La síntesis neoclásica dice que si el paro es más alto de lo normal, es porque los salarios están por encima de la productividad marginal del trabajo. La función de producción define la cantidad de capital y trabajo óptima; esas proporción define la productividad marginal del trabajo y del capital, que es la retribución que les corresponde.
La empresa aumentará el capital hasta que su productividad iguale a su coste unitario, que es el tipo de interés.
Aumentará la cantidad de trabajo hasta que su productividad marginal iguale a su coste unitario, que es el salario de mercado.
Las cantidades que se computan en este modelo son reales: salarios reales, tipo de interés real. Los factores de producción son como el chicle: sus antifaces pueden subsano cierre infinitamente. El dinero es un velo que no impide apreciar los precios y salariarios reales y el tipo de interés.
Este modelo es perfeccionable introduciendo fricciones como unidades de factores no divisibles y cierta ilusión monetaria a corto plazo, pero es una acertada descripción de cómo la economía funciona una vez el desconcierto pasajero se disipa. Es una descripción mejor que las otras.
No hay fuerzas exógenas que lleven al desequilibrio. Lo desequilibrantes es un choque exógeno inesperado que cambia los precios relativos de equilibrio. Durante un corto periodo, puede aumentar el paro y hay excedentes invendidos en los mercados por una transitoria incertidumbre en cuales debe ser los nuevos precios y salarios. Pero si ante el paro, los trabajadores aceptan un salario menor, y ante la caída de la inversión (y la demanda de fondos) los ahorradores aceptan un menor tipo de interés, la inversión co era a aumentar y el empleo también.
Repito: es una economía de salarios y precios reales, en la que cuasi automáticamente los agentes conciben cuál es su salario real, por lo tanto su consumo en proporción a la renta, u cual es el precio de los bienes que adquiere. Cualquier equivocación se corrige con la experiencia. Los errores tienden a ser convergentes, es decir, mediante el método de prueba y error se llega de nuevo al pleno empleo de trabajo y capital. No hay ilusión monetaria: la gente no confunde el precio nominal con el real, nada más que un period de breve confusión.
Una innovación es un shock que requiere ser absorbido por las variaciones de pecios y salarios y la desaparición del capital obsoleto y sus sustitución por el nuevo más productivo. Eso exige flexibilidad de desplazamiento de los empleos viejos a los nuevos, mediante una diferenciación salarial a favor de éstos, lo que atraerá a los trabajadores. El paro que se por deuda es transitorio, friccional, que depura el tiempo de que se refiere para estos camino, tanto más ágiles cuanto mayor flexibilidad laboral. Es ignorado, o considerado pagadero oro el trabajador, los costes inherentes al cambio geográfico y de adaptación al nuevo puesto. Se supone que el diferencial de salarios los cubre, o los cubrirá con el tiempo.
Es un modelo en el que cada pieza -cada mercado- se ajusta independientemente de lo que hagan las demás. Si, por ejemplo, la inversión cae y por ello cae el empleo, los trabajadores deben aceptar menores salarios reales para que no haya paro. Ha habido una caída de PIB, por lo tanto de renta, y las rentas de capital y de trabajo han de adaptarse al nuevo PIB per capita, más bajo.
Tal como es el modelo, no hay demanda autónoma que falle. No hay shocks de demanda. Sólo falla la oferta, que por razones técnicas, ha hecho bajar la inversión en capital y el PIB. Lo mejor para adaptarse es bajar salarios y precios hasta que se igualen a las nuevas productividades marginales, que son menores.
Por lo tanto, una política de demanda esta desaconsejada, porque la oferta no responderá, y lo único que se consigue es más inflación. Segundo, una política de redistribución es también desaconsejable, porque altera los salarios de equilibrio, desincentiva la búsqueda de empleo, y disminuye la oferta más de lo que había caído originalmente.
Ahora vean un gráfico, de Krugman, el paro en España en comparación con los salarios en los años 2000-12:
La deflación de salarios no pareceque haya sido un buen remedio para el paro. A menos que -a menos que- como dice la Comisión, lo que pasa es que sí ha sido positivo, pero es que en España los salarios tenían que haber caído un 10% más.
Qué hubiera pasado con el consumo, si los salarios caen un 10% más? Esto no entra en las consideraciones del modelo de la UE, que dice que la mayor parte del desempleo en España es estructural, según su modelo neoclásico.
Como explica Krugman, así ve la Comisión el paro en España, dividido entre paro actual y estructural (debido al salario real):
En resumen, casi todo el paro es estructural. Curioso, pero a medida que aumenta el paro, la culpa es de los salarios, en contra de la evidencia que se percibe en el otro gráfico.
Ayer veíamos que, según los modelos más conservadores sobre la política monetaria en EEUU, el tipo de interés de equilibrio del BCE para España debería estar entre el -3% y el -16%. El primero responde al modelo de la Comisión, en el que el paro es en su mayoría estructural, y aún así necesitaríamos un tipo de interés negativo. Algo que, por otra parte, es inconcebible en los modelos europeos, pues eso aumentaría la demanda interna y acabaría con el excedente exterior que es la joya de la corona.
Yo de verdad que no me explico la fuerza con la que se aferrean, economistas muy capacitados y laureados, que no se dignan bajar de su Olimpo a explicar sus modelos (para eso están las matemáticas) para decir tales patrañas que van contra la evidencia más evidente. Tampoco me explico la distancia sideral que hay entre los modelos que manejan los dirigentes de la FED (Janet Yellen, sucesora de Bernanke) y los que nos tiran a la cara aquí, en Europa, y que el gobierno difunde con complaciencia, como diciendo, ¡uf son de los nuestros! ¿No se podían reunir y ponerse un poco de acuerdo?
La empresa aumentará el capital hasta que su productividad iguale a su coste unitario, que es el tipo de interés.
Aumentará la cantidad de trabajo hasta que su productividad marginal iguale a su coste unitario, que es el salario de mercado.
Las cantidades que se computan en este modelo son reales: salarios reales, tipo de interés real. Los factores de producción son como el chicle: sus antifaces pueden subsano cierre infinitamente. El dinero es un velo que no impide apreciar los precios y salariarios reales y el tipo de interés.
Este modelo es perfeccionable introduciendo fricciones como unidades de factores no divisibles y cierta ilusión monetaria a corto plazo, pero es una acertada descripción de cómo la economía funciona una vez el desconcierto pasajero se disipa. Es una descripción mejor que las otras.
No hay fuerzas exógenas que lleven al desequilibrio. Lo desequilibrantes es un choque exógeno inesperado que cambia los precios relativos de equilibrio. Durante un corto periodo, puede aumentar el paro y hay excedentes invendidos en los mercados por una transitoria incertidumbre en cuales debe ser los nuevos precios y salarios. Pero si ante el paro, los trabajadores aceptan un salario menor, y ante la caída de la inversión (y la demanda de fondos) los ahorradores aceptan un menor tipo de interés, la inversión co era a aumentar y el empleo también.
Repito: es una economía de salarios y precios reales, en la que cuasi automáticamente los agentes conciben cuál es su salario real, por lo tanto su consumo en proporción a la renta, u cual es el precio de los bienes que adquiere. Cualquier equivocación se corrige con la experiencia. Los errores tienden a ser convergentes, es decir, mediante el método de prueba y error se llega de nuevo al pleno empleo de trabajo y capital. No hay ilusión monetaria: la gente no confunde el precio nominal con el real, nada más que un period de breve confusión.
Una innovación es un shock que requiere ser absorbido por las variaciones de pecios y salarios y la desaparición del capital obsoleto y sus sustitución por el nuevo más productivo. Eso exige flexibilidad de desplazamiento de los empleos viejos a los nuevos, mediante una diferenciación salarial a favor de éstos, lo que atraerá a los trabajadores. El paro que se por deuda es transitorio, friccional, que depura el tiempo de que se refiere para estos camino, tanto más ágiles cuanto mayor flexibilidad laboral. Es ignorado, o considerado pagadero oro el trabajador, los costes inherentes al cambio geográfico y de adaptación al nuevo puesto. Se supone que el diferencial de salarios los cubre, o los cubrirá con el tiempo.
Es un modelo en el que cada pieza -cada mercado- se ajusta independientemente de lo que hagan las demás. Si, por ejemplo, la inversión cae y por ello cae el empleo, los trabajadores deben aceptar menores salarios reales para que no haya paro. Ha habido una caída de PIB, por lo tanto de renta, y las rentas de capital y de trabajo han de adaptarse al nuevo PIB per capita, más bajo.
Tal como es el modelo, no hay demanda autónoma que falle. No hay shocks de demanda. Sólo falla la oferta, que por razones técnicas, ha hecho bajar la inversión en capital y el PIB. Lo mejor para adaptarse es bajar salarios y precios hasta que se igualen a las nuevas productividades marginales, que son menores.
Por lo tanto, una política de demanda esta desaconsejada, porque la oferta no responderá, y lo único que se consigue es más inflación. Segundo, una política de redistribución es también desaconsejable, porque altera los salarios de equilibrio, desincentiva la búsqueda de empleo, y disminuye la oferta más de lo que había caído originalmente.
Ahora vean un gráfico, de Krugman, el paro en España en comparación con los salarios en los años 2000-12:
La deflación de salarios no pareceque haya sido un buen remedio para el paro. A menos que -a menos que- como dice la Comisión, lo que pasa es que sí ha sido positivo, pero es que en España los salarios tenían que haber caído un 10% más.
Qué hubiera pasado con el consumo, si los salarios caen un 10% más? Esto no entra en las consideraciones del modelo de la UE, que dice que la mayor parte del desempleo en España es estructural, según su modelo neoclásico.
Como explica Krugman, así ve la Comisión el paro en España, dividido entre paro actual y estructural (debido al salario real):
En resumen, casi todo el paro es estructural. Curioso, pero a medida que aumenta el paro, la culpa es de los salarios, en contra de la evidencia que se percibe en el otro gráfico.
Ayer veíamos que, según los modelos más conservadores sobre la política monetaria en EEUU, el tipo de interés de equilibrio del BCE para España debería estar entre el -3% y el -16%. El primero responde al modelo de la Comisión, en el que el paro es en su mayoría estructural, y aún así necesitaríamos un tipo de interés negativo. Algo que, por otra parte, es inconcebible en los modelos europeos, pues eso aumentaría la demanda interna y acabaría con el excedente exterior que es la joya de la corona.
Yo de verdad que no me explico la fuerza con la que se aferrean, economistas muy capacitados y laureados, que no se dignan bajar de su Olimpo a explicar sus modelos (para eso están las matemáticas) para decir tales patrañas que van contra la evidencia más evidente. Tampoco me explico la distancia sideral que hay entre los modelos que manejan los dirigentes de la FED (Janet Yellen, sucesora de Bernanke) y los que nos tiran a la cara aquí, en Europa, y que el gobierno difunde con complaciencia, como diciendo, ¡uf son de los nuestros! ¿No se podían reunir y ponerse un poco de acuerdo?
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