Reinaldo Atenas fue un escritor cubano perseguido por el régimen castrista, que murió en el exilio después de ser perseguido, encarcelado, torturado y casi asesinado. Antes de morir escribió su autobiografía, donde describe un país asolado por la tiranía. La descripción que hace del régimen policial en el que se persigue cualquier signo de independencia, incluso estética, es una de las mejores descripciones de una dictadura comunista, donde sobrevivir espiritualmente y no doblegarse al uniformidad es difícil. Una de las cosas que más me llamo la atención fue lo que hicieron los cubanos para aislarse del exterior, en una muestra quizás psicótica de ansiedad colectiva.
Consistía en hacerse dentro de la habitación en la que se vivía un habitáculo suspendido en el aire, a la que llamaban " barbacoa", como el propio autor lo cuenta en los párrafos siguientes. Lo transcribo porque dos "amigos" se descojonan de mi cuando se lo cuento, y me miran como si estuviera chalado. Incluso me han hecho dudar hoy, pero lo he encontrado. Aquí está. A mí me ha parecido siempre una de las cosas más terribles y siniestras que había leído nunca, si uno piensa en el motivo que llevó a mucha gente a actuar así, buscando el escapismo encerradose en una ratonera.
Consistía en hacerse dentro de la habitación en la que se vivía un habitáculo suspendido en el aire, a la que llamaban " barbacoa", como el propio autor lo cuenta en los párrafos siguientes. Lo transcribo porque dos "amigos" se descojonan de mi cuando se lo cuento, y me miran como si estuviera chalado. Incluso me han hecho dudar hoy, pero lo he encontrado. Aquí está. A mí me ha parecido siempre una de las cosas más terribles y siniestras que había leído nunca, si uno piensa en el motivo que llevó a mucha gente a actuar así, buscando el escapismo encerradose en una ratonera.
“En aquel momento se había desarrollado la fiebre de la barbacoa, es decir, de construir un piso de madera dentro de los cuartos, al cual se subía por una escalerita. Esto se hacía para tener un poco más de espacio para vivir en aquellas habitaciones; en las barbacoas muchas veces no se podía caminar de pie sino a gatas. Las barbacoas estaban prohibidas por el Gobierno y había que hacerlas de forma oculta...
Yo no quise quedarme atrás y conseguí en bolsa negra la madera para hacerla...... “Tony y Ludgardo fueron los que me hicieron la barbacoa; era un trabajo bastante duro. Había que abrir con mandarrias y pedazos de hierro unos enormes huecos en las paredes y era necesario hacerlo en silencio para que no nos escuchara la presidenta del CDR, por lo que había que envolver aquellos martillos en unos trapos para que no hicieran ruido. Era una verdadera odisea buscar y luego entrar las tablas en el edificio; lo hacíamos de noche. Bebita, su amiga, Mahoma y yo buscábamos por los basureros de La Habana Vieja pedazos de madera y tablas viejas.
Luego vino Nicolás Abreu con una enorme cantidad de pequeñas tablitas que se había llevado de diferentes basureros cerca de su casa en Arroyo Apolo...
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