El peso muerto de la Eurostía

El Euro se ha convertido en una religión, la Eurostía, con su casta de sacerdotes que viven de Él y para Él. Esa casta se compone de las distintas instituciones europeas, cuyo peso en el tinglado ha ido cambiando a lo largo de los años. Por ejemplo, la Comisión no pinta casi nada hoy, al menos comparado con lo tiempos de Delors; ahora lo que más pesa son Grupos, de geografía variable (Eurogrupo, por ejemplo) que apenas disimulan tras sus disfraces El crudo poder de Alemania y los países adláteres. Es decir, la corteza de las instituciones europeas ha sido craquelada y empieza a sobresalir los músculos del auténtico poder, que es de la nación más fuerte frente a las débiles.

Si hay un ejemplo de la indestructible fuerza de la idea se nación, es la metamorfosis continúa del tinglado europeo par dar cabida a esa fuerza rompedora.
Tengase en cuanta que el tinglado, y sobre todo el Euro, fue creado precisamente para evitar eso, para que la tosca musculatura Alemana se dulcificara y aviniera a convivir sin brusquedades con su entorno. Pero la fuerzas nacionalistas no son reducibles a una ecuación matemática. Las fuerzas nacionalistas son como la energía, ni se crean no se destruyen, únicamente cambia de forma. Y eso ha hecho Alemania. Se le impuso el euro para domarla, y el euro ha sido pura vitamina para su industria. Y ahora Alemania quiere el euro, pero administrarlo y repartirlo ella.

Una institución que fue pensada para balancear los poderes ejecutivos, cuales fueran, es el Parlamento. En el Parlamento europeo -La única cámara no legislativa que encarna la no soberanía del pueblo- hay 751 escaños. La inmensa mayoría de esos asientos, que están copados por los partidos de derecha e izquierda europeos, votan juntos el 80% de las veces. A veces, muchas veces, se les une el grupo liberal, sumando entre los tres 478 escaños.


Naturalmente, estos votos son firmemente pro euro. Es decir, como en España, a falta de Cuidadanos, que podría representar el grupo liberal europeo, se una al pandemónium parlamentario español. Y ya tenemos al grupo firmemente pro euro, que dará vitaminas a Podemos y compañía, que seguirá creciendo y creciendo.

Esto pone en cuestión la democracia y la vitalidad de un parlamento que no es legislativo, ni soberano. Pero retrata bien el papel que ha acabado asumiendo: hacer, no de contra peso, sino de peso muerto sobre el reparto de poder en Europa, asumiendo sus miembros que no pintan nada, pero que deben ser una voz única en temas que atañen al "interés general", que es sostener el tinglado burocrático-eurístico bien amarrado. A cambio, una prebendas crematisticas, y unos honores y reconocimientos, mejor que las de un ministro. Dice Tony Barber:

"For the above information, by the way, I am indebted to VoteWatch Europe, a research group that tirelessly follows everything happening at the European Parliament. In a short report published on February 27, VoteWatch made the interesting point that the harmony between the centre-right, liberal and centre-left party groups "makes it much more difficult for the public to understand what the alternatives proposed by these mainstream political forces are, and therefore for the citizens to relate to any of them"."

En suma, da igual lo que ud vote o haya votado, las fuerzas burocráticas se dirigirán a su emplazamiento de resistencia a cualquier invasión de las fuerzas tectónicas, o séase los bárbaros. Y para eso no hace falta debatir ideas opuestas, ni debatir nada. ¡Esos bárbaros que, paradójicamente, se alimentan de esa gran costra que lo aplasta todo! Porque, gracias a que los partidos democráticos han rechazado el debate de lo que importa, ese "lo que importa" ha sido recogido de la basura por los partidos antisistema. Y con cuatro ideas están montando un batiburrillo que acabará con Europa y el euro. El orden da lo mismo.