"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 8 de febrero de 2015

Divina coincidencia

Wren-Lewis hace una reflexión atinada sobre la teoría (refutada) que ha guiado a los bancos centrales durante las últimas décadas. La teoría dice que si te circunscribes al control de la inflación, controlas el GAP del PIB respecto al potencial. Controlando uno de los mundos, controlas el mundo paralelo. Si controlas la inflación, y controlas las expectativas de inflación, los mercados se encargan de que la economía este cercana al PIB potencial.



Wren-Lewis lo llama "la divina coincidencia de los mundos paralelos", porque el control de la inflación no garantiza el control del GAP. Razón: los mercados distan de ser eficientes, sobre todo en la conexión entre los mercados más importantes: trabajo, capital, finanzas.

Durante la "década prodigiosa", parecía que la teoría funcionaba. El control monetario de la inflación y la liberalización de mercados coincidió con la década prodigiosa de los noventa, en la que todo lo bueno (empleo, productividad) aumentaba, y todo lo malo (inflación) se esfumaba.

Estoy de acuerdo con Wren-Lewis, salvo que para mi gusto no hace suficiente hincapié en que ni el control de la inflación, pero tampoco el control del nivel de PIB, son suficientes para evitar que se formen burbujas especulativas, que se desdeñaron porque la inflación de bienes está controlada. En otras palabras, se olvida del "momento Minsky", en cuyo modelo está bastante bien diseñado lo que iba a ocurrir con la desregulación de los mercados financieros.

Si, es verdad que los bancos centrales se han demostado limitados para estabilizar la macroeconomía: precios y producción; pero en lo que más se han mostrado incapaces es en controlar la estabilidad financiera.

Wren-Lewis cree que cuando la política monetaria falla em alcanzar el PIB potencial, debe ser la política la que lleve el dinero a los mercados. Ahora mismo esto es un lugar común de los economistas del otro lado del charco, de ambos lados del espectro, como Roggoff, o Roubini (por citar a dos con artículos recientes) además de los de siempre (también europeos, como Whyplosz) Pero se habla demasiado poco de la falacia de que los mercados financieros son eficientes, que es la causa originaria de esta crisis.

Se necesita volver a un control mucho más estrecho de ciertas magnitudes financieras para que los bancos centrales puedan ejercer con mayor eficacia los precios, la producción y el empleo. Desgraciadamente, las nuevas leyes regulatorias que se han dictado después de la crisis no son suficientes, a juicio de los expertos, para evitar otra gran crisis como la que todavía sufrimos (demasiados ventradas en el riesgo de las entidades y poco en el riesgo sistémico). Aparte de que la crisis ha tenido un amplificador enorme en las transacciones internacionales, lo que debería llevar a una mayor colaboración internacional.

En realidad la "divina coincidencia" ha sido un fracaso del mundo morrocotudo del mundo académico, un fracaso potenciado por los políticos (incluso por la izquierda moderada), y parcialmente salvado por la FED al reaccionar, casi a ciegas, con el método de la prueba y error. Lo malo es que no ha sido suficiente.

En definitiva, el mundo no es tan perfecto, ni la naturaleza humana tan bien diseñada como suponen que los economistas de derechas, los de la torre de marfil, los que Krugman llama los "Fresh-Waters": los que creen que hay una divina coincididencia, que lo coordina todo.

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