"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 14 de marzo de 2015

La burbuja en tres imágenes. El papel del euro

La burbuja especulativa del ladrillo ha tenido efectos evidentes cuando estalló; amplificados, además, por la nefasta política económica del euro. Pero, ¿qué pasó durante la burbuja?

Aquí ilustro el modelo de Secchetti & al que comenté el otro día. En una burbuja, la banca tiende a favorecer la financiación de actividades como el ladrillo, porque tiene un colateral (aparentemente) más seguro, por su tangibilidad. En cambio, tiende a desechar la demanda de financiación de actividades más avanzadas, pero de rentabilidad menos segura y colateral menos tangible.


Eso afecta negativamente a la productividad total, que en España sufre una caída desde hace décadas, como vimos en este gráfico:

 
Volviendo a los efectos de la burbuja, vemos, en el primer gráfico de abajo, cómo el boom del ladrillo "se come" a las manufacturas en términos de participación en el PIB, Sobre todo entre 2000 y 2007. 2000 es un año significativo porque entra en función el euro, lo que imprime un drástico recorte en los tipos de interés, alentando la financiación bancaria, que como se ve el segundo gráfico, empieza a despuntar decisivamente con la entrada del euro, llegando a duplicarse su peso porcentual en el PIB.

La caída de la industria frente al ladrillo tiene un efecto renta y de sustitución evidentes en el saldo de exportaciones e importaciones, que se ve en el primer gráfico, la línea gris (saldo exterior neto invertido).

Finalmente, en el tercer gráfico, vemos una explicación de por qué los gobiernos del PP (1996-2004) y del PDOE (2004-2012), se muestraron remisos a limitar el crédito bancario: los ingresos fiscales cargados a la producción iban como un tiro, y eso les permitía reducir el déficit sin bajar el gasto.

En suma, el boom crediticio y del ladrillo empezó a hacerse notar cuando en el 2000 apareció el euro. El euro tuvo un efecto ilusorio en los ahorradores exteriores: España era un país que ya no podía quebrar, y no podía devaluar: tergiversó las expectativas, llevando a una infravaloración de los riesgos. Eso abarató la financiación exterior de la banca, que la usó para financiar ladrillo, que a su vez ofrecía un colateral fetén para las normas reguladoras. A eso se unió la corrupción política de las Cajas, que soltaron amarras de todo control regulatorio por la dispersión de poderes entre las regiones. El BdE, un apéndice del Gobierno, vio mermado su poder de regulación e inspección, como el Gobierno también perdió poder sobre las CCAAS. Una gestión muy dócil del penúltimo gobernador agravó las consecuencias.

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