"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 9 de febrero de 2013

Inversión y beneficios

Un gráfico que tomo prestado de Krugman, y que ilustra perfectamente lo inusual se esta crisis, me lleva a una reflexión sobre la relación beneficios e inversión, que suele darse por supuesta; como veremos aquí, no es tan evidente dicha relación.

En la imagen, los beneficios (rojo) y la inversión de capital (azul) de las empresas, ambos en relación al PIB.

Primero: veamos lo que destaca Krugman. En la imagen se ve a primera vista que la crisis ha provocado un cambio importante: La inversión no ha recuperado los niveles previos, pese a que los beneficios han alcanzado niveles históricos del 10% del PIB.

¿Dónde están guardando las ganancias la empresas? Eso ya lo vimos aquí: en dinero líquido.

Pero veamos en más detalle la cuestión.

Para verlo con más precisión vamos al otro gráfico, que es la relación porcentual entre la inversión y el beneficio que se deduce del gráfico de arriba. Como ven, la tasa inversión/beneficio nunca ha llegado tan bajo.

Es decir, hablando más formalmente, hoy se requiere una tasa e beneficio sobre inversión del 100%, mientras que en otros tiempos se requería una tasa del 30-40%.


La pérdida de la confianza en (la rentabilidad de) la inversión hace que hoy se requiera un incremento del beneficio de un dólar para invertir un dólar más, como se puede ver en el gráfico, que representa la cantidad invertida por unidad de beneficio.

 

 

Si, a partir de aquí, intentáramos reconstruir una función de inversión más fiable, creo que no tendríamos más remedio que tomar en consideración variables no cuantitativas, como el estado de ánimo de los empresarios, que es lo único, me parece, que puede llenar ese grande y volátil hueco que hay entre el nivel de beneficio y de inversión, y que es lo que representa el gráfico. Es decir, "animal spirits" nada estables, y matices, como la aportación de la inversión fija foránea, y sus motivos, o la creación de nuevas empresas, cuyos motivos deben ser muy distintos a los de las ya existentes.

Es decir, algo imposible o muy difícil de cuantificar. En otras palabras, algo de razón habría que darle a Keynes, al menos en que su función (inestable) de inversión, en la que influyen factores volátiles y no objetivos, se acerca más a la realidad.

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