"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 30 de octubre de 2014

El camino "recto". Alemania, España y otros

En un Working paper del BCE, "FINANCIAL FRAGILITY OF EURO AREA HOUSEHOLDS", se presenta un "Strest Test" de los hogares de la zona Euro en casos en que las variables más relevantes - tipos de interés, renta, empleo, precio de la vivienda - sufrieran importantes alteraciones. (Como esto se hace con miras a medir el impacto negativo en lo prestamistas bancarios, me imagino que este estudio ha sido usado en el famoso Strest Test a la banca de la Zona. A lo mejor me equivoco.)

Es un trabajo muy exhaustivo, que concluye que en su conjunto, los hogares de la zona Euro son sólidos financieramente, pero que en la algunos países "periféricos" los efectos de alteraciones de esas variables podría afectar a su solvencia como por prestatarios. (¿No son deliciosas estas frases que dicen que en una zona monetaria única grandes poblaciones de ciudadanos sufrirían grandes quebrantos, que el si. Que repercutiera en otras? )

El estudio es muy largo y no vale la pena resumirlo aquí. Quizás baste decir que las conclusiones principales contienen indicaciones particulares para España no muy halagüeñas, pues es el país en que la combinación de factores adversos en tipos interés, empleo, y valor de los activos colaterales potencia más la exposición a quebrantos por parte de los hogares y de los bancos. Las hogares españoles quedan en cabeza de los demás en cuanto a riesgo financiero se refiere. (Uno se pregunta cual será el efecto combinado real de tantas adversidades realimentándole unas a otras.)


Esto contrasta con la imagen de recuperación definitiva que el gobierno quiere transmitir. El gobierno, y muchos economistas, se centran en el análisis de indicadores reales, pero estos juegan en un escenario financiero que determina los límites. Lo que ha demostrado la crisis es que análisis de flujos reales, des contextualizar os financieramente, son muy poco significativos.
Pero no es sólo que un Strest test hipotético para casos extremos, coloque a las familias españolas como las de más alta probabilidad de riesgo de impago; es que los datos actuales discrepan de esa visión rosácea que estamos en la rampa de salida, atras el Cabo de Hornos, de una recuperación son reveses.
Hay variables, sobre todo financieras, que plantean un sombrío panorama para los hogares trabajadores-empresariales españoles, que no ayudan a conjurar estos riesgos que el estudio del BCE muestra.
En el gráfico primero, tenemos los tipos de interés a los que más sensibles son el estado patrimonial de las familias española, como son el tipos e interés al consumo y el tipo de interés aplicado a PYMES. Ambos, pese a los sucesivos anuncios que el BCE viene emitiendo de facilidades crediticias, muestran una resistencia numantina a bajar, pese a que los ricos de pasivo más importantes de la banca -el tipo interbancario de la Zona Eueo y el tipo de interés de depósito, están prácticamente al nivel cero.
Teniendo en cuenta la inflación negativa, los tipos de interés de activo de la banca al sector más castigado por la crisis son terriblemente onerosos, por no decir prohibitivos.
Se suele admitir sin mayor debate que en España la banca no presta a los individuos y a las PYMES porque no hay demanda de crédito. Es más plausible una combinación de ineficiencias an ambos lados: que haya un problema estructural de oferta, por parte de la banca, y ciertamente por parte de la demanda.
Por parte de la oferta, los diferenciales crecientes entre los tipos del activo y del pasivo son un claro indicio de que la banca no ha acabado de resolver sus problemas. Podríamos preguntarnos si el éxito de los recientes Strest Test a la banca, por primera vez a nivel de toda la zona, van a ser una puerta abierta a que por fin cuya el crédito y deje de caee, como se ve en el siguiente gráfico (crédito mensual a consumo y empresa menores de 1 millón de €).
El mercado, con su reacción bajista aparte las acciones bancarias, y los comentarios de algunos expertos, hacen dudar de que así sea.
También se suele afirmar que el problema es de colateral de los prestatarios, lo cual es un afirmación probable, pero poco útil si no se explican bien los motivos de que los clientes de los bancos tengan un parrimonio y una renta precarios y poco fiables. Por parte de los activos, es claro que la caída de los precios de la vivienda ha arruinado a los hogares españoles, y por parte de la renta, la pérdida de empleo y la sustitución por un empleo temporal y/o a tiempo parcial agravan el problema de "colateral" (o ausencia de él) de las familias españolas.
Como en todos los países que han sufrido la crisis, ésta ha tenido un efecto demoledor en la distribución de la renta y la riqueza, tanto más contundente cuanto mayor haya sido la burbuja inmobiliaria. La razón es clara: los segmentos de la población más endeudados con hipotecas han busto caer de precio sus activos, mientras sus deudas permanecían. En países como EEUU, donde la entrega del inmueble redime la deuda, el efecto ha sido importante, pero menos que, en países como España, en que la ley - defendida por la banca - no redime al deudor con la pérdida de su activo.
Como dicen los autores de "House of Debt" (Atif Mian and Amir Sufi), la política anticrisis ha estado mal enfocada, porque ha obviado el problema más importante: la situación ruinosa de las familias de renta del trabajo, que hubieran requerido menos dinero si se les hubiera ayudado a pagar sus deudas -lo que de paso hubiera aliviado el problema bancario.

Claramente, en Europa ha sido mucho peor. La política se ha centrado en la oferta y en los déficits públicos, lo que en una Balance Sheet Deflation es suicida. Y más si se ha practicado una política monetaria contractiva, comomla del BCE Ávila de ver si comparamos sí balance con el de la FED.

Una combinación de absorción del sector público de parte de la deuda privada, financiada con tipos de interés cero (adquisición de deuda pública), mientras la inflación esté por debajo del objetivo, hubiera recuperado antes la confianza de consumidores e inversores.

No se ha hecho. En parte por doctrina profundamente errónea, y en parte porque el país dominante, Alemania, no lo ha necesitado: durante la burbuja en España, Alemania apenas se recuperaba de su reunificación, y lo que tuvo fue una deflación de inmuebles, mientras nos prestaban a nosotros dinero para financiar la burbuja: al cambiar el ciclo, se invirtieron las posiciones financieras.

Un absoluto contraste de posición en el ciclo -real y, sobre todo, financiero- que además se ha agudizado por la errónea -e interesada- doctrina emanada de Alemania, que se ajusta a sus necesidades como un guante: como se ve en el cuadro, Alemania tiene la mitad de deuda pública que nosotros y la mitad de deuda privada, en términos de PIB. Con la diferencia añadida que son deudas internas para ellos (posición exterior acreedora de 150% del PIB), mientras que nosotros tenemos una deuda externa del 166% del PIB. Un contraste letal, pues hace difícil que Alemania "comprenda" los problemas de los países del Sur. Aparte de que hay un oculto argumento en la doctrina al uso de expiación, de purga, aunque ello lleve al desastre de todos. Pero ¿quién convence a unos políticos con las elecciones ganadas de antemano si siguen el camino "recto", de la austeridad, que le exigen los electores?

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