Hace años publiqué un anexo en el que me preguntaba si Alemania y España no eran un ejemplo de la paradoja del ahorro. Esto es una reafirmación de aquella pregunta.
En el gráfico, los saldos de balanza de pagos por cuenta corriente, en % de PIB! de Alemania Francia y España:
Alemania ha mantenido un persistente superávit exterior entre el 6% y el 7% de su PIB. Francia no ha logrado equlibrar su saldo exterior, aunque se mantiene en un prudente déficit de 2-2,5%. España ahua lograos la hazaña de pasar de un déficit insostenible de del -10% de PIB a un equilibrio cero, aunque parece que la fuerza se ha agotado ¿por qué?
Porque la razón principal de ese esfuerzo ha sido la caída se la demanda interna, sobre todo de inversión. En cuanto los does últimos trimestres ha resucitado la inversión y el PIB, levemente, el saldo positivo del año anterior se ha esfumado.
La devaluación intena en realidad ha sido insignificante en su efecto sobre competitividad. Ese efecto ha sido más por la vía de la contracción de las rentas salariales -y la demanda- que por ganancias de competitividad. El otro componente de la competitividad, la productividad del trabajo, se ha logrado gracias a los enormes aumentos del paro, no al factor tecnológico.
En todo caso, el persistente superávit de Alemania frente al exterior y a los países de la Zona Euro significa un continuo proceso de acumulación de activos financieros frente al exterior: visto desde el exterior, la contrapartida es un continuo aumente de la deuda de exterior respecto a Alemania. Es decir, de nuestra deuda frente a los países acredores, sobre todo Alemania.
Cuando persisteen el tiempo un déficit de un país o una zona, es porque necesariamente hay otro país u otra zona que registra superávit: el saldo comercial total del mundo es cero. El euro es una zona relativamente cerrada, que además tiene un superávit exterior: mientras Alemania tenga superávits tan altos, los demás países difícilmente podrán equlibrar sus saldos por mucho que deflacten sus salarios y precios.
Y lo que es peor, mientras no puedan equlibrar a esos saldos, estarán acumulando más deuda frente a país acreedores que así vez acumulará más derechos frente a los demás.
La suma consolidada de la deudas de los sectores de un país es la deuda exterior. Alemania tiene una deuda negativa -es decir, un activo- del 100% de su PIB.
España tiene un deuda exterior en % se PIB creciente, y todos los sectores han visto aumentar su deuda frente al exterior. En el gráfico de arriba, las deudas totales por sectores, abajo, las deudas frente al exterior.
La deuda exterior total supera ya el 128% del PIB, a lo que contribuyen todos los sectores salvo las familias.
Como muestra Stuart Medina, las incongruencias algebraicas de la autoridades del Euro hacen que sus planes de reequilibrar la zona sean totalmente superfluos. Ahor parece que están pensando sancionar a Alemania por su excesivo superávit, lo que sería de traca.
Porque sólo hay dos formas de reequilibrar un saldo deficitario y su correspondiente saldo superávitario: o bien esos países tienen una moneda nacional que se ajusta devaluandose/revaluandose, o bien el país Acreedor aumenta su demanda interna para que absorba exportaciones del país deudor. Esto es puta lógica matemática.
Pero si los dos juegan individualmente a forzar el ahorro y contraer su demanda interna, el resultado es que el nivel de PIB de ambos bajará.
En el gráfico, los saldos de balanza de pagos por cuenta corriente, en % de PIB! de Alemania Francia y España:
Alemania ha mantenido un persistente superávit exterior entre el 6% y el 7% de su PIB. Francia no ha logrado equlibrar su saldo exterior, aunque se mantiene en un prudente déficit de 2-2,5%. España ahua lograos la hazaña de pasar de un déficit insostenible de del -10% de PIB a un equilibrio cero, aunque parece que la fuerza se ha agotado ¿por qué?
Porque la razón principal de ese esfuerzo ha sido la caída se la demanda interna, sobre todo de inversión. En cuanto los does últimos trimestres ha resucitado la inversión y el PIB, levemente, el saldo positivo del año anterior se ha esfumado.
La devaluación intena en realidad ha sido insignificante en su efecto sobre competitividad. Ese efecto ha sido más por la vía de la contracción de las rentas salariales -y la demanda- que por ganancias de competitividad. El otro componente de la competitividad, la productividad del trabajo, se ha logrado gracias a los enormes aumentos del paro, no al factor tecnológico.
En todo caso, el persistente superávit de Alemania frente al exterior y a los países de la Zona Euro significa un continuo proceso de acumulación de activos financieros frente al exterior: visto desde el exterior, la contrapartida es un continuo aumente de la deuda de exterior respecto a Alemania. Es decir, de nuestra deuda frente a los países acredores, sobre todo Alemania.
Cuando persisteen el tiempo un déficit de un país o una zona, es porque necesariamente hay otro país u otra zona que registra superávit: el saldo comercial total del mundo es cero. El euro es una zona relativamente cerrada, que además tiene un superávit exterior: mientras Alemania tenga superávits tan altos, los demás países difícilmente podrán equlibrar sus saldos por mucho que deflacten sus salarios y precios.
Y lo que es peor, mientras no puedan equlibrar a esos saldos, estarán acumulando más deuda frente a país acreedores que así vez acumulará más derechos frente a los demás.
La suma consolidada de la deudas de los sectores de un país es la deuda exterior. Alemania tiene una deuda negativa -es decir, un activo- del 100% de su PIB.
España tiene un deuda exterior en % se PIB creciente, y todos los sectores han visto aumentar su deuda frente al exterior. En el gráfico de arriba, las deudas totales por sectores, abajo, las deudas frente al exterior.
La deuda exterior total supera ya el 128% del PIB, a lo que contribuyen todos los sectores salvo las familias.
Como muestra Stuart Medina, las incongruencias algebraicas de la autoridades del Euro hacen que sus planes de reequilibrar la zona sean totalmente superfluos. Ahor parece que están pensando sancionar a Alemania por su excesivo superávit, lo que sería de traca.
Porque sólo hay dos formas de reequilibrar un saldo deficitario y su correspondiente saldo superávitario: o bien esos países tienen una moneda nacional que se ajusta devaluandose/revaluandose, o bien el país Acreedor aumenta su demanda interna para que absorba exportaciones del país deudor. Esto es puta lógica matemática.
Pero si los dos juegan individualmente a forzar el ahorro y contraer su demanda interna, el resultado es que el nivel de PIB de ambos bajará.
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