"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 17 de enero de 2011

Una nueva propuesta de salvación del euro

 El sistema actual de rescate de países del euro es inútil, incluso contraproducente. Hemos visto que es un sistema chapucero de intento de salvar los bancos de los países solventes, que tienen en sus arcas demasiada deuda soberana pero cada vez más dudosa. Hasta ahora, Alemania ha logrado poner dinero sin mucho coste, pues su coste en intereses está por debajo del que se le carga al país salvado. Pero su propio tipo de interés está subiendo, y antes de que sea un ejercicio costoso, preferirá "saltar" del euro: el euro se rompería, en todo caso, por abandono de Alemania, por una cuestión de coste beneficio, al que ha de añadirse el problema político interno.
En un apretado documento del Citi Bank (aquí), se ofrece una propuesta de reforma institucional para salvar al euro. El autor es Willem Buiter, antaño consejero del Banco de Inglaterra y con un gran prestigio (aunque le gusta las complicar las cosas en exceso, en mi opinión).
La propuesta consiste en:
1) Ampliar el Fondo de rescate y hacerle emisor de bonos de total garantía.
2) Reestructutración y quita e deudas nacionales y bancarias de entidades quebradas.
3) Implicación del BCE como suministrador de liquidez al nuevo Fondo con garantía y/o adquisición de de los superbonos emitidos por este.
El "modelo" actual de salvación del euro -que no es modelo, pues se compone de reacciones voluntaristas muy por detrás de los acontecimientos- está llegando (como ya hemos dicho aquí un par de veces) al límite de que los países solventes comiencen a hacer transferencias fiscales de sus contribuyentes a los países en dificultades. Esto es insostenible; y  la ampliación del volumen del Fondo de Rescate no hace más que aumentar esa posibilidad. Pero eso llevará, como dice Buiter, a que la misma Alemania rompa el euro.
En efecto, Alemania, hasta ahora, se ha financiado a un tipo de interés inferior al que los países rescatados han pagado, pero la sucesiva ampliación de las ayudas producirá una convergencia entre ambos tipos que supondrá un coste creciente para los países solventes, además un problema de "moral hazar".
La deuda soberana y bancaria de muchos países es insostenible. Eso requiere por necesidad un recorte y reestructuración.
El Fondo de rescate debe ser ampliado dráticamente, de 750 mm de €a 2 billones. Dadas las dificultades legales para que esto se logre con rapidez su ampliación y funcionamiento con las reformas ineludibles, es necesario que el BCE se implique, al menos al principio, proporcionando la liquidez con la granatía, e incluso compra, de los nuevos bonos de total garantía que emitirá el nuevo Fondo. . El BCE hasta ahora ha hecho un papel muy limitado, como se puede ver en lo que representa los bonos adquiridos en relación a sus activos totales.

Para impedir que las acciones del BCE se conviertan en subsidios encubiertos a bancos insolventes (como hasta ahora ha sucedido) debe reestructurase la deuda de bancos insolventes.

En definitiva, se trata de hacer más uniforme fiscal y monetariamente a la zona euro bajo el liderazgo de Alemania. Es imposible que el BCE funcione como tal si tiene que emitir dinero con garantía de bonos nacionales insolventes; o verse obligado a comprar títulos por encima de su valor de mercado. El nuevo Fondo de rescate, de solvencia fuera de toda duda, podrá servir de colateral y así potenciar de verdad al BCE.
Todo esto supone un riesgo de colectivización de pérdidas que hay que evitar: de ahí las necesarias quitas o reestructuraciones de deudas. Perderían los que detentan ahora bonos de países dudosos, pero eso ciertamente aliviaría la carga del contribuyente.
Otra cosa es que Alemania quiera, y ahí Munchäu se muestra muy escéptico. Alemania se está acercando a un punto de riesgo cero, o en todo caso menor, de salirse del euro que de contribuir a su costa a salvarlo. De hecho, las mejoras recientes en el sentimiento de mercado vienen  de los rumores de la ampliación de volumen y funciones del Fondo de Rescate. Pero cuidado: sin quitas, sin reestructuraciones, no hay solución definitiva.

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