"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 14 de febrero de 2015

Ahorro e inversión; ex ante, ex post

David Glasner le da un capón a Scott Sumner por su error -inmenso error- de basarse en la identidad contable del PIB para llegar a la falsa conclusión que la Inversión es siempre igual al Ahorro, una aberración a la que le conduce sacar relaciones funcionales de identidades contables. Yo le dediqué un post, "intrépidos MM", pero vuelvo a remachar el mismo clavo en beneficio de la pedagogía, o eso espero: creo que este blog tiene muchos lectores no economistas, y pueden estar interesados en salir de la confusión. Por otra parte, como he denunciado muchas veces aquí, hay pregoneros que se dicen economistas que no saben ni, remotamente siquiera, como se elabora el PIB.


La verdad es que el error de Scott Sumner es digno de un suspenso en primero de carrera, lo que explica por otra parte su popularidad: atrae a los profanos por su falsa simplicidad. Desde luego está muy lejos de su maestro Milton Friedman, quien no hubiera dudado en ponerle un cero patatero en el caso de que hubiera contestando eso en uno de sus exámenes.

Pero lo que me interesa es aclarar. Por partes. El PIB es una suma contable. El PIB tiene tres vertientes: la de Producción, la de Gasto, y la de Renta. Las tres son idénticas.

El PIB es la suma de los bienes producidos en un periodo. El PIB es también la suma de las rentas pagadas a los contribuyentes en la producción. Finalmente, el PIB es el uso que se hace de esas rentas: se gastan en consumo o en inversión, o se ahorran.

Prescindamos del sector público, porque su cuenta es igual en las tres vertientes del PIB. Prescindamos también del sector exterior, que también es contablemente igual en las tres vertientes. Prescindamos de algunas subpartidas que no aportan nada al tema centralo

A partir de las identidades básicas,

PIB (producción) = PIB (renta: salarios, beneficios, rentas propiedad) = PIB (gasto) - PIB (ahorro) . Esto se desglosa en:

Salarios + Beneficios + Rentas de la propiedad = Consumo + Inversión = Consumo + Ahorro

De aquí que contablemente, ex post, Inversión y Ahorro son idénticos. Lo que no quiere decir de ninguna manera que sea una relación funcional, y que si el ahorro aumenta aumenta la inversión.

He subrallado la expresión ex post porque es la que define la contabilidad de cualquier empresa o entidad. Es el recuento de las variaciones de lo que ha pasado en un periodo y su efecto en en patrimonio neto, y debido al principio de la doble partida (toda variación en el activo se refleja automáticamente en una variación en el pasivo), al final, la contabilidad de las variaciones es idéntica a la contabilidad de Activos menos Pasivos. Pero eso no quiere decir que la empresa este contenta con su resultado.

Ex Post no es lo mismo que Ex Ante. Ex Ante es lo que los agentes económicos consideran óptimo: el nivel de consumo, de inversión y de ahorro final coincide exactamente con lo que habían planeado. Pero siempre hay desajustes en esos planes: al final, de la producción no se vende lo que se pensaba y quedan existencias en almacén; del consumo deseado hay desviaciones, igual que de la renta percibida, que además no se distribuye entre gasto y ahorro como se había planeado. Un ejemplo: un asalariado que en mitad de periodo para el que había hecho planes de comprarse un coche y que sus hijos estudiarán en un colegio de pago, se encuentra despedido. Obviamente tendrá que rehacer sus planes, forzosamente practica equilibrar sus cuentas, pero ese reequilibrio no le satisfará, le llenará de amargura.

El Equilibrio teórico de la Economía es Ex Ante: cuando los planes de los agentes se cumplen. Si no es así, se producen variaciones en los planes del siguiente periodo. Esos planes pueden devolver el equilibrio (Economía Clásica) o, por el contrario, agudizar el desequilibrio (Economía Keynesiana).

En macromagnitudes de la Contabilidad Nacional, el desequilibrio desemboca fatalmente en la desigualdad del Ahorro y la Inversión. O porque la gente se ve obligada a ahorra más (como el ejemplo que hemos puesto antes del padre de familia) o porque se ve obligada a invertir menos.

Para la economía clásica, este desequilibrio se autocorrige: un exceso de A sobre I lleva a un bajada del tipo de interés, lo cual abarata la financiación de la inversión y está aumenta hasta igualara al ahorro.

Para la economía Keynesiana (y Monetarista), ese desequilibrio puede llevar a más desequilibrio: supongamos que el ahorro se ha elevado por un aumento de la incertidumbre: la bajada de tipos de interés no contrarresta esa incertidumbre, que hace subir más el ahorro, y bajar más el gasto de inversión. De aquí pueden encadenarse una serie de reacciones acumulativas: la gente siente miedo ante el futuro y aumenta de nuevo el ahorro, el empresario ve que su demanda cae, y despide gente e invierte menos, lo que lleva al asalariado a ahorrar más, etc.

Eso si, al final, en la CN, el ahorro final es igual a la inversión final, pero no es una relación funcional de equilibrio, puesto que hay cada vez más gente insatisfecha con su situación. Keynes decía que la igualdad del ahorro con la inversión no podía decirse de equilibrio si el paro era muy alto.

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