La suerte está echada, dijo Julio César al cruzar el Rubicón. Julio César se rebeló contra la autoridad del Senado, se volcó contra Roma para acabar con Pompeyo, el general que poseía la legalidad del mando. Pero da legalidad y ese apoyo del Senado no impidió que Julio César conquistara Roma.
Roma esperaba amedrentada, como espera España ahora, amedrentada. Porque sus gobiernos nacionales, desde la Transición, volvieron a sacar de la caja de Pandora los demonios que tantas muertes había costado sofocar y encerrar.
España, dejada de la mano de Dios y de la ley una vez más, por sus gobiernos que han permitido y fomentado que Cataluña incumpliera la ley, esperando en vano que se apaciguara. Los apaciguadores. Los Chamberlains. Es una tentación de la democracia, dejarse llevar y dejarle el muerto al siguiente gobierno. Y así cuarenta años de transición, cediendo unos y otros, esperando el apaciguamiento que no llega.
Porque aquí en esta historia, aunque ya no sirva ya de nada, hay que decir que Mas no tiene la culpa del todo. La culpa ha sido cuarenta años de desgobierno que ha permitido formar 17 estados soberanos.
Esta situación de progresiva debilidad del centro frente a la periferia se ha visto intensificada por la cesión de soberanía económica a Europa. Si Madrid contara todavía con los poderes cedidos a Europa, podría haber ejercido otra política más eficaz contra la crisis (digo podría, no habría, pero lo digo con las pruebas de otros países nada prósperos, como Polonia, que apenas han sufrido la crisis por no estar en el euro). El que se crea que la crisis no tiene nada que ver en este escenario, que abra bien los ojos: las crisis se traducen siempre en malestar, que a su vez crean sueños e ilusiones colectivas disparatadas, como la independencia que lleva un siglo flotando en el aire como mágica solución. Y en este escenario de frustración generalizada por la crisis económica y social, la fusión del sueño milenarista catalán con la desesperanza sólo puede producir monstruos incontrolables.
Eso no quita un ápice de responsabilidad a Mas y sus Corifeos. Acabe como acabe esto, acaba mal. Mas es responsable de llevar a sus ciudadanos a un precipicio y dejarlos ahí, porque él ha perdido el poder de convencerles que han de volver a sus casas tranquilamente. Es responsable de haber hecho un roto irreparable en España y su convivencia.
En todo caso, tanto tiempo cediendo, tanto tiempo diciendo que el independentismo es legal, tanto tiempo dejándoles saltarse las leyes, y con un gobierno que lo único que dice es que "no se va a votar porque es ilegal", me parece que tiene muy mala pinta este tren sin frenos, lanzado a toda máquina contra todos nosotros, los españoles.
Así que supongo que Rajoy y Mas, entre la suspensión cautelar del TC y el 9 de noviembre, acabarán negociando. Mas, porque probablemente no quiere seguir adelante, no quien ser responsable del vacío de una independencia expulsado del la UE y del euro. Y Rajoy porque no tiene la convicción suficiente para imponer el cumplimiento de la ley. Una negociación que acabará en un marco de soberanía de Cataluña que no se llamará soberanía, sí: un Pacto de Múnich, algo que pueda presentar Mas como un triunfo y Rajoy como solución; en el que entrará de alguna manera el País Vasco para tomar lo que todavía no tiene. Y a Rajoy no le interesa para nada que el poder en Cataluña pase de Mas a Junqueras: no le conviene debilitar a Mas.
Y a esperar otros tiempos para seguir presionado. Porque no creo que se ejerza la fuerza legítima para reprimir esta locura, no hay convicción ni del gobierno ni de la población.
Pero estas heridas no se cierran. Estas heridas que se han legitimado y fomentado desde el poder, con una historia de fracasos y rencores, que se agrandan al paso de generaciones, no se curan si no es al cabo de generaciones. Muchas generaciones, cuando a los niños catalanes se les inculca el rencor a España como una virtud ciudadana.
En fin, Rajoy, hay tienes al Miura que no has querido ver, que tus predecesores no han querido ver, ine te lo han engordado hasta ser indomable. No tienes más remedio que salir al ruedo. Tienes a los tribunales de tu parte, tienes el apoyo de la ciudadanía, pero parece que detrás arrastras un vacío debajo de tanta palabrería inútil.
"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
2 comentarios:
El guión es fácil de adivinar por dónde se desarrollará ahora. Suspensión cautelar sí o sí por el Tc porque eso no es negociable, pero a partir de ahí se abre el melón. Y todo cabe. De hecho no es descartable una sentencia "interpreteativa" que declare legal el referendum bajo determinadas condiciones. Obviamente tal sentencia sólo cabrá si entre medias los actores del drama alcanzan algún punto de acuerdo que en definitiva deje en letra muerta la constitución. Y esto se viene haciendo con lenidad desde 2.004 cuando zetapé abrió definitivamente la caja de los truenos y para acomodar el estatut nos sometió al resto a una reforma estatutaria que hasta hizo a Extremadura titular de la potestad de convocar referendums. Todo saltó por los aires desde entonces y la palanca que explica el proceso, me temo que no es más que las ansias de medro de unas elites caciquiles que carecen de toda idea o noción del bien común y que secretamente aspiran tan sólo a ser el Jordi Pujol de su mesnada y que han conseguido acogotar a las direcciones nacionales de los partidos, los sindicatos y la patronal. La Casa Real siempre les miró con simpatía, insuflando ánimos a sus aires medievalizantes que es tanto como otorgarles legitimidad directa. Y así el rey de España, sólo aspira ya a ser príncipe de Viana con la ocupación de inaugurar algun evento siempre en euskera, a ritmo de txistu y por supuesto cuando antes jure los fueros y apruebe las peticiones de los excelentísimos herederos de la ETA. En Cataluña, igual no evita que le zumben con la sandalia. A eso vamos.Todo muy moderno y propio del siglo XXI, en fin.Duele España, don Miguel, duele sobre todo por lo que nunca ha sido capaz de querer ser: simplemente España. Sin prejuicios atávicos ni esa impostada y huera vanidad por recrearse en pasados idealizados.Entre todos se han encargado de impedir que arraigase una mínima conciencia nacional que nos sirviese para caminar juntos sin miedo al futuro y con una legítima sensación de orgullo. Y ahora ya no se sabe dónde puede acabar esto.
Excelente comentario, que inmediatamente subo al blog.
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