"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 6 de marzo de 2014

Razones de la prolongación de la crisis. Un esquema Minskyano

En este artículo se pretende mostrar la verdadera cadena de causa-efecto de la excesiva prolongacion de la crisis, ya por su séptimo año si contamos desde agosto de 2007. Las causas de esta tardanza son de orden político: erróneo diagnóstico del gobierno y las autoridades europeas, y  persistencia en ese error. Si no estoy equivocado, este esquema alternativo es deudor de Minsky.

Lo que esencialmente dice Minsky es que el capitalismo actual es demasiado financiero. Eso quiere decir que la intermediación financiera se ha extendido y perfeccionado tanto (aparentemente), que la conexión capitalista clásica entre el beneficio esperado del empresario y el tipo de interés o coste de la inversión se ha borrado. Antes, el banco estudiaba cada plan de ampliación o nueva inversión como una posibilidad de beneficio a largo plazo, que garantiza el cobro del préstamo y los intereses. La innovación financiera, aplaudida por los economistas de mercado, ha deshecho esa relación directa, desde el momento que el banco se puede deshacer del riesgo transfiriéndolo a otra entidad mediante productos diseñados al efecto. Esto aumenta potencialmente la capacidad de crédito del banco y de endeudamiento de su cliente. Me parece que es la mejor y más simple explicación que he visto de la precrisis y de la postcrisis. Naturalmente, es fácil ver ahora que la estabilidad aparente previa a la crisis era totalmente ficticia y perniciosa, y que llevaba necesariamente y a su abrupta ruptura. Una vez acaecida, se producen una serie de reacciones que, evidentemente, no se pueden corregir por la "racional" reacción de los agentes y los mercados. Queda una situación general de anegación en las deudas, mientras los activos que las cubrían se hunden. Comienza un proceso de desapalancamiento (liquidación de deudas) que disloca los mercados monetarios y financieros. La banca se hunde en una crisis que sólo puede resolver la intervención pública - aunque eso no quiere decir que con pérdidas para el contribuyente: una nacionalización puede ser la solución más eficaz. 

Y ahora describamos ese orden causal oculto tras la teoría errónea generalmente considerada como la ortodoxia. El orden causal no es (como asumen la UE y el gobierno) deuda pública - subida de tipos de interés - contracción de la actividad - desempleo. La deuda pública es efecto de la contracción y de la dislocación de la cuentas patrimoniales, sobre todo bancarias. 

Los errores cometidos en la gestión de la crisis por parte de las autoridades nacionales y, sobre todo, de la europeas, quedan reflejadas en los gráficos adjuntos.

En el de arriba se puede ver la ratio de Deuda/PIB. Su giro al alza y su fuerte subida a partir del comienzo de la crisis financiera, en 2007, se debe tanto a la subida del valor absoluto de la deuda como a la caída del PIB. 

El primero, por su parte, es achacable, en su mayor parte, a la caída de los ingresos fiscales, pero también al lógico aumento de los gastos relacionados con los afectados por la crisis: familias, empresas, y banca. Hay un componente cíclico, de estabilizadores automáticos, pero la excepcional dureza de la crisis hace que sea difícil de separar el componente cíclico del discrecional. 

Desde la UE, desde el principio de la crisis, cometió el error de priorizar sobre todo lo demás la reducción de la deuda pública. Además, este error se vio reforzado por la política de contención impuesta al BCE, que intensificó las tendencias recesivas implícitas en una crisis financiera de apalancamiento/desapalancamiento, que exigía una política delicada y de grandes recursos públicos para suavizar el segundo proceso. 

A eso se añade el principal y reiterado error de los sucesivos gobiernos de España: empeñarse en que el inevitable rescate bancario se hiciera con capital privado. El capital privado no existía en el interior, dado el grado de endeudamiento que había dejado la crisis. Esa actitud nihilista hizo perder varios años y encareció al final la aportación necesaria del gobierno. 

El capital exterior dependía del restablecimiento de la confianza, algo difícil cuando todos los países padecían los mismos males en mayor o menor medida. 

En el primer gráfico se puede ver también el tipos e interés de la deuda pública española a 10 años. Es palpable que, en contra de los pregonado por los modelos al uso en la UE, el tipos e interés no tiene relación visible con el nivel de deuda pública. El tipo de interés subió hasta un pico en 2012, y luego desescaló posiciones abruptamente mientras la deuda seguía subiendo. 

Esa escalada de los tipos, y su posterior caída a niveles de un década anterior, se debe a las vacilaciones mencionadas por pare de la UE. Hasta 2012 se mantuvo una política de "presión persuasiva" a sus miembros para que se centraran en consolidar sus deudas, mientras que el BCE hacía una política negacionista de su papel de prestamista de última instancia - papel, que todo hay que decirlo, si es mencionado explícitamente en los Trarados, es para negarlo. 

Este nihilismo fue el que originó una desconfianza creciente hacia los países más golpeados por la crisis, cosa que se comprobó luego cuando el BCE decidió, al menos de palabra, asumir ese papel, con el anuncio de la OMT de Draghi (aunque ahora su poder de decisión queda en suspenso por la actitud del Bundesbank y del Tribunal  Consrirucional de Alemania). Efectivamente, fue en 2012 cuando los tipos de la deuda bajaron del pico del 7% a menos del 4% actual. Una cuestión de confianza que fue totalmente independiente de los niveles de deuda.... Aunque no debemos esperar que esa confianza sea eterna: depende de sí esa deuda emitida es eficaz en el desendeudamiento de los sectores privados, bancarios y no bancarios. 

El tiempo perdido, y el negarse a admitir la raíz de la crisis bancaria, hasta que llegó el préstamo del MEDE y sus condiciones en el MOU (Memorándum of Understanding), mantienen serías dudas sobre sí el rescate bancario ha llegado a buen fin. La opinión de los autores  "Anatomía de una Crisis" de Aristóbulo de Juan et Al, es que el gobierno se quedó corto al utilizar menos de la mitad del préstamo, y que debería endeudarse por el segundo tramo.

En el gráfico segundo se puden ver las consecuencias de la profunda crisis bancaria, aunque también la comentada actitud del BCE potencia dichos efectos.

Como puede verse, el dinero en circulación, M3, en España se ha derrumbado: ahora mismo sigue en tasa anuales negativas. El componente más importante de esa oferta monetaria es el crédito bancario a los demás sectores privados, empresas y hogares; como se ve, pese al rescate bancario se mueve en cifras contractivas.

En ellos ha influido, ciertamente, lo tardío del rescate, pero también la política del BCE, que no incentiva a la banca a salirse de la inversiones en deuda pública, el único sector con acceso al crédito. 
En todo caso, el hundimiento del crédito explica gran parte de la recesión continuada y de un problema que viene amenana desde hace poco: la baja inflación, que podría derivar en una deflación. Esto es negado por el BCE, lo cual no deja de alimentar precisamente esas expectativas deflacionistas, algo letal para el proceso de desendeudamiento de la economía. 

Los signos son claros: bajos tipos de interés nominales , desinflación/deflación, crédito en retroceso... Sólo pueden deberse a unas expectativas de estancamiento o recesión, que contraen la demanda de crédito. A su vez, la dislocación de la banca provoca una restricción de la oferta, distinguible en los altos tipos de interés reales del préstamo bancario. El déficit público ha contribuido a suavizar la contracción del sector privado, aunque su asignación de los fondos públicos captados para solventar los problemas de fondo no ha sido acertada. 

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