dirección oscura.
La ley de Say es un tabú para los economistas cegados por su fe en un mundo perfecto que nunca ha existido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Dónde dice Say eso? Porque en todo su tratado no aparece ni una sola vez esa frase.

www.MiguelNavascues.com dijo...

sabíaa que eras tú...
y que dice la ley de say, según ese tratado?