"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 4 de septiembre de 2010

Dos teorías sobre el paro

He pensado reunir en forma continuada las notas que comencé sobre el paro. Iré añadiendo epígrafes a medida que pueda, por lo que el lector interesado podrá leer poco a poco lo añadido. No son más que notas que procuraré ampliar con gráficos que apoyen lo que digo. Quién sabe si esto da para un librito...

Voy a exponer los dos modelos manejados habitualmente para explicar el paro. En realidad, muchos economistas y políticos los usan sin ser conscientes de ello. Como decía Keynes, somos involuntariamente portadores de ideas que hemos oído, sin saber que detrás de esa opinión hay un autor. Somos tendentes a apropiarnos sin querer de ideas de otros. Por eso la gente no habla plenamente consciente de si lo que dice es coherente o no. 

Estos dos modelos suelen presentarse como opuestos, pero no lo son. Uno es el "clásico" (aunque incluye todos los modelos que priorizan la formación de precios relativos). Su conclusión resumen es que la economía se autoregula sola, y tiende hacia la eficacia por sí misma. 

El otro lo he llamado "Neo-keynesiano", (continúa)








aunque tiene poco que ver con Keynes, y más con la teoría cuantitativa del dinero. En él incluyo todos lo modelos que aceptan las aportaciones de las extectativas racionales, pero que aún así, dicen que con eso no está dicho todo; que hay un mercado monetario cuyas perturbaciones tienen efectos reales prolongados. Este modelo desdeña la eficacia de la política fiscal activa, pero dice que lo que pasa en el mercado del dinero tiene efectos reales que no se corrigen por sí solos.








1 El mundo antes y después de Keynes

Los del primer modelo, que dicen que la economía se corrige por sí misma, son los que simplifican el conjunto económico como una economía casera: lo que es bueno para una familia, es bueno para la nación. El ama de casa ¿Se endeuda acaso por encima de sus posibilidades? no: coge el dinero que ingresa en la casa, lo distribuye según las necesidades, y al final de mes le queda algo para meter en un calcetín. Así, cuando vengan circunstancias adversas, tendrá un remanente ahorrado que le habrá rentado algo, y sobre el cual podrá confiar durante un periodo... 
Este es el mito de la familia ideal que no existe. Como suelen creer en él ciegamente los liberales que quieren restablecer la vida del XIX, digamos que entonces la mayoría de las familias vivían al día, más bien ahogadas, con más hijos que los deseados pues no había control de natalidad, y con la amenaza constante de que un ciclo adverso dejara en la calle a los trabajadores de la familia.
Los que realmente vivían como sueñan los seudo-liberales, eran las familia de clase alta, que eran la únicas que se podían permitir ahorrar. Ese ahorro iba a colocarse en deuda pública, que rentaba un 4%, y que financiaba el mantenimiento de un estado que debía de hacer frente a recurrentes gastos de guerras coloniales. Las colonias eran zonas naturales de expansión del capital metropolitano, pero para mantener una alta rentabilidad había que mantener la seguridad en tan extensos territorios (como cuenta Nial Fergurson en su historia financiera). Y para colocar la deuda, era necesario garantizar la estabilidad de la moneda con el patrón oro. No existía eso que se ha venido en llamar la era dorada del liberalismo; muy pocos países lo eran, y los que se lo podían permitir eran imperios hacia cuyos territorios de ultramar derivaban las tensiones sociales de la metrópoli (no sólo en sus colonias: Inglaterra hizo líneas de ferrocarril en España, Argentina, y medio mundo, de las que  extraía rentabilidades suculentas directas e indirectas. Por eso, cuando se dice que entonces era modélico cómo los capitales fluían de los países ricos a los pobres, 
hay que tener en cuenta  la situación de dominio de unos sobre otros. 
Entonces los ciclos eran dramáticos. Una mala cosecha, un cambio tecnológico, una caída en la producción de oro, podía producir hambruna y millones de muertos: Irse al paro entonces era pobreza y hambre con seguridad. La fluidez con la que el modelo clásico garantizaba el ajuste de los salarios a la nueva situación no aparecía por ninguna parte. Para empezar, no había un sector alternativo en el que recolocar a los parados: a veces el ajuste consistía en emigrar, lo cual no era por cierto barato y sin riesgos. 
Sin embargo, la mayoría de los economistas de entonces eran partidarios de que sólo el mercado podía resolver la situación. Por mercado se entendía toda salida que no fuera devaluar la moneda o emitir más dinero, subvencionar a los parados,  o aumentar el gasto. El déficit público aumentaba por culpa de la crisis, entonces los gobiernos buscaban disminuir el gasto para reducir el déficit.  Esto añadía gente a la cola de parados, pero eso era el último problema en el qué pensar. 
Sin embargo, había crisis duras, con subidas de la tasa de paro hasta el 18% al final del XIX, o el 25% de 1933. Entre 18890 y 1943, el paro osciló (según Farmer: "How the economy works") entre el 2,5% y el 10%, aparte de los topes antes indicados. Esas fluctuaciones se moderaron notablemente después de laWW II, y el paro ya no alcanzó esas enormes proporciones. A su vez, las tasa de crecimiento del PIB fueron más altas y más constantes. Esto cuestiona duramente la posición "abstencionista" de que la economía se rige por si sola; ¿si así fuera, por qué cuando no estaba regulada los ciclos negativos eran más fuertes y las tasas de paro más altas? No es esto una prueba de que los mercados no se ajusta al equilibrio? Y más aún, que las tasa de crecimiento hayan sido, desde 1943, más altas y constantes, es un ataque a la teoría de que la estabilización desde el gobierno atenta contra la eficiente asignación de los recursos, pues el crecimiento es el signo sine qua non de productividad creciente  y eficacia en la asignación. esta comparación entre los ciclos de "antes" y después" de que se aceptara la política estabilizadora, es un reto para los liberales estrictos, pero que estos han pasado por alto. ¿Es una prueba a favor de keynes? Como veremos es una prueba a favor de la estabilización cuando esta se basaba en poca política fiscal y algo de monetaria, hasta que los excesos de una y otra llevaron a la stangflación de los 70. En el gráfico que sigue se puede ver un  compendio de las fases más brillantes y más penosas de la política económica en EEUU, mediante la evolución desde la pos guerra de la tasa de paro y la inflación de consumo (IPC). He dividido el gráfico en 4 fases que se distinguen muy bien.
1) la primera es de 1948 a 1973. Si se fijan bien, en esa fase casi siempre la tasa de paro y la tasa de inflación varían en sentido contrario. Cuando la inflación sube, el paro baja. Esto dio lugar a la teoría de la curva de Phillips, por el nombre de un ingeniero australiano que dijo que las autoridades se enfrentaban una elección entre inflación o paro. Si se quiere reducir el paro, no hay más que aceptar una inflación más alta. 


2) 1973-1983. Pero "se pude engañar a algunos mucho tiempo, o a todos durante algún tiempo, pero no a todo el mundo todo el tiempo". La curva de Philips resultó que "no se estaba quieta". Inquietantemente, tendía a hacerse cada vez más rígida, y por ello más difícil de manejar. Además, en los 70 las economías occidentales ese enfrentaron a la primera declaración de guerra de los países árabes productores de petróleo. El encarecimiento de esta materia prima fundamental hizo aún más rígida la relación de sustitución paro-inflación, como se puede ver en esta fase del gráfico. La inflación subió más deprisa que antes, mientras que el paro no se detenía. 
En economía, se dio por muerto a Keynes. Ya no había eficacia alguna en la lucha contra el paro, y esto originó el nacimiento de una nueva escuela: las "Expectativas Racionales". Las expectativas racionales demostraron que la gente tenía expectativas, y que el anuncio de determinadas políticas modificaba su comportamiento. Si el gobierno anunciaba que iba a aumentar la inflación para reducir el paro, los trabajadores se anticipaban pidiendo aumentos salariales mayores, y los empresarios  aceptaban si veían que podían repercutirlo en precios. En los años 70, al final del mandato de Carter, la inflación llegó al 14%, mientras que el paro superaba el 8%. La teoría de las expectativas racionales creyó haber liquidado la curva de Phillips. 


3) 1980-83. En esta corta fase, llegó a la Presidencia de la FED Paul Volcker, un hombre que dejó huella. Vino a dejar patente que la inflación había arraigado y que él la iba a liquidar (continuará).


4) 1987-2006. "La gran moderación".






COEF CORR




TOTAL
1948-73
1973-80
1980-06
20006-10





0,134866895
-0,40487
0,031319
0,356554
-0,62837










COV





-1,15278
0,106414
1,002244
-2,77856












2 El paro voluntario, según lo clásicos de antes y ahora

Sea S el salario medio nominal vigente en un país. Sea P el nivel de precios de dicho país. Sea N la producción nacional en un año. (Imaginen que cada letra es un símbolo de una vector de variables de salarios, precios  y cantidades de productos. Por arte de birlibirloque, somos capaces de traducir esos vectores a una cantidad síntesis exactamente representativa). Sea dada una cantidad de dinero M fija (con esta no hay que imaginar nada: dinero es dinero, perfectamente homogéneo).
La economía clásica dice que, si cada mercado de los S, P, N, está en equilibro (no hay cantidades invendidas), por definición na hay paro. El vector de salarios S vacía perfectamente el mercado laboral. Si en un momento determinado hay un segmento del mercado laboral en paro (porque una actividad se ha contraido), los agentes reaccionarán en su propio interés y restablecerán el equilibrio. Los parados y no parados bajarán sus pretensiones salariales en todos los segmentos, en proporción al exceso de oferta producido; los despedidos en primera instancia las bajarán más, puesto que deben encontrar un trabajo en otra especialidad que la suya. Todas estas reacciones, de los Si a la baja, bajará el nivel medio salarial S. Lo que pase con el salario real, S/P, dependerá de lo que haga P.
si el dinero se mantiene en M, y sabemos que N se ha contraído, forzosamente P subirá (el equilibrio monetario dice que M = N.P).
Pero la lógica dice que el salario real debe ajustarse a la baja, hasta que no quede trabajo por vender en el mercado de trabajo. Así que la subida de P ayuda a que el equilibrio laboral se alcance más rápido.
La nueva situación de equilibrio depende de que los trabajadores (unos trabajadores ideales, sin sindicación, que no pierden la cabeza), saben vislumbrar cuál va a ser el final de la jugada, y asume pacientemente su pérdida de poder adquisitivo.
Esto es lo que dice la teoría que hemos llamado clásica, en la que incluyo su versión actual, la teoría del Real Business Cycle. Dicha teoría pregona que el mercado se autoregula, y que tanto las variables nominales como las reales convergen al equilibrio. Si ese equilibrio no llega a producrise, y se prolonga una situación de paro elevado, ese paro es voluntario, y se debe a que los trabajadores no aceptan el salario real que vacía los mercados, o que eligen otra opción como el ocio.
A partir de aquí, empiezan las teorías alternativas que dicen que el mercado no encuentra solo el camino de re-equilibrio.
 Seguiremos en el siguiente apartado. Sólo diré que no creo que exista un mundo tan perfecto, Ni aunque no haya sindicatos ni obstáculos institucionales (leyes, sindicatos, etc.) que pongan barreras a la libre negociación. Basta pensar en motivos puramente individuales, como la incertidumbre y la desconfianza, para poder imaginar un mundo en el que hay fricciones que:
- impiden que todos acepten el juego de rebajar su salario real a ciegas, con la confianza de que el resultado final es el máximo que podían esperar.
- impiden que S, el salario nominal (que debería ser un velo que no oculta cuál es el salario real), se ajuste a un mercado laboral "vacío".
Ojo: no estoy diciendo que la flexibilidad del mercado sea estéril. Sólo digo que es necesaria, pero no suficiente. Creo que hay una porción del paro que es voluntario. como  creo también que a los propios empresarios no les conviene esta teoría. O mejor, sólo les conviene si M se comporta como hemos supuesto.
El paro involuntario, según keynes y poskeynesianos

Aún en el supuesto de un mercado perfectamente libre y competitivo, es muy difícil que todos el mercado laboral (la suma de todos los mercados por especialidades y calificaciones) se vacíen como pregona la teoría clásica.
las barreras no institucionales que se le presentan al trabajador y al empresario cuando se ha producido una bajada del salario real de equilibrio, son de varios tipos, pero vamos a resumirlas.
Recordemos que el primer movimiento es que x trabajadores, de un segmento del mercado, han sido despedidos.
-al trabajador, al verse ante el dilema de aceptar un salario nominal más bajo (no sabe qué va a pasar con los precios) puede preferir esperar e iniciar una búsqueda de un puesto que le suponga menos desplazamientos y más salarios que otros. Ante al incertidumbre si está perdiendo o no oportunidades/poder adquisitivo, se dará un tiempo para probar. Si cuenta con un subsidio de desempleo esperará más.
-al empresario, el cuesta mucho cambiar el salario nominal cuando no sabe qué está pasando, si sus competidores están haciendo lo mismo, qué va a pasar con los precios y la demanda, podría perder a los mejores empleados, por lo que irá poco a poco ajustándose según vean que lo hagan los demás. Si sospecha que los precios van a bajar, será reacio a contratar más.
Todo esto crea fricciones de menú, fricciones que vienen de la información incompleta y no segura que llega a ambas partes. Si la información fuera de bajo coste, instantánea, segura, y consistente temporalmente, los agentes podrían decidir más rápidamente y podría ser que le mercado se autoregulara como predicen los clásicos. Pero si lo importante son los vectores de precios y salarios reales, lo que ven los agentes son salarios y precios nominales, ven amenazas y posibilidades, y tienen una información sesgada de lo que realmente pasa. si mira al gobierno, oirá que no pasa nada, que las cosas van sobre ruedas. Los trabajadores oirán que deben aceptar una bajada salarial, pero también que eso es un abuso y que deben ser firmes.
Por lo tanto, pese a la libertad total de contratación, la desinformación reina sobre las mentes de los agentes, que no dejan de ser racionales por elegir opciones erróneas.
En suma, que lo más probable es que en caso de shock contractivo, lo primero es que se produce es un aumento del paro, y que eso, a su vez, suscite más dudas y más paro.
Aún así, todavía podemos mantener la teoría clásica si consideramos esas fricciones temporales; el paro aumenta, pero la gente en el paro reflexiona y se da cuenta que debe aceptar un salario real más bajo. Pero, ¿cuánto más bajo? sólo ve que le ofrecen un salario nominal un x% inferior, pero no sabe qué asa con los precios. 
Por otro lado, los empresarios ven que está aumentando el paro, y eso va a suponer una reducción de la demanda total, y de su demanda en particular, dependiendo de cuán esencial es el producto que ofrezca. Pero sea lo que sea, los empresarios planearán un recorte de plantilla y una suspensión de ampliaciones programadas, lo cual implica recortes de rentas para los suministradores de esos programas; lo cual....
Antes de que los precios y salarios se muevan en la dirección correcta, es muy posible que la reacción vía cantidades de producción se vea seriamente afectada, y que ante esa información, los empresarios empiecen a suspender programas y despedir, además de posibles recortes salariales. Pero lo esencial es que en la realidad, los despidos sean más fáciles de decidir que los recortes salariales. 
La economía en su conjunto tiende a ajustarse antes por la demanda de inversión y consumo, que por los precios que regulan los mercados importantes. (reiteramos que no hay sindicatos ni instituciones que impidan la libertad de contratación). 
Hemos pasado, creo, del modelo clásico, que describe una situación ideal, al modelo que supongo que hemos de llamarneokeynesiano, que se basa en una explicación micro - de las unidades básicas- en la que los agentes son más renuentes a mover precios que a mover cantidades, por razones de incertidumbre. Esto hace los salariosnominales reacios a variar con la demanda y oferta de mercado. (Se llama neo keynesiano porque no cree en la politica fiscal como remedio de al debilidad de la demanda. A Keynes lo dejamos atrás.)
Lo bueno de este modelo es que admite expectativas racionales de los agentes, con información deficiente.
Lo que es importante resaltar es que un modelo de libre contratación puede ser compatible con un volumen de paro involuntario prolongado, lo cual es además, confirmado por la persistencia de una curva de Philips, una relación negativa entre inflación y paro, al menos dentro de ciertos niveles y periodos.  
Esto es una complicación notable, pues admitimos dos cosas antagónicas a la vez: creemos que el mercado es el mejor de los administradores, pero descubrimos que la incertidumbre y falta de información llevan a bloquear el ajuste vía precios. Y que eso puede llevar a situaciones prolongadas, o incluso acumulativas, de pérdidas cuantiosas  en sufrimiento en capital humano y físico, pérdidas que son para siempre.    
¿Qué hacer?

Los problemas del dinero

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