Bueno, al final, resulta que el buen dato de empleo en abril se debe al turismo, que acapara más del 50% de las nuevas afiliaciones a la Seguridad Social y otros contratos. A mi me parece fenomenal: a ver si de una vez España se reconcilia con su destino: parque temático de los europeos grasientos y de los españoles que tengan algún tipo de renta o alguna ayuda a la tercera edad, los mejores clientes de este sector. Fenomenal.
Cambiamos ladrillo por hostelería, con la ventaja de que hostelería arrastra mucha construcción y muchos pisos a medio acabar que, gracia al turismo, subirán poco a poco de precio. Esto va en la buena dirección; ahora que no la jodan las múltiples y multiformes autoridades de su padre y de su madre, y no pongan palos en las ruedas de ese brote verde que podría ser vigoroso, con futuro.
Si ven los puntos donde se ha creado más empleo en abril -Andalucía, Baleares, seguidos de Calaluña, Castilla, y Madrid- es clara la influencia de la Semana Santa. Y es que, España tiene un truco maravilloso que los europeos nos quieren quitar: los puentes. Los puentes son una magnífica política de oferta/demanda, gracias a ellos España se pone en disposición de dar albergue y alimentar a millones de españoles que van de un lado para otro en busca de merecido relax, tras el estrés de estar parados o de aguantar un jefe 12 horas al día. Es una política de oferta muy bien pensada, con la que los oferentes de luxury y resort van afinando constantemente sus armas tecnológicas antes de que llegue el gran momentum, el largo y válido verano.
A favor de este sector de futuro está el intercambio libre de culturas y sexo, algo para lo que nuestra jumentud está ya muy preparada gracias a las becas Erasmus, una escuela de quita miedos y desfloramiento en todos los sentidos sexuales que uno pueda imaginar. Cuando llegan las víctimas del norte, ya somos duchos en la materia y completamos la oferta en este sentido tan sutil y difícil.
España despierta de nuevo. Como siempre, no es la planificación intencionada, sino la mano invisible de Adam Smith la que desbroza el camino, El Camino. Aunque hay que reconocer que hay gastos público, sin estrategia pensada, que colaboran con gran eficacia en el "modelo". Hay un mantener el equilibrio.
Cambiamos ladrillo por hostelería, con la ventaja de que hostelería arrastra mucha construcción y muchos pisos a medio acabar que, gracia al turismo, subirán poco a poco de precio. Esto va en la buena dirección; ahora que no la jodan las múltiples y multiformes autoridades de su padre y de su madre, y no pongan palos en las ruedas de ese brote verde que podría ser vigoroso, con futuro.
Si ven los puntos donde se ha creado más empleo en abril -Andalucía, Baleares, seguidos de Calaluña, Castilla, y Madrid- es clara la influencia de la Semana Santa. Y es que, España tiene un truco maravilloso que los europeos nos quieren quitar: los puentes. Los puentes son una magnífica política de oferta/demanda, gracias a ellos España se pone en disposición de dar albergue y alimentar a millones de españoles que van de un lado para otro en busca de merecido relax, tras el estrés de estar parados o de aguantar un jefe 12 horas al día. Es una política de oferta muy bien pensada, con la que los oferentes de luxury y resort van afinando constantemente sus armas tecnológicas antes de que llegue el gran momentum, el largo y válido verano.
A favor de este sector de futuro está el intercambio libre de culturas y sexo, algo para lo que nuestra jumentud está ya muy preparada gracias a las becas Erasmus, una escuela de quita miedos y desfloramiento en todos los sentidos sexuales que uno pueda imaginar. Cuando llegan las víctimas del norte, ya somos duchos en la materia y completamos la oferta en este sentido tan sutil y difícil.
España despierta de nuevo. Como siempre, no es la planificación intencionada, sino la mano invisible de Adam Smith la que desbroza el camino, El Camino. Aunque hay que reconocer que hay gastos público, sin estrategia pensada, que colaboran con gran eficacia en el "modelo". Hay un mantener el equilibrio.
2 comentarios:
Si lees este post en plan monólogo de humor está muy bien.
Si no, te encuentras con la cruda realidad.
Pues eso
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