"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 26 de enero de 2014

Discurso vano y tardío de Rajoy

Rajoy lanzó ayer un resonante discurso, muy aplaudido por los que tienen corta memoria. A Rajoy le recordamos grandes y solemnes discursos parlamentarios, de esos que luego no resuelven nada.

Fue un discurso pedagógico en el que explicó a las masas independentistas por qué un referéndum sería ilegal, "y por lo tanto, no lo voy a permitir". La lección de historia y doctrina constitucional estuvo muy bien, pero me temo que sólo gustó a los ya convencidos. Los demás no creo que escucharan. Pero hay que reconocer que la parte pedagógica de la doctrina expuesta estuvo la mar de bien. Nos recordó a todos que todo depende de la ley para que una democracia sea democracia de verdad, que no se pueden juntar 300 o 3 millones de personas y votar para arrogarse una autoridad. Luego pasó a explicar que, por esas razones, la Constitución sólo autoriza al gobierno a convocar referéndum. Por lo tanto, si el permitiera el referéndum secesionista, el gobierno estaría incumpliendo con su deber.

Fenomenal. El discurso es digno de ser leído. Es un buen ejemplo de oratoria pedagógica, brillante el algunos momentos.

Todo gran líder histórico tenía una capacidad excepcional de conectar con las masas, de unirlas en un sendero común, convencerlas que para llegar a La Paz y a la libertad duradera había que luchar. Véase por ejemplo, Lincoln, Churchill ("Sangre, sudor y lágrimas"), De Gaulle (cuando apelaba al corazón mismo de los franceses: ¡Français!..

Pero esa petición de confianza luego se traducía en hechos. Una vez aclarado al pueblo lo que necesita y aunar las voluntades -para eso son los líderes, ven más allá que la gente corriente- el líder actuaba en consecuencia: no esperaba que las meras palabras resolvieran las cosas, allanaran el camino, difuminaran los obstáculos, se ponían férreamente en acción, sabiendo incluso que podían morir en el intento. (Todos los citado sufrieron atentados).

Hace mucho ya que Rajoy tenía que haber lanzado este mensaje, y hace mucho que tenía que haber demostrado, mediante gestos sucesivos y cada vez más firmes, que la aventura secesionista no es gratis, como una excursión dominguera de colegio. Tampoco necesitaba ponerse heroico, sino meramente consecuente. El problema no es prometer que no habrá referéndum ni secesión. El problema es cerrar las profundas heridas abiertas.

Sólo en las concesiones y favores que se le han concedido a Cataluña, cediendo a un chantaje clamoroso, demuestra lo que podría haber hecho Rajoy para enfriar el empuje secesionista. Lo primero es no ceder al chantaje sentimentaloides de España ens roba. ¿No está defendiendo la Constitución, y, con ello, las leyes fiscales aplicables en toda España? (Menos PV y Navarra, cierto, pero cuya excepcional odas está en la Carta Magna). El gobierno no tiene que demostrar que las balanzas fiscales son así o asá; lo que tiene que hacer es exigir que Cataluña cumpla con sus obligaciones de déficit, y no darle dinero extra para que no quiebre la Generalitat...

Más grave aún es la tolerancia con la política de inmersión lingüística, a todas luces contra la Constitucion, y que está haciendo un daño silencioso, pero enorme, a la población castellano-hablante. Eso era motivo suficiente para haber intervenido contra una ilegalidad flagrante, pero Rajoy no quiere ver la negra realidad, que sus palabras altisonantes convierten en una realidad rosácea y atemportal. De hecho, Cataluña está fuera de la Constitución en muchas leyes de la Generalitat, que están forzando la división en dos de la sociedad, unos con más derechos que otros.

Así que no sé qué tipo de sarcasmo habrán sentido los españoles catalanes cuando Rajoy apeló a a su buen un sentido, pero puedo imaginármelo.

Rajoy apela a la democracia bajo el imperio de la ley, que el mismo elude cumplir por sistema. Le dan pavor las salpicaduras. En España ya hay varias clases de ciudadanos según donde vivan, y unos (los menos, de momento) no están igual de protegidos por el estado, cuya primera obligación democrática debería ser esa. Esos menos ven con aprensión que el gobierno les va abandonando y no hace más que grandes declaraciones vacías de contenido. Con ello consiguen dividir a la sociedad en los ciegos que no quieren ver, y aplauden la retórica de Rajoy (la mayoría) y los pobres oprimidos que intentan adaptarse esperando que vengan tiempos mejores.

Hace tiempo que la democracia está secuestrada por los partidos políticos. Estos avances de los separatistas no son fácilmente reversibles: su resolución mediante la ley es cada vez más difícil a medida que los hechos consumados van relegando la vigencia de las leyes a los archivos. Las leyes serias perden vigor y van siendo sustituidas por un vacío o por nuevas leyes que dan por bueno los hechos antidemocráticos ya en uso. Si se retrasan más, sólo nos quedará y la busca del tiempo perdido en sentido proustiano: pura nostalgia dolorosa.

ADDENDA: Excelente el artículo de J García Dominguez en LD

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