"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 13 de enero de 2014

Un éxito rotundo sin réplica posible

Todos sabemos, y nos lo ha recordado recientemente Durao Barroso, que España e Irlanda son los mascarones de proa del éxito de la política de la EU. Tan clamoro se incontestable éxito se ve - si se puede mirar soportando los destellos de luz-, el gráfico de PIB per capita de ambos países. La idea me la ha sugerido Krugman, que hace el ejercicio para Irlanda. Yo añado España. Es claro que ambos países tiene una renta per capita inferior a la de 2001. Éxito sin paliativos.

Ahora bien, recordemos que: primero, este empobrecimiento se ha justificado en mor de un teoría errónea que dictaminó que el problema era sustancialmente de oferta - de reformas estructurales- y de excesivo gasto público. Y que el riesgo más inminente era la inflación. Entonces, el gráfico siguiente corrobora que todo ha sido un absoluto fracaso:

La deuda/PIB ha subido sin complejos. Lo cual da una idea de lo que ha subido la deuda/PIB per capita, si en la imaginación combinamos los dos gráficos.

Algo ha fallado, es evidente. Y es evidente, también, que: otra estrategia fiscal, más a largo plazo; una política monetaria más inflacionista, que redujera el nivel de Deuda/PIB; un banco a central que hiciera de prestamista de última instancia... Habría sostenido con más vigor la demanda, que es lo que se ha hundido estrepitosamente, y se hubiera obtenido crecimiento antes.

Cada vez se parece más esta economía deprimida y cuasi-deflacionista a la economía de los años 1930, cuando se decidió restablecer el patrón oro y eso desencadenó una carrera de los gobiernos al atesoramiento del oro, con la consiguiente contracción monetaria mundial. (sobre esto, ver la última aportación de David Glasner).

Lo que me lleva a concluir que no siempre el tamaño es un objetivo bueno. En 1930 se quiso aumentar la coordinación monetaria entre países y frenar los riesgos inflacionistas que se habían vivido después de la Primera Guerra Mundial. Igual que nos vendieron que el euro acabaría para siempre con los problemas inflacionistas de Europa. En ambos casos desde luego consiguieron acabar con la inflación. El remedio fue mucho peor que la enfermedad.

 

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