En un comentario al post anterior, Luis Ruiz me manda un artículo de A Evans-Prichard muy ilustrativo sobre un punto: el entusiasmo de Alemania por el euro y su grado de implicación en él.
Muchos creen que después de las elecciones de septiembre, Ángela Merkel tendrá las manos libres para hacer, por fin, una política decididamente europea y pro euro. Creen que el problema no es Alemania, sino unas circunstancias políticas que atenazan a la buena de Merkel. Nada más falso, como pueden ver leyendo el artículo de Ambrose.
El artículo se refiere al Tribunal Constitucional alemán, que está "madurando" una sentencia sobre la legalidad de la operación lanzada por Draghi para "hacer lo que fuera necesario para salvar al abejaruco (euro)". Esa operación se denominó OMT, pero en realidad no se ha puesto en marcha. Bastó su anuncio para que los mercados tuvieran más confiaza en lo bonos de los PIIGS. Draghi la ha calificado, todo vanidad, como la "operación monetaria más exitosa de los últimos años". Debe tomarse por Dios, que con su sola palabra creo el mundo de la nada.
Lo que pasa es que 37 000 alemanes han recurrido la legalidad e la OMT, y el Tribunal está dilucidando. Ya ha dictado sentencias de este tipo en el pasado; ciertamente no ha ilegalizado el euro, pero sí que ha acotado el área de Alemania que no puede traspasar. Em esta caso, Como dice Ambrose:
Si se fijan bien, las luchas del euro y la UE han llegado al tramo final, el del regateo de soberanías, en la que Reino Unido quiere romper el juego y recuperar su independencia, y Alemania acota cada vez mas au su participación en él. Jugará mientras pueda seguir siendo Alemania. Mientras, otros países como Francia, que habían soñado con dirigir desde la cúpula el tinglado, se encuentran atrapados en la telaraña económica y resulta que son otros lo que toman decisiones.
Así que podemos asistir a una prohibición total o parcial de la OMT aún sin desembalar. Lo cual desde luego tendría consecuencias en los mercados. Si resulta que el OMT ya no está preparado para disparar, muchos se cuestionarían las cotizaciones a actuales de los bonos. Pero aun si no es así, tengamos en cuenta que todo lo que soñamos ganar a cambio de nuestra vileza de haber entregado trozos de soberanía malvendidas, al final puede ser eso, un sueño.
Muchos creen que después de las elecciones de septiembre, Ángela Merkel tendrá las manos libres para hacer, por fin, una política decididamente europea y pro euro. Creen que el problema no es Alemania, sino unas circunstancias políticas que atenazan a la buena de Merkel. Nada más falso, como pueden ver leyendo el artículo de Ambrose.
El artículo se refiere al Tribunal Constitucional alemán, que está "madurando" una sentencia sobre la legalidad de la operación lanzada por Draghi para "hacer lo que fuera necesario para salvar al abejaruco (euro)". Esa operación se denominó OMT, pero en realidad no se ha puesto en marcha. Bastó su anuncio para que los mercados tuvieran más confiaza en lo bonos de los PIIGS. Draghi la ha calificado, todo vanidad, como la "operación monetaria más exitosa de los últimos años". Debe tomarse por Dios, que con su sola palabra creo el mundo de la nada.
Lo que pasa es que 37 000 alemanes han recurrido la legalidad e la OMT, y el Tribunal está dilucidando. Ya ha dictado sentencias de este tipo en el pasado; ciertamente no ha ilegalizado el euro, pero sí que ha acotado el área de Alemania que no puede traspasar. Em esta caso, Como dice Ambrose:
(Y hay que decir que el Presidente del Bundesbank Jens Weidmann lo esta deseando.)The case stems from legal complaints by 37,000 citizens, including the Left Party, the More Democracy movement, and a core of eurosceptic professors, most arguing that the ECB has overstepped its mandate by financing the deficits of bankrupt states.Berenberg Bank said the case was now “the most important event risk” looming over the eurozone, with concerns mounting over an “awkward verdict” that may constrain or even block ECB action.Dr Di Fabio said the court, or Verfassungsgericht, does not have “procedural leverage” to force the ECB to change policy but it can issue a “declaratory” ultimatum. If the ECB carries on with bond purchases regardless, the court can and should then prohibit the Bundesbank from taking part.
La trayectoria de sentencias es coherente y tiene un mensaje claro: sí al euro, sí a la UE, mientras la soberanía del Parlamento alemán, de los recursos públicos alemanes, sigan siendo decididos en Alemania. Esto muestra meridianamente claro que no es un gobierno maniatado por unas elecciones, que es un país entero, una opinión pública y unas instituciones que no bromean con su soberanía. De paso, por pura lógica, está diciendo a los demás países que deben asumir sus responsabilidades soberanas, y no venderlas por un plato de lentejas, porque a ellos no les interesa comprarlas.The court backed the Lisbon Treaty but also ruled that Europe’s states are “Masters of the Treaties” and not the other way round, and reminded Europe that national parliaments are the only legitimate form of democracy. It said Germany must “refuse further participation in the EU” if it ever threatens the powers of the elected Bundestag.It issued another “yes, but” ruling last September. It threw out an injunction intended to freeze the ESM, but it also tied Berlin’s hands by capping Germany’s ESM share at €190bn, and blocked an ESM bank licence. It killed off hope of eurobonds, debt-pooling, or fiscal union by prohibiting the Bundestag from “accepting liability for decisions by other states”.Crucially, the court said the Bundestag may not lawfully alienate its tax and spending powers to EU bodies, even if it wants to, for this would undermine German democracy.Chief Justice Andreas Vosskuhle said at the time that Germany had reached the limits of EU integration. Any further steps would require a “new constitution”, and that in turn would require a referendum.
Si se fijan bien, las luchas del euro y la UE han llegado al tramo final, el del regateo de soberanías, en la que Reino Unido quiere romper el juego y recuperar su independencia, y Alemania acota cada vez mas au su participación en él. Jugará mientras pueda seguir siendo Alemania. Mientras, otros países como Francia, que habían soñado con dirigir desde la cúpula el tinglado, se encuentran atrapados en la telaraña económica y resulta que son otros lo que toman decisiones.
Así que podemos asistir a una prohibición total o parcial de la OMT aún sin desembalar. Lo cual desde luego tendría consecuencias en los mercados. Si resulta que el OMT ya no está preparado para disparar, muchos se cuestionarían las cotizaciones a actuales de los bonos. Pero aun si no es así, tengamos en cuenta que todo lo que soñamos ganar a cambio de nuestra vileza de haber entregado trozos de soberanía malvendidas, al final puede ser eso, un sueño.
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