Ana Fuentes, en "The Corner" se pregunta si la acción del BCE reciente puede repercutir en tipos de interés negativo, como sucedió en plena crisis del euro,con el bono alemán a menos cero a 3 años de vencimiento.
Las decisiones recientes del BCE ya han hecho caer ese tipo de interés a 0,05%. Aunque esta vez, el diferencial con el bono español está en mínimos históricos, no como estonces, en que la desconfianza hacia nuestra capacidad e de pago había hecho subir la prima a 600 pb.
Los,bajos tipos de interés a lo largo de la curva denota una expectativa cero de inflación y crecimiento. No es por lo tanto, una buena noticia.
Unas expectativas sólidas de crecimiento y moderada inflación se reflejan en una curva de tipos de pendiente positiva. En cambio, la expectativa de una recesión produce una curva negativa:
Como se ve en él grádico, que representa el rendimiento a 10 años de EEUU menos el de tres meses, antes de las recesiones (zonas sombreadas) el indicador cae abruptamente, tanto porque la FED tensa sus tipos como porque los rendimientos de los bonos se desinflan al anticipar una contracción. Es algo complejo, pero se supone que los mercados de bonos están anticipando la caída de los tipos de interés a corto que inevitablemente tendrá que hacer la FED... Como ocurre en efecto cuando la FED recibe pruebas ciertas de la recesión.
No siempre, pero los movimientos de este indicador suelen ser reflejos fiables de las expectativas sobre la economía real.
En Europa, aún antes de la edición del BCE de jueves pasado, los tipos de interés de la zona se han girado decididamente hacia abajo, como vemos en el gráfico, que representa la media de rendimientos de la zona calculada por el BCE:
(Esta media de los bonos de la Zona Euro esconden una cierta dispersión, que va desde el bajo nivel de Alemania (1,35% a 10 años) a los niveles de los países del sur (5,75% en Grecia es el máximo). España está en 2,64% a 130 pb sobre Alemania.)
Por lo,tanto, es muy posible que volvamos a ver tipos de interés negativos en Alemania, pero esta vez sin los diferenciales que había en 2012. El BCE espera una inflación muy baja hasta al menos 2016, y eso vaticina un bajo crecimiento. Ambas cosas deprimen los rendimientos de los bonos. Además, las medidas anunciadas el jueves redundan en una confianza de que no habrá problemas con la financiación de las deudas.
Sin embargo, esto no es del todo tranquilizador. Sólo garantiza que los gobiernos no van a tener dificultades para captar dinero, pero no garantiza que se restablezca el crédito privado. A eso apunta Wolfgang Münchau (http://www.ft.com/intl/cms/s/0/bc7f2462-eca2-11e3-a754-00144feabdc0.html?siteedition=intl),
" I expect the €400bn TLTRO to have some effect but not a significant one. In the eurozone, demand for loans and the supply of credit are falling at the same time. Many companies are paying off their debts. Others are funding investment projects out of reserves or earnings. This is a balance-sheet recession of the variety that Richard Koo, chief economist of the Nomura Research Institute, diagnosed in Japan in the 1990s. No matter how great the incentives, many companies do not want to borrow.
Meanwhile, banks want to reduce their risky lending so as to reduce the amount of equity they have to raise under new banking regulations. Also consider that the banks have been busy paying down the previous ECB loans ahead of schedule. They do not want new money from the ECB. In fact, they do not even want to hang on to the money they already have.
Funding for lending is a long-term treatment, not a quick fix. It will be phased in over two years, beginning in September. The first of the loans will be for four years. Still, it may help reinforce the painfully slow recovery in bank lending."
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