"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 26 de enero de 2014

Girauta y la Constitución

Una entrevista con Juan Carlos Girauta imprescindible. De ella destaco esta opinión sobre la Constitución, que le sirve para comparar a los políticos de entonces y ahora.
- Yo soy partidario de no tocar la Constitución porque, si la tocamos, los nacionalistas catalanes y vascos recibiremos, pero tampoco puede ser que una Constitución elaborada a finales de los 70, cuando todavía había ruido de sables, sea intocable
La Constitución no es intocable. Ella misma prevé sus cauces de reforma. Que los procedimientos sean agravados es lógico; se trata de una Constitución. Está ahí para durar. En cuanto al ruido de sables, ya se lo he dicho antes: ¿Es esta una Constitución plenamente democrática o no lo es? Para el mundo democrático de verdad, para la comunidad de Estados democráticos, sí lo es. Resulta curioso que tanta gente atribuya ahora, retrospectivamente, un miedo invencible a los protagonistas de la Transición. ¡Pues se equivocan! Tendrían miedo, pero lo vencieron. Hicieron lo que había que hacer, y yo creo que hay que honrarlos en vez de arrojar dudas sobre la legitimidad que forjaron. Suárez legalizó al Partido Comunista por mucho ruido de sables que hubiera. Un comunista, un nacionalista catalán y varios socialistas fueron padres de la Constitución e hicieron su trabajo, por mucho ruido de sables que hubiera. Y la derecha española que contribuyó a su redacción no fue menos respetuosa con la democracia, por cierto. De hecho, se cargó el régimen franquista. El Suárez presidente era más demócrata y más valiente que la mayoría de políticos actuales. Vale ya con el ruido de sables. Quizá los políticos que lo invocan se imaginen a sí mismos en una época semejante, y sólo puedan imaginarse con un miedo paralizante. Los hombres de la Transición no fueron así. Nos dejaron una Constitución que ha permitido varias décadas de prosperidad, estabilidad, paz social y respeto a los principios democráticos. Eso es un logro extraordinario en la historia de España. Si esas cosas están ahora en peligro no es precisamente por aquel ruido de sables, sino más bien por la actuación de quienes hoy lo traen a colación para pasarse la Constitución por la entrepierna.
Excelente el artículo de J García Dominguez en LD 

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