Elena Salgado ha dicho que "nos estamos financiando razonablemente bien, dadas las circunstancias". Michael Dardat hace un excelente análisis de la situación financiera y lo que implica.
Primero,es meridianamente claro en el primer gráfico que el BCE fue el instigador de las dificultades actuales al subir los tipos en abril. La segunda subida provocó una reacción al alza aún más señalada.
Eso desató unas expectativas de dificultades crecientes hasta el atasco actual. Ahora, con los tipos de la deuda subiendo, y la actividad cada vez más débil, el tipo de interés natural (el que equilibra ahorro e inversión) debe estar por los suelos. Se observa que las expectativas de inflación que se ven en la comparación de los rendimientos de deuda nominales menos los que son deflactados por el IPC, han caído a niveles históricos. En Alemania, por debajo del 1%. Pero lo peor es que, cuanto más bajan las expectativas de inflación en Alemania, más aumentan las expectativas de deflación en los periféricos. En los gráficos de Bloomberg, puede ver que la expectativa en Italia entra terreno negativo.
Ahora, fíjense en la figura siguiente: la línea negra es el rendimiento del bono empresarial medio de la zona, pero pintado a la inversa, para que se vea bien la relación con el PIBN; la roja, es el PIBN, adelantado un año. Como se ve, el bono corporativo tiene una CORRELACIÓN con el PIBN del 93%, y su evolución reciente hacia sus niveles más altos (aunque en el gráfico se ve al revés) que en la crisis, nos anuncian una caída el PIBN estruendosa.
En la parte de abajo, el nivel de PIBN respecto a su tendencia, que antes de la crisis era del 4,1% anual. Como ven, el PIBN está un 10% de lo que le correspondería con un crecimiento equilibrado.
En suma: crecimiento por debajo del natural, tipos de interés muy altos, expectativas de inflación a la baja, o negativas, y unas condiciones financieras empresariales dantescas. El BCE tiene razones de sobra para cambiar 180º de política.
Con unos instrumentos sencillos pero sólidos, Michael Darda ha hecho un buen análisis de la política monetaria del BCE. Un análisis como éste tiene el valor de las condiciones que lo enmarcan: Si las condiciones (monetarias) no cambian, el pronóstico es tristemente probable.
Primero,es meridianamente claro en el primer gráfico que el BCE fue el instigador de las dificultades actuales al subir los tipos en abril. La segunda subida provocó una reacción al alza aún más señalada.
Eso desató unas expectativas de dificultades crecientes hasta el atasco actual. Ahora, con los tipos de la deuda subiendo, y la actividad cada vez más débil, el tipo de interés natural (el que equilibra ahorro e inversión) debe estar por los suelos. Se observa que las expectativas de inflación que se ven en la comparación de los rendimientos de deuda nominales menos los que son deflactados por el IPC, han caído a niveles históricos. En Alemania, por debajo del 1%. Pero lo peor es que, cuanto más bajan las expectativas de inflación en Alemania, más aumentan las expectativas de deflación en los periféricos. En los gráficos de Bloomberg, puede ver que la expectativa en Italia entra terreno negativo.

En la parte de abajo, el nivel de PIBN respecto a su tendencia, que antes de la crisis era del 4,1% anual. Como ven, el PIBN está un 10% de lo que le correspondería con un crecimiento equilibrado.
En suma: crecimiento por debajo del natural, tipos de interés muy altos, expectativas de inflación a la baja, o negativas, y unas condiciones financieras empresariales dantescas. El BCE tiene razones de sobra para cambiar 180º de política.
Con unos instrumentos sencillos pero sólidos, Michael Darda ha hecho un buen análisis de la política monetaria del BCE. Un análisis como éste tiene el valor de las condiciones que lo enmarcan: Si las condiciones (monetarias) no cambian, el pronóstico es tristemente probable.
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