En "La deflacion sigue aumentando..." Mostraba como los precios en España están cada vez más orientados a la deflación. La gente cree, y nos incitan a creer, que esto es bueno, pues la renta real disponible aumenta. Sin embargo, este falaz diagnóstico se debe a que no tiene en cuenta la situación patrimonial de los sujetos económicos, familias y empresas.
En este artículo, Lars Svenson, del Banco de Suecia (uno de los más brillantes economistas de las últimas décadas) demuestra que una inflación simplemente por debajo de la esperada mina el patrimonio real de la gente, reduce el crecimiento y aumenta el empleo.
El Banco de Suecia tiene dos objetivos: uno, desde 1988, la estabilidad de precios; en 1999 se añadió - sin perjuicio del primero- el máximo empleo. El objetivo declarado del Banco de Suecia es una tasa de inflación del IPC del 2%. Sabido es que este objetivo no puede cumplirse estrictamente a corto plazo. Se trata, por lo tanto, de un objetivo a largo plazo en torno al cual se admiten desviaciones transitorias que el Banco intenta corregir suavemente para no producir variaciones indeseadas de la economía (Obsérvese que la gran mayoría de los Bancos Centrales siguen este objetivo, incluso el BCE: aunque para éste el 2% es un máximo).
Ahora bien, como se ve en la figura de Svenson, el Riksbank ha "defraudado" las expectativas de la gente sistemáticamente: la inflación ha sido siempre inferior al 2%, con una desviación media del 0,6%.
Las líneas grises son las previsiones públicas del Riksbank, mientras que la línea negra es la inflación resultante.
Es decir la gente ha tomado las decisiones, durante años, con unas expectativas de inflación sistemáticamente drustradas. En realidad, el NIVEL de precios en cada momento ha sido cada vez menor que el que se esperaba.
Esto es la causa de una Debt Deflation: la gente se endeuda en base a una expectativa de renta nominal (renta real más precios) que luego resulta ser mucho menor en realidad, mientras que la deuda está fijada desde el principio.
Consecuencia: en términos nominales, la renta real es menor, mientras que la deuda es igual, cuanto mayor sea la desviación a la baja de lao precios sobre lo que se esperaba. Aumentan las quiebras, el ahorro (para cubrir las deudas), el desendeudamiento, y el paro (una forma, con la contracción de la inversión, de ahorrar las empresas).
Hasta aquí, Svenson habla sólo de una desviación de la inflación. Adviertase que cuando hay deflación este proceso se agudiza. Y la realidad es que estamos en una coyuntura delicada respecto a la inflación, como vemos en los gráficos de Uneconomical, del que pongo sólo el de toda la zona euro (aquí tienen el gráfico que hice para España).
Desde 2011, el BCE viene incumpliendo sistemáticamente su objetivo del 2%, lo cual entorpece el proceso de desendeudamiento y aumenta el riesgo de quiebras.
La verdad es que en esta delicada situación financiera, para nada resuelta, la caída de los precios y de las rentas nominales no permiten ser optimistas, por mucho que la economía este menos negativa que hace un año. Más bien fija un techo claro a la capacidad de seguir creciendo.
Los análisis del gobierno no hacen mención de estos problemas. El dogma es el dogma. Es un dogma como una losa fúnebre. Losa que no existe, como ven, en Suecia, donde un miembro directivo del Banco de Suecia se permite criticar su política en el pasado.
Tampoco existe en EEUU, como demuestra este discurso de Janet Yellen, futura Presidenta del FED (antes de ser candidata: es impensable que esto se vea alguna vez en el Todopoderoso como inane BCE). Un discurso que es toda una lección didáctica de política monetaria, en contra ciertamente del dogma europeo "losistico", pues explica por qué hay to razones que el paro tiene un componente monetario enorme, y no es una cuestión de reformas estructurales.
A mí se me hace descoranozador ver la amplia brecha cada vez más grande entre nosotros y otros países- no sólo EEUU- en libertad de expresión, capacidad de los altos cargos, responsabilidad individual, independencia de la instituciones y, sobre todo, relevancia. Aquí sólo se pide que bajen los salarios, como lavándose las manos. Debe ser para que aumenten aún más las deudas hipotecarias de los pocos asalariados que quedan y los parados. Y es que siguen, asombrosamente, sin incluir en sus análisis el problema financiero.
En este artículo, Lars Svenson, del Banco de Suecia (uno de los más brillantes economistas de las últimas décadas) demuestra que una inflación simplemente por debajo de la esperada mina el patrimonio real de la gente, reduce el crecimiento y aumenta el empleo.
El Banco de Suecia tiene dos objetivos: uno, desde 1988, la estabilidad de precios; en 1999 se añadió - sin perjuicio del primero- el máximo empleo. El objetivo declarado del Banco de Suecia es una tasa de inflación del IPC del 2%. Sabido es que este objetivo no puede cumplirse estrictamente a corto plazo. Se trata, por lo tanto, de un objetivo a largo plazo en torno al cual se admiten desviaciones transitorias que el Banco intenta corregir suavemente para no producir variaciones indeseadas de la economía (Obsérvese que la gran mayoría de los Bancos Centrales siguen este objetivo, incluso el BCE: aunque para éste el 2% es un máximo).
Ahora bien, como se ve en la figura de Svenson, el Riksbank ha "defraudado" las expectativas de la gente sistemáticamente: la inflación ha sido siempre inferior al 2%, con una desviación media del 0,6%.
Las líneas grises son las previsiones públicas del Riksbank, mientras que la línea negra es la inflación resultante.
Es decir la gente ha tomado las decisiones, durante años, con unas expectativas de inflación sistemáticamente drustradas. En realidad, el NIVEL de precios en cada momento ha sido cada vez menor que el que se esperaba.
Esto es la causa de una Debt Deflation: la gente se endeuda en base a una expectativa de renta nominal (renta real más precios) que luego resulta ser mucho menor en realidad, mientras que la deuda está fijada desde el principio.
Consecuencia: en términos nominales, la renta real es menor, mientras que la deuda es igual, cuanto mayor sea la desviación a la baja de lao precios sobre lo que se esperaba. Aumentan las quiebras, el ahorro (para cubrir las deudas), el desendeudamiento, y el paro (una forma, con la contracción de la inversión, de ahorrar las empresas).
Hasta aquí, Svenson habla sólo de una desviación de la inflación. Adviertase que cuando hay deflación este proceso se agudiza. Y la realidad es que estamos en una coyuntura delicada respecto a la inflación, como vemos en los gráficos de Uneconomical, del que pongo sólo el de toda la zona euro (aquí tienen el gráfico que hice para España).
Desde 2011, el BCE viene incumpliendo sistemáticamente su objetivo del 2%, lo cual entorpece el proceso de desendeudamiento y aumenta el riesgo de quiebras.
La verdad es que en esta delicada situación financiera, para nada resuelta, la caída de los precios y de las rentas nominales no permiten ser optimistas, por mucho que la economía este menos negativa que hace un año. Más bien fija un techo claro a la capacidad de seguir creciendo.
Los análisis del gobierno no hacen mención de estos problemas. El dogma es el dogma. Es un dogma como una losa fúnebre. Losa que no existe, como ven, en Suecia, donde un miembro directivo del Banco de Suecia se permite criticar su política en el pasado.
Tampoco existe en EEUU, como demuestra este discurso de Janet Yellen, futura Presidenta del FED (antes de ser candidata: es impensable que esto se vea alguna vez en el Todopoderoso como inane BCE). Un discurso que es toda una lección didáctica de política monetaria, en contra ciertamente del dogma europeo "losistico", pues explica por qué hay to razones que el paro tiene un componente monetario enorme, y no es una cuestión de reformas estructurales.
A mí se me hace descoranozador ver la amplia brecha cada vez más grande entre nosotros y otros países- no sólo EEUU- en libertad de expresión, capacidad de los altos cargos, responsabilidad individual, independencia de la instituciones y, sobre todo, relevancia. Aquí sólo se pide que bajen los salarios, como lavándose las manos. Debe ser para que aumenten aún más las deudas hipotecarias de los pocos asalariados que quedan y los parados. Y es que siguen, asombrosamente, sin incluir en sus análisis el problema financiero.
2 comentarios:
«[...] A mí se me hace descoranozador ver la amplia brecha cada vez más grande entre nosotros y otros países- no sólo EEUU- en libertad de expresión, capacidad de los altos cargos, responsabilidad individual, independencia de la instituciones y, sobre todo, relevancia.»
No podría estar más de acuerdo con usted. Y lo peor si cabe no es eso, lo peor es que a los mejor formados de este país - que los hay y muy buenos - se le margina y se les aparta o, en muchos casos, ellos mismos deciden irse a donde puedan ser valorados. Es una pena la verdad.
Sí. Y eso va unido con lo demás
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