"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 2 de abril de 2015

Los demonios

Usted, sin embargo, ganó la partida. ¡Oh, es usted Bismarck!
—No seré Bismarck, pero soy capaz de reconocer la falsedad y la estupidezcuando tropiezo con ellas. Lembke es la falsedad y Praskovya la estupidez. Raras veces he conocido a una mujer más floja. Y para colmo tiene las piernas hinchadas y es buena persona. ¿Hay algo más estúpido que una buena persona estúpida?
—Un imbécil mala persona, ma bonne amie, es aún más estúpido —objetó Stepan noblemente. (Los demonios, Fiodor Dostoyesky)

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Escribo de economía cuando los que me gustaría es escribir como Dostoyeski. Aunque seguro que para escribir como él habría que una vida en el infierno, como él. Y eso no me apetece.
En todo caso, para entender economía hay que leer a Dostoyesky. Ahí van a estrellarse todos los modelos económicos, donde está descrita la naturaleza humana, la verdadera.
"Los Demonios" es un tratado, no una novela. Tiene apariencia de novela, pero si uno se fija, le faltan muchos aditamentos que tienen los novelas de los demás. Desde el principio no hay ni una mínima descripción del entorno fisico. Unos personajes hablan y se mienten sobre un decorado blanco, que por arte de magia el lector llena de paisaje, valles, casas, interiores, muebles, con suma facilidad. Lss fatigosas descripciones que los demás novelistas se ven obligados a poner, Dostoyesky le traspasa el trabajo al lector... Lo que es muy cómodo para los dos.
He dicho que los personajes se hablan, mienten, engañan. No es solo eso. Los personajes tienen una rara habilidad para engañarse a sí mismos. No es tan rara si pensamos en nuestros conocidos: es lo que pasa normalmente.
Nos comunicamos a través de la mentira. Previamente, para hacer las cosas más creíbles y más fáciles, nos engañamos a nosotros mismos. Así conseguimos un poco de credibilidad. Mentir es inevitable, y más a nosotros mismos, porque si no, nos pegaríamos un tiro. Al menos caeríamos en una depresión profunda. Necesitamos no saber nada de nosotros. Lo que llaman ahora autoconfianza, como una virtud máxima, es en realidad capacidad para automentirse y engañar a los demás.
Mentimos necesariamente. Para tolerarnos, para soportarnos, para convivir. La vida no existiría si no nos mintiéramos un poco, o mucho, algo.
Hay raras veces en qué hacemos una confidencia sincera, conmovidos por nuestra propia valentía. Son fugaces ocasiones sobre las que, para seguirviviendo, hemos de tejer de nuevo una tupida red de mentiras. Para empezar, exigimos del confidente que mienta a los demás. El amor mas puro ha de ocultarse, siquiere sobrevivir a la dura realidad.
Por eso son tan incomodas las personas que pretenden decir la verdad y son tan desagradables. Las que te recuerdan que eres jorobado, cojo, tuerto, o bizco, de nariz desproporcionada, o que te hiede el aliento.
Peores son las que están del lado del poder, y pretenden ponerte en evidencia. Esos son los tontos útiles, personajes sin fortuna que ni siquiera saben que son verdugos o, peor, siervos del verdugo. Dan la brasa con su buena conciencia artificial.
El buenismo de hoy ha aumentado el nivel de la mentira. Si ahora dices lo que sientes, te pueden encarcelar por homófono, racista, sectarios, fascista, y todo nuevo delito que unos inventan para cubrir su propia vergüenza. No hay valores éticos, lo que hay es consignas, señales, que van cambiando con las generaciones. Antes había la máxima hipocresía con el sexo. Ahora esto es apenas velado, mientras que otras cosas antes toleradas, ahora ya no lo son: la correción política cambia con el tiempo.
La mentira es imperiosa en el mundo del trabajo, donde subsisten relaciones de dominio y sumisión, aunque todo con un barniz de buenismo y correción totalmente necesario. Es necesario para sobrecivir y salir diariamente vivo.
El mundo de la política es mucho peor. Exige un grado de mentira y autoengaño que llega hasta los momentos de más soledad, en la que no te atreves a pensar una sola verdad, aunque nadie te está oyendo.
Como habran adivinado, todo lo que viene en los parráfos anteriores, es absolutamente verdad.

2 comentarios:

Pablo Bastida dijo...

Sencillamente magnífico, Miguel.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Gracias, mil, Pablo