Es exige, según Mal-Rallo-te-parta, que si tú tienes un deposito en un banco y ese banco tiene la quiebra de su activo, tu deposito y todos los demás deben ser automáticamente reducidos al valor residual del banco. Literalmente:
Por supuesto, la deflación puede llevar la quiebra a la banca. Como hemos visto, nuestros depósitos están respaldados por sus activos, de modo que si éstos caen de precio, aquélla tendrá más deudas que créditos, es decir, será insolvente. Pero sería más honrado y simple proponer que nuestros depósitos se ajusten al valor de los activos del banco: al fin y al cabo, ¿para qué alterar el valor real de los depósitos, si puede reajustarse el nominal (Argentina hizoalgo similar con respecto a los dólares)? Aunque esto último, claro, sería visto como un abierto robo, mientras que la inflación se confunde con una maldición cuasi divina.
Y añade, tan impunemente:
Algunos, más que economistas, parecen trileros (¡¡,!!). Recapitalizar los bancos con dinero de nueva creación nos llevaría de la deflación a la hiperinflación,
Co-ho-nes, como diría Sherlock-Holmes. Es una economía novedosa, ingeniosa, y que tiene sus seguidores. es España claro, porque en EEUU ni Mitt Rumney dice tamañas barbaridades.
imaginen que se aplicara este original método de liquidacionismo en España. todos, todos, estaríamos arruinados. Debe ser una experiencia.Pero dice más cosas el jaez, pardiez:
la obesidad mórbida (sic) es tan peligrosa como la delgadez extrema. Si la inflación fuese una burbuja, la deflación sería la anti-burbuja; lo malo de ésta ya lo tenía, en sentido inverso, aquélla.Más sorprendente aún que este sesgo proinflacionista de muchos economistas es el remedio que predican. Bajar los tipos de interés en medio de una deflación no sirve absolutamente para nada,La manera de suavizar la deflación no pasa por matar la moneda, sino por hacer afluir más ahorro que puje por los bienes de capital excedentarios.
En fin, el mundo al revés, me cago en diez. Pero es asi este payaso, se pone tan serio que nadie se ríe; nadie se da cuenta demque está de chufla. Sin embargo, Es gracioso y divertido, aunque no tiene de economía la más remota idea.
Extrañas ideas tiene este señor, vive Dios. Yo le soltaría en medio de una estampida de jubilados furiosos blandiendo sus preferentes ante los tribunales.
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