"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 17 de agosto de 2015

La fuerza imparable de Twitter frente a la razón

Vicente Lozano, en el Mundo, nos pinta un panorama rosáceo de las redes sociales. Dice que ha hecho un experimento: durante una semana no ha leído nada que no fuera en twitter; ni periódicos no line, ni menos aun en papel... Y que no le ha hecho falta: ha estado igual o mejor informado que nunca.

Me ha llamado la atención porque yo tengo un contencioso (en mi interior) contra las redes "asociales", como expresé aquí, con la ayuda de Arcadi Espada, y que coincide con la opinión de hoy en su columna de Sánchez Dragó. No estoy apoyándome en la autoridad moral de estos señores; simplemente cito textos suyos agradables e instructivos, textos discursivos, que es lo que no aparece en Twitter, y es lo que me molesta del invento.

Por lo tanto, discrepo de Vicente Lozano, que sólo ve el futuro en Twitter. La difusión de la información es caótica, y no mejora la mediocridad mesetaria del periodismo patrio. En internet puedes acceder fácilmente a la información ordenada u razonada. No veo en qué aventaja el caos twittero a una cabecera de un periódico, o cualquier manifestación individual y colectiva de la información.

Esos medios se ven obligados a echar el anzuelo en ese marasmo, pero no creo que sea a coste cero, y ya veremos cuando elaw coste sea prohibitivo comparado con los ingresos publicitario que se suponen.

En Twitter puede aparecer un link a un artículo de cualquier medio, y esa función es loable. Pero no sustituye al texto razonado, demostrativo, analítico, o simplemente estético, que pone a tu disposición. Y ahí entra la curiosidad intelectual por leer algo nuevo, o la cafrería que suele dominar esa red que solo permite expresarse con 140 caracteres: que es lo que la mayorīa de usuarios hacen: pasar de la oferta informativa y Twittearlo sin haberlo leído, por el único motivo de estar presente. Si acaso escribe un par de cosas en clave, por si hay suerte y se lo retwittean. Por supuesto, los twitts más celebrados, retwitteados, son los más hirientes.

En suma, que el número de twitts no se corresponde con el de lectores, al revés. Habrá que extraer la información veraz para aquilatar los beneficios netos de tanto palo de ciego.

Esa es al cultura de la instantáneidad, del Selfy, del Twitter, que si no me equivoco, degrada catastróficamente la mente de los que no hacen otra cosa. Tiene mucho mérito expresarse en menos de 140 caracteres, es un reto y una proeza. Pero no pasa de ser un juego que empobrece rápidamente la capacidad de análisis, redacción, de matización, etc, que hacen además de útil, agradable la lectura de un buen periodo (en internet, porque el papel tiene los días contados).

Twitter tiene una fuerza inapelable, pero no es la fuerza de la razón. Es la fuerza de la simplificación y de la polarización, que es lo que encanalla irremediablemente la mente de los que se dedican sólo a eso. Es eso precisamente que te revuelve el estomago cuando ves la borricadas que se dicen los hunos a los Hotros, como diría Unamuno. Twitter es la gran plataforma de los Podemos, y los que pretenden enfrentarse a ellos en su propia salsa, saldrán empitonaos, porque ahí no rige la presunción de nada: ni de inocencia, ni de tener razón, o derecho a conjeturar...

Es peor, mucho peor, que esa actitud que tanto le fascinaba y añoraba María Zambrano cuando estaba en el exilio: "lo que más he echado de menos tanto años es eso que sólo he visto en los cafés españoles: alguien se levanta y le dice al de al lado: "¡eso que va a decir Ud es una solemne estupidez!".

Pues eso es Twitter, pero sin gracia.

En cuanto a su capacidad que le he reconocido antes, de actuar de correo y llevar un texto a cualquiera, cuidado: es demasiado caótico. Tienes que ser un profesional del tinglado para no verte inundado de basura que no quieres ni ver. Es decir, le reconozco una potencia, no una realidad. Pero mientras el dinero entre a espuertas llevando amenazas, insultos, y coces, no espero que mejore, al revés. La polarización simplista de Twitter está en el genoma humano, y millones caen en la tentación. No mejorará.


Y eso debería ser abordado por quien corresponda. Me refiero a la impunidad legal y moral con la que se amenaza a alguien de romperle las piernas, o colgarle de la catenaria, y otras cosas lindas así. Un día un tal Artura Villa, "entrepeneur", publicó mi dirección que había descubierto (otra gracia el tinglado éste), en tono amenazante. Encima pretendía ser un liberal de pro. Pues para ese liberalismo mamporrero, prefiero cualquier otra cosa.

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