"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 19 de marzo de 2014

El patrón oro, el mito del rentista perezoso

Así lo demuestra fehacientemente el blog de "Lord Keynes" (seudónimo).

La demostración de Lord Keynes es sencilla: durante el periodo considerado por los austéricos como "la edad de oro del oro" (Sic), se produce una evolución de un sistema de pleno contenido a un sistema crediticio bancario. Es decir, un sistema en el que el dinero en circulación es cada vez más crédito bancario, cada vez menos ligado a la base monetaria del banco central, el oro depositado en él. Una vez que el dinero es casi totalmente endógeno - creado por los bancos para atender la demanda de crédito- la oferta monetaria es independiente de la base-oro. 



Eso no significa que el Patrón Oro no fuera, como decía Eichengreen, una "Bárbara reliquia". Lo era, pero que cuando la expansión monetaria llegaba a su fin la contracción era "automática" y brutal. En eso sí que era un automatismo perfecto: si el oro del banco central caía por debajo de la línea roja, éste subía los tipos de interés y contraía la base monetaria sin miramientos. Lo único que suavizaba el ajuste era la convivencia entre bancos centrales, para concederse crédito mutuamente y evitar así las salidas bruscas de oro y/o las subidas de tipos de interés. 

Al fin y al cabo, una historia de evolución de una institución, es decir, una visión de la historia muy cercana a la de Hayek, que a mí siempre me ha convencido, pero que él, en este tema concreto, se obcecó con el mito y su resurrección. Dese la invención de la letra de cambio -por poner una fecha que nadie ha pedido -, el dinero es evolución y nada más que evolución. Como era de esperar, después del grandioso error de querer reimplantar el Patrón Oro en el periodo de entreguerras, el dinero ha evolucionado a lo que es hoy, un sistema fiduciario. Probablemente, estamos a punto de pasar a otra fase, aunque no el Bitcoin, el otro mito con el que los austéricos ha querido resucitar el oro. Pero seguramente no nos daremos cuenta, porque la necesidad impone su ley evolutivamente, es decir, gradualmente, hasta que sale un listo y dice que hay que volver al siglo XIX. ¿Y por qué no al XV?  O ¿por que no a comer las mismas calorías que entonces, y a la misma medicina que entonces, y la misma física, y a la democracia limitada de entonces? o al colonialismo, que por cierto, tanto tiene que ver con el "éxito" del patrón oro. No en balde los países del oro eran, empezando por Inglaterra, imperios coloniales: el oro era la última garantía de la deuda pública con la que se sufragaban los costosos ejércitos coloniales. Los tenedores de deuda etsn las clases altas, los rentistas, que vivían del cupón de la deuda adquirida por medio de una herencia o la venta de una tierra. Y los rentistas no compraban deuda si detrás no había un patrón oro que, con su mito, les daba seguridad. Eso si, a costa de virajes cíclicos importantes y el sudrimiento de las clases trabajadores, que eran poco más que esclavos. 

Sí, eso, volvamos a aquellos maravillosos años en que unos pocos vivían sin hacer nada, con el ahorro heredado de sus padres o ascendientes, allá en que se inventó el individualismo para justificar que la felicidad de cuatro se asentara sobre los hombros de la mayoría. ¡Viva el liberalismo austérico! Vía ibas a él, un ricachón podía cruzar Europa de punta a punta con unas onzas de oro. ¡Exactamente lo mismo que se decía que íbamos a poder hacer con el euro! 

De todas formas, los mentecatos no saben ver la relación directa que hay entre el euro y que les suban los impuestos. ¡Pobres! Son cada vez más pobres y no saben por qué. 

Ojo, que no soy marxista. Marx, como la mayoría de los economistas, no supo ver que el problema no era la economía real, sino la financiera. Aparte de que no creó una teoría, sino una religión. 

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