"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 8 de abril de 2013

Thatcher. Gigantes y pigmeos

Ha muerto uno de los políticos más importantes del siglo XX. El más importante de la segunda mitad, y uno de los grandes de la Historia. Pese a hacer su carrera en un periodo excepcional de paz y prosperidad, es innegable que está a la altura de Roosvelt, Churchill, o De Gaulle, que destacaron por su convicción firme en los momentos difíciles.

Fue la última gran líder europea. Nunca después nadie demostró su firmeza en defender sus convicciones. Los políticos de hoy, tan doblegados, no ya a a sus electores, sino a sus asesores de imagen, no saben hasta qué punto han hollado, pisoteado y arrastrado la profesión más noble y más difícil del mundo que tan dignamente ejerció Thatcher. Hay que rememoraría para que no se nos olvide que se puede ser político y grande.

Basta leer algunas páginas de su libro "Hacia Downing Street", para darse cuenta que Thatcher tenía una capacidad intelectiva de primera magnitud.

Quizás pase a la historia como una gran liberal en economía, pero creo que sus capacidades políticas, tan raras hoy en día, merecen más encomio que su liberalismo económico. Porque fue una gran Liberal, sí, pero más allá de la economía. Fue el último gran político liberal, en el pleno sentido de la palabra. Es decir, que no fue sectaria como lo son hoy en día los políticos que han secuestrado al gran Partido Republicano de EEUU . Su inteligencia y su fuerza de convicción la llevaron en 10 años a cambiar completamente a Inglaterra, a levantarla del suelo y ponerla en pie firme. Si ahora Inglaterra es un país destacado en el concierto internacional, es porque ella no se doblegó al compadreo con que se ejercía la política cuando llegó a ella.

Desde Inglaterra fue la última gran defensora de la Civilización Occidental. Los que la comparan con Merkel son unos estúpidos analfabetos que no saben lo que dicen. Merkel no es liberal no nunca lo será. Es una conservadora y mezquina alemana que no esta a la altura del difícil momento que le ha tocado servir. Eso sí, Merkel tiene el mérito dudoso de ser la prueba de que Thatcher tenía razón sobre el futuro de la UE y del Euro.

Es justo reconocer que sin la providencial presencia en EEUU de Reagan, quizás no hubiera podido lograr todo lo que logró. Pero es seguro que no se hubiera doblegado en lo que consideraba lo mejor para su país. Porque era una gran patriota. Su fuerza inagotable le venía de su orgullo de serlo, en una época en que el patriotismo empezaba a ser un lastre político. Era una patriota inteligente, lo que quiere decir que no era simplemente una fanática que hacia tonterías.

Defendió sus decisiones con gran claridad. Eso la valió la crítica acerba de sus enemigos, pero nunca podrán quejarse de que les engañara. Tanto en la reconquista de las Malvinas, o en la de Irak en la guerra el Golfo (fue la que convenció al dubitativo Bush padre de que era una causa justa) como en su firmeza ante la URSS, nunca escurrió el bulto, pero nuca fue taimada. Anunció lo que iba a hacer, por qué lo hacia, intentando convencer al Parlamento y a la población de que era lo correcto. Durante diez años se presentó todas las semanas al examen parlamentario, costumbre que luego en España se imitó a ejemplo suyo, pero en una parodia a la que nadie presta atención.

Su firmeza ante el chantaje de la violencia del IRA, que atentó contra su vida con una bomba que estuvo a punto de matarla, debería ser ejemplo en España. En esto, sólo Aznar es comparable. Utilizó el monopolio de la violencia legítima cuando lo creyó justo y necesario, como cuando las fuerzas especiales abatieron a tiros a cuatro terroristas en Gibraltar, y ella salió a la palestra diciendo "he sido yo".

Finalmente, no se puede olvidar la firmeza con la que se opuso a los intereses ocultos tras la Unión Europea, desde sus convicciones más firmes, que fueron su patriotismo y su liberalismo. Cuando la UE estaba cogiendo carrerilla hacia la confusión a la que luego ha llegado, ella se opuso a la cesión de soberanía de Inglaterra, la primera democracia en la historia, y a que la economía fuera dirigida desde lejanos y opacos despachos que no rendían cuentas a nadie. Criterio sencillo, pero que ella fue la única en poner en practica en la malhadada historia de la UE. En realidad fue el único líder nacional que no se dejó corromper por la seducción del poder europeo ni por la vileza de excusar las decisiones desagradables en que "lo manda Europa". Su valentía le valió el rechazo de los líderes europeos, que respiraron a gusto cuando sus propios parlamentarios de su partido la desbancaron. Se retiró con humildad y no volvió a la política.

¿Sus logros? Hoy sin ella Inglaterra sería distinta. No se hubiera levantado de la postración en la que estaba, dominada por facciones incontrolables. Desgraciadamente, no tuvo tanto éxito en Europa. Quiso una Europa liberal de las Naciones, pero venció la burocracia anquilosada.

Fue un espejo en el que debemos mirarnos los españoles, que muestra que se necesita un gran liderazgo par salir de nuestra postración. Thatcher lo fue y, además, impecablemente democrático, lo cual demuestra que no es incompatible la firmeza ante la confusión con el respeto a la Ley.

Me embarga una tristeza enorme contemplar el panorama de pigmeos que nos guían hoy, irremisiblemente, hacia la catástrofe nacional y europea.



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