Les invito a leer el gran artículo de Gabriel Tortella, "El sueño de la democracia" (El Mundo). El sueño de la democracia es la capacidad de los pueblos para dejarse engañar por déspotas que se hacen llamar demócratas. Hay una larga lista de ejemplos históricos, magistralmente contada por el autor. Esa lista, lo que tiene de especial, es que todos la conocemos -Algunos casos son actuales-. Sin embargo, gran parte de la población subyugada no quiere ver que viven en un régimen asesino y corrupto.
Además, adquieren rápidamente la capacidad de volver al revés las sospechas que despuntan contra el régimen. Por ejemplo, el peronismo actual de la señora Kichner. Allí se da la aplastante presencia del peronismo en Argentina, un partido proteico, de múltiples formas, que puede llegar a ser liberal como Medem o corrupto y asesino como lo es hoy en el caso de fiscal Niman.
Es decir, no solo se desprenden fácilmente de posibles oponentes, sino que manipulan la opinión pública, para lo cual necesitan un gran graso de corrupción. Por eso no queren democracia formal: es mejor quedarse con el nombre y eliminar gente demasiado inteligente que podría arrebatarte el poder en unas tontas elecciones.
En una cosa tienen razón: los más peligroso para sus planes de perpetuarse y sudecerse a sí mismo, es un líder carismático que pueda hacer masa en su entorno y llegue a ser imparable. Mejor matarlo antes de que sea irreversible. Muerto el perro se acabó la rabia, dice el refán preferido de estos cuates.
Sin embargo, lo que no pueden evitar es el desgonierno y la mala gestión, que producen crisis, desabastecimiento, un gran cabreo de la población. Cuando se llega a eso se pregunta uno por qué tardan tanto en caer tales regímenes. El motivo es que consiguen una tupida red internadional de apoyos, sea de otros gobierno, sea de la oposición legal de otros países, que consiguen convencer a sus fieles que esos regímenes representan el futuro. Así, como hace Podemos con Venezuela, pero como también como hizo Zapatero en el poder, con el apoyo de una buena parte de los grupos "intelectuales" de más presencia, como artistas de cine, cantantes, que enarbolan la bandera de una causa que suele ser trasnochada y falsa.
En realidad esto viene a demostrar, en mi opinión, que la democracia estable y auténtica es la de algunos países donde nació, al amparo de una cultura y tradición que tenían unos valores embrionarios que se desarrollaron y se impusieron. Lo demás son copias desvaídas que no llegan a la solidez del modelo original. Pero este modelo no nació perfecto, por lo que ha ido evolucionando, y evoluciona constantemente. Al principio tenían derecho a votar un censo muy escaso: los propietarios cabeza de familia. Los negros no eran siquiera personas. No había derechos sociales... Todo eso ha cambiado en los países de origen. Pero la democracia sigue siendo inherentemente débil, pues siempre habrá un tirano disfrazado dispuesto a conquistarla y manipularla. Y tanto más débil cuanto más alejada de la zona geográfica de la que emergió.
Nuestro historial no puede llenarnos de orgullo. La Constitución de 1978 es la que ha estado más tiempo en vigor en nuestra historia. Lamentablemente, las castas nombradas para sostenerla y fortalecerla han hecho todo lo contrario. Desde su entrada en vigor ha sido denostada infatigablemente. Ahora mismo está cuestionada con más encono que nunca. Es de suponer que la fuerza del embate irá creciendo, pues no se ve a nadie dispuesto a defenderla.
Salvo el partido en el gobierno y Ciudadanos, los demás grupos hablan de reformarla a su gusto o simplemente derribarla. De menor a mayor encono, está el PSOE y su federalismo asimétrico, el nacionalismo cada vez más rupturista, y el nuevo partido que quiere hacer un cambio a la venezolana.
Es obvio que cada uno de estos grupos tiene un concepto distinto de democracia. Necesitan una democracia que pongan a sus pies algo que no es propiamente la democracia. Por ejemplo, la muerte del capitalismo, o la muertes de la nación española. Estas cosas son la que están ahora encima del tablero político, aunque casi nadie parece darse cuenta. Por otra parte, ninguno de los grupos que participaron en la elaboración de la Constitución no tiene en mente reformas que fortalecerían la democracia, porque están corrompidos hasta la nausea. Lo único que quieren es seguir manipulando las instituciones - Parlamento, Judicatura- a su antojo, para lo cual necesitan que las cúpulas de los partidos sigan siendo las que realmente deciden. Lo demás -Corona, Cortes, elecciones- es un paripé teatral para que la gente se encandile. Lo malo es que muchos españoles se dejan encandilar.
En resumen, no vale cualquier protesta de redoma de la Constitución. Algunas de las que están en la calle, son amenazas mucho peores que la débil democracia que tenemos.
Otra característica, desde Hitler a Mussolini pasando por Chaves y Lenin, etc, es que llegaron a través de las institucionones democráticas, que luego violentaron para quedarse en el poder. Y es que las tiranías, aunque no se llamen dictaduras, tiene siempre un amplio apoyo de una parte de la población. Incluso podrían convocar elecciones y ganarlas, pero prefieren sofocar, silenciar o matar: no les gustan los riesgos.
Lo mismo se puede sospechar en Argentina del caso Alberto Nisman, el fiscal que estaba a punto de publicar una requisitoria contra la presidenta por el caso AMIA, asociación judía en Buenos Aires que fue destruida por una bomba en 1994 dejando más de 80 muertos. Nisman afirmaba que iba a publicar pruebas de que la presidenta Fernández de Kirchner abandonó la investigación sobre los autores del atentado para mantener buenas relaciones con el principal sospechoso, el Gobierno de Irán. Pues bien, Nisman murió el día antes de presentar esas pruebas. La presidenta sostuvo que la muerte de Nisman se llevó a cabo para desprestigiar al Ejecutivo y, de paso, aprovechó para llevar a cabo una purga de la policía.
En una cosa tienen razón: los más peligroso para sus planes de perpetuarse y sudecerse a sí mismo, es un líder carismático que pueda hacer masa en su entorno y llegue a ser imparable. Mejor matarlo antes de que sea irreversible. Muerto el perro se acabó la rabia, dice el refán preferido de estos cuates.
Sin embargo, lo que no pueden evitar es el desgonierno y la mala gestión, que producen crisis, desabastecimiento, un gran cabreo de la población. Cuando se llega a eso se pregunta uno por qué tardan tanto en caer tales regímenes. El motivo es que consiguen una tupida red internadional de apoyos, sea de otros gobierno, sea de la oposición legal de otros países, que consiguen convencer a sus fieles que esos regímenes representan el futuro. Así, como hace Podemos con Venezuela, pero como también como hizo Zapatero en el poder, con el apoyo de una buena parte de los grupos "intelectuales" de más presencia, como artistas de cine, cantantes, que enarbolan la bandera de una causa que suele ser trasnochada y falsa.
En realidad esto viene a demostrar, en mi opinión, que la democracia estable y auténtica es la de algunos países donde nació, al amparo de una cultura y tradición que tenían unos valores embrionarios que se desarrollaron y se impusieron. Lo demás son copias desvaídas que no llegan a la solidez del modelo original. Pero este modelo no nació perfecto, por lo que ha ido evolucionando, y evoluciona constantemente. Al principio tenían derecho a votar un censo muy escaso: los propietarios cabeza de familia. Los negros no eran siquiera personas. No había derechos sociales... Todo eso ha cambiado en los países de origen. Pero la democracia sigue siendo inherentemente débil, pues siempre habrá un tirano disfrazado dispuesto a conquistarla y manipularla. Y tanto más débil cuanto más alejada de la zona geográfica de la que emergió.
Nuestro historial no puede llenarnos de orgullo. La Constitución de 1978 es la que ha estado más tiempo en vigor en nuestra historia. Lamentablemente, las castas nombradas para sostenerla y fortalecerla han hecho todo lo contrario. Desde su entrada en vigor ha sido denostada infatigablemente. Ahora mismo está cuestionada con más encono que nunca. Es de suponer que la fuerza del embate irá creciendo, pues no se ve a nadie dispuesto a defenderla.
Salvo el partido en el gobierno y Ciudadanos, los demás grupos hablan de reformarla a su gusto o simplemente derribarla. De menor a mayor encono, está el PSOE y su federalismo asimétrico, el nacionalismo cada vez más rupturista, y el nuevo partido que quiere hacer un cambio a la venezolana.
Es obvio que cada uno de estos grupos tiene un concepto distinto de democracia. Necesitan una democracia que pongan a sus pies algo que no es propiamente la democracia. Por ejemplo, la muerte del capitalismo, o la muertes de la nación española. Estas cosas son la que están ahora encima del tablero político, aunque casi nadie parece darse cuenta. Por otra parte, ninguno de los grupos que participaron en la elaboración de la Constitución no tiene en mente reformas que fortalecerían la democracia, porque están corrompidos hasta la nausea. Lo único que quieren es seguir manipulando las instituciones - Parlamento, Judicatura- a su antojo, para lo cual necesitan que las cúpulas de los partidos sigan siendo las que realmente deciden. Lo demás -Corona, Cortes, elecciones- es un paripé teatral para que la gente se encandile. Lo malo es que muchos españoles se dejan encandilar.
En resumen, no vale cualquier protesta de redoma de la Constitución. Algunas de las que están en la calle, son amenazas mucho peores que la débil democracia que tenemos.
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