La deflación, o la simple desinflación, es perversa porque sube los tipos de interés reales devengados. Prueba: el gráfico adjunto. Arriba, los tipos de interés nominales de la deuda pública a 10 años y del crédito bancario a Hogares y Empresas (interés sintético calculado por el BdE, fuente de los datos). En la linea verde, la inflación del IPC subyacente (IPC menos alimentos no elaborados ni energía, que se supone la inflación más probable en el futuro). Abajo, los mismos tipos de interés pero reales, es decir, deflactados por el IPC subyancente.
Como ven, en términos reales los tipos aumentan notablemente desde la crisis de 2012, aunque nominalmente han bajado (por el "Efecto Draghi"). La desinflación ha elevado el coste real del consumo y de la inversión.
Sólo en caso de que las expectativas de salario real y beneficio real fueran superiores al tipo de interés real devengado, podría considerarse buena a desinflación/deflación. pero es muy difícil que crezca el PIB con deflación, precisamente porque los tipos reales de interés suben. Mientras el PIB crezca menos que el tipo de interés real, las deudas, pública y privada, en relación al PIB, suben.
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