Aún en el supuesto de un mercado perfectamente libre y competitivo, es muy difícil que todos el mercado laboral (la suma de todos los mercados por especialidades y calificaciones) se vacíen como pregona la teoría clásica.
las barreras no institucionales que se le presentan al trabajador y al empresario cuando se ha producido una bajada del salario real de equilibrio, son de varios tipos, pero vamos a resumirlas.
Recordemos que el primer movimiento es que x trabajadores, de un segmento del mercado, han sido despedidos.
-al trabajador, al verse ante el dilema de aceptar un salario nominal más bajo (no sabe qué va a pasar con los precios) puede preferir esperar e iniciar una búsqueda de un puesto que le suponga menos desplazamientos y más salarios que otros. Ante al incertidumbre si está perdiendo o no oportunidades/poder adquisitivo, se dará un tiempo para probar. Si cuenta con un subsidio de desempleo esperará más.
-al empresario, el cuesta mucho cambiar el salario nominal cuando no sabe qué está pasando, si sus competidores están haciendo lo mismo, qué va a pasar con los precios y la demanda, podría perder a los mejores empleados, por lo que irá poco a poco ajustándose según vean que lo hagan los demás. Si sospecha que los precios van a bajar, será reacio a contratar más.
Todo esto crea fricciones de menú, fricciones que vienen de la información incompleta y no segura que llega a ambas partes. Si la información fuera de bajo coste, instantánea, segura, y consistente temporalmente, los agentes podrían decidir más rápidamente y podría ser que le mercado se autoregulara como predicen los clásicos. Pero si lo importante son los vectores de precios y salarios reales, lo que ven los agentes son salarios y precios nominales, ven amenazas y posibilidades, y tienen una información sesgada de lo que realmente pasa. si mira al gobierno, oirá que no pasa nada, que las cosas van sobre ruedas. Los trabajadores oirán que deben aceptar una bajada salarial, pero también que eso es un abuso y que deben ser firmes.
Por lo tanto, pese a la libertad total de contratación, la desinformación reina sobre las mentes de los agentes, que no dejan de ser racionales por elegir opciones erróneas.
En suma, que lo más probable es que en caso de shock contractivo, lo primero es que se produce es un aumento del paro, y que eso, a su vez, suscite más dudas y más paro.
Aún así, todavía podemos mantener la teoría clásica si consideramos esas fricciones temporales; el paro aumenta, pero la gente en el paro reflexiona y se da cuenta que debe aceptar un salario real más bajo. Pero, ¿cuánto más bajo? sólo ve que le ofrecen un salario nominal un x% inferior, pero no sabe qué asa con los precios.
Por otro lado, los empresarios ven que está aumentando el paro, y eso va a suponer una reducción de la demanda total, y de su demanda en particular, dependiendo de cuán esencial es el producto que ofrezca. Pero sea lo que sea, los empresarios planearán un recorte de plantilla y una suspensión de ampliaciones programadas, lo cual implica recortes de rentas para los suministradores de esos programas; lo cual....
Antes de que los precios y salarios se muevan en la dirección correcta, es muy posible que la reacción vía cantidades de producción se vea seriamente afectada, y que ante esa información, los empresarios empiecen a suspender programas y despedir, además de posibles recortes salariales. Pero lo esencial es que en la realidad, los despidos sean más fáciles de decidir que los recortes salariales.
La economía en su conjunto tiende a ajustarse antes por la demanda de inversión y consumo, que por los precios que regulan los mercados importantes. (reiteramos que no hay sindicatos ni instituciones que impidan la libertad de contratación).
Hemos pasado, creo, del modelo clásico, que describe una situación ideal, al modelo que supongo que hemos de llamar neokeynesiano, que se basa en una explicación micro - de las unidades básicas- en la que los agentes son más renuentes a mover precios que a mover cantidades, por razones de incertidumbre. Esto hace los salarios nominales reacios a variar con la demanda y oferta de mercado. (Se llama neo keynesiano porque no cree en la politica fiscal como remedio de al debilidad de la demanda. A Keynes lo dejamos atrás.)
Lo bueno de este modelo es que admite expectativas racionales de los agentes, con información deficiente.
Lo que es importante resaltar es que un modelo de libre contratación puede ser compatible con un volumen de paro involuntario prolongado, lo cual es además, confirmado por la persistencia de una curva de Philips, una relación negativa entre inflación y paro, al menos dentro de ciertos niveles y periodos.
Esto es una complicación notable, pues admitimos dos cosas antagónicas a la vez: creemos que el mercado es el mejor de los administradores, pero descubrimos que la incertidumbre y falta de información llevan a bloquear el ajuste vía precios. Y que eso puede llevar a situaciones prolongadas, o incluso acumulativas, de pérdidas cuantiosas en sufrimiento y en capital humano y físico, pérdidas que son para siempre.
¿Qué hacer?
"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
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