"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 1 de octubre de 2014

Es suficiente la devaluación del euro?

El euro se está devaluando desde hace meses, lo que es una buena noticia. ¿Es suficiente esta devaluación para reavivar definitivamente a la economía del euro?

Veamos primero como ha ido la trayectoria del euro/dólar desde que se fundó.

En al imagen, el euro valorado en dólares desde que en 1999 fue lanzado a la cotización inicial de un euro/dólar. Después de una caída inicial, desde 2002 empezó a apreciarse frente al dogal, hasta su cota máxima que rozaba los 1,6 dólares/euro, a partir de la cual, y hasta ahora, ha mostrado una firme resistencia a bajar de ciertos niveles. Ese suelo que parace no traspasar es el de 1,3 dólares/euro.

Por lo tanto, debemos ser cautos sobre si está vez es la definitiva devaluación del euro que traiga la recuperación económica; y si eso es suficiente para una duradera recuperación.

Los mercados parecen apostar por ello, debido a que anticipan una política de compras de bonos por parte de Draghi. Es decir, un QE.

Antes de analizar los obstáculos políticos que se avecinan, veamos si la depreciación del euro tiene un largo recorrido desde un punto de vista de un simple modelo IS-LM con sector exterior: es decir, con efectos internos del tipo de cambio. Según este sencillo modelo, la devaluación cambiaria vendría a sustituir (aunque podría complementarlo) el efecto expansivo interno de una bajada del tipo de interés.

El efecto expansivo del tipo de cambio se produce por la demanda externa, es decir, por su efecto en las exportaciones. Las exportaciones en las que influye el euro son las exportaciones de la Zona Euro, naturalmente. La devaluación del euro no afecta al comercio entre países de la zona, pues todos intercambian en euros. Por lo tanto, para cada país del euro, el efecto en sus exportaciones depende de la proporción de comercio con el resto del mundo, que para España, por ejemplo, es el 40%. Lo mismo se puede decir del efecto enfriamiento de las importaciones, que al devaluarse el euro se encarecen.

Por lo tanto, cabe preguntarse por cual es la situación exterior de la Zona Euro en su conjunto, lo que vemos a continuación. En el siguiente gráfico, se puede ver el saldo exterior de la Zona comparado con el saldo exterior de EEUU. Es decir, la línea roja es la cuenta corriente del euro dividida por la ídem de EEUU, ambas indiciadas.

Es fácil ver que desde 2008, año de comienzo de la crisis, el saldo exterior del euro no ha hecho más que mejorar intensamente frente al de EEUU. Y eso a pesar de la supuesta sobrevaluación del euro/dólar. En otras palabras, desde el punto de vista de comercio exterior, no parece que este justificado la devaluación del euro como remedio al estancamiento de la economía europea. Es más, es muy posible que esa devaluación encontraía resistencias de países que,como EEUU, todavía arrastran un déficit exterior, o Japón, todavía empezando a salir de la deflación.

Se comenta en los mercados que el euro debería bajar a 1,15 dólares/euro para alcanzar el equilibrio. El equilibrio en el mercado cambiado es osado precisarlo, porque casi nunca se queda en el sitio soñado. Hemos visto una resistencia hasta ahora de pasar del 1,3 $/€. Cabe pregunta si, a) eso sería suficiente para el objetivo de desatascar la economía europea, y b) si sería un equilibrio estable, dada la opulenta balanza de pagos del euro, y sobre todo de Alemania. Alemania mantiene un superávit exterior que determina el de toda la zona, lo que no es un gran incentivo para propugnar o permitir políticas más expansivas del BCE. Sin embargo, lo que necesita la economía del euro es DEMANDA INTERNA, no demanda externa. Además, necesita que esa demanda interna sea asimétrica, es decir, en primer lugar de Alemania. Ello haría aumentar las exportaciones a Alemania del resto de la zona, lo que tiraría de las economías que la componen sin que represente un peligro con una inflación que el último dato dice que es negativa.

Resumiendo este pequeño embrollo que parece que no se entiende, una zona monetaria ha de tener flujos de compensación para limar desequilibrios mutuos crecientes. Es decir, si un país (o países) tiene(n) déficit frente a otro(s), estos tiene superávit, y esa situación lleva a la inestabilidad financiera. Porque el país deficitario va acumulando deudas, mientras que el superávitario acumula el derecho de cobro de esas deudas. Va acumulando, es decir, cada vez debe más.

Como una zona monetaria tiene una sola moneda, no se puede buscar el equilibrio por el ajuste cambiario. Bien, pero el patrón oro era un sistema como el euro, en el que el papel de éste los representaba el oro, al que se fijaba la paridad de cada moneda.

Eso garantizaba un ajuste simétrico: los flujos de oro hacían converger los precios hasta que se equilibraban las exportaciones e importaciones.

Volviendo a la pregunta del principio, ¿es suficiente la devaluación del euro a 1,15$/€ para remover todos los problemas?

Si el problema es de demanda interna muy mal repartida, y otras asimetrías como sistemas bancarios con distintos problemas, la respuesta es que no es suficiente. En el gráfico siguiente pueden ver

La evolución del PIB el del EEUU con el del euro, con una distancia cada vez más escandalosa. La diferencia se debe, fundamentalmente, a la diferente política de demanda. Ahora EEUU se despega cada vez más, mientras que la Zona Euro, una vez más, se desinfla. Algunos países están en recesión. La inflación ha vuelto a sorprender desagradablemente. Todo lo que haga el BCE para contrarestar la vida de la demanda interna será bienvenido. Si además cae el euro, mejor. Pero eso no arreglaría las graves asimetrías internas de la zona, que son las causa principal del verdadero atasco.

Por otra parte, en Alemania se está recrudeciendo la resistencia política a los (imaginados) planes de Draghi. El partido emergente conservador, AfD (ganador fuerza en las recientes elecciones regionales), tiene como objetivo primero impedir cualquier veleidad del BCE con compras masivas de bonos o ABS, títulos privados. Es decir, vana reforzar la posición del Bundesbank en el BCE, lo que estrechar el margen de maniobra del gobierno (ya de por sí muy angosto). En realidad este es el verdadero obstáculo para la economía del euro: un país apoyado por su pueblo en su idea de nación. Una amena constante contra los Draghis de turno. No descarten que el próximo presidente del BCE sea alemán.



1 comentario:

Mou dijo...

Mike, un error común, muy cometido en la Isla: una depreciación del euro no sólo favorece el comercio con el resto del mundo, también lo hace con los países del área del euro, pues nuestras exportaciones ganan competitividad frente a otros países cuyo tipo de cambio se encarece. Si además tienes en cuenta el pass-through a los precios en un entorno peligrosamente cercano a la deflación sólo cabe concluir que la depreciación del euro es muy beneficiosa, siendo uno de los canales por los que opera una política monetaria expansiva, que ojalá frente a la resistencia germánica se hubiese puesto en práctica mucho más vigorosamente antes.