No hay estado sin fronteras

Les supongo a Uds perfectamente enterados de que hay un fervor inusitado en España por acoger refugiados. Supongo que que los febriles demandantes creen que los 14 mil adjudicados a España son el máximo. Pues no, no es más que el principio de una avalancha, como saben muy bien los habitantes de países del Este -Hungría, Polonia- que están en primera línea y ven con sus propios ojos lo que fatalmente va a suceder.

Estoy totalmente de acuerdo con Ambrose Evans-Pritchard: esto va ser un duro golpe para Europa, una sacudida quizás definitiva para sus endebles y huecas instituciones. Lo que vemos en televisión no es precisamente un gran júbilo en los nuevos países europeos, lo del Este por esa avalancha humana. La funesta periodista dando patadas a los niños no es más que la expresión de rechazo generalizado. Si Europa, gracias a al euro, se ha dividido entre Norte y Sur, una nueva línea divisoria de Este a Oeste se está delineando nítidamente.
 
Europa está crujiendo, porque sus tratados fundacionales han sido un método de absorción de soberanías nacionales por unas instituciones burocráticas que no representan a nadie, pero quieren imponer a los países las decisiones que se les pasa por la cabeza a sus presidentes de turno. Voluntarismo estéril, pies donde nota hay estado de poco sirven los estadistas de cartón, y donde no hay fronteras no hay estado.
 
Ah, la vocación que tenemos todos de decir a los demás lo que deben hacer, sea esto reducir su déficit fiscal sea recibir una cuota de refugiados, sin apelación... Pero, ¿tienen una estrategia preparada para cuando el flujo sea incontenible?
 
Se habla mucho ahora de "Estados Fallidos" (Grecia es un estado fallido) como de un estado incapaz a de dar a sus ciudadanos lo mínimo que debe dar un estado. Europa sí es un gran Estado Fallido, un estado que no es estado, un estado que crea problemas insolubles que luego no puede resolver.
 
Y como no los resuelve, salen candidatos nacionales, nada tranquilizadores, a hacerse cargo: la extrema derecha en el Norte, y la extrema izquierda en el Sur. En los paises del Este ambos papeles los representan los mismos, porque todos tienen su origen en el régimen comunista anterior. Así, en Hungría, el gobierno actual es un claro exponente de esa metamorfosis de comunismo en recio derechismo. Probablemente lo que pasa le va a reforzar en el poder.
 
Y en Francia, Marie Le Pen esta al acecho con una intención de voto del del 29% en primera vuelta, lo que es un gran trampolín para alcanzar el Elíseo. No hay mejor caldo de cultivo para la emergencia de soluciones duras que una crisis económica como la que tiene Francia y una avalancha de refugiados incontrolados, que, además, viene de un país en guerra, donde los dos bandos son representados por el sátrapa Assad y por una facción del Estado de Islamico. ¿Como distingues a los víctimas de ambos bandos, dignas del estatuto del refugiado, de los que tiran las armas a la cuneta y se aprovechan de la confusión, o incluso son infiltrados?
 
Porque Europa no está saliendo de la crisis. Ha vivido un cierto repunte al rebufo de la economía mundial, pero ésta se esta hundiendo. Las previsiones de Draghi para los dos próximos dos años son de un 1,4% 1,7% de crecimiento, optimistas, pero insuficientes, y eso a pesar de la devaluación del euro, el QE, y la caída de los precios del petróleo.
 
Todo el hundimiento de los Estados árabes, que desencadenó la estupidez de Obama y su primavera árabe (por no mencionar a Bush y su aniquilación de Irak), es una amenaza para nosotros. Ni estamos capacitados para absorber la marea que se avecina, no tampoco lo estamos para establecer fronteras europeas, bajo un gobierno europeo único, que nos proteja de la previsible agresividad del IS.
 
Una nación sin fronteras no es una nación. Europa no tiene una frontera, sino veintitantas, algunas frente al exterior, pero la mayoría son internas. Sin una frontera única no se puede establecer una política de refugiados en avalancha, (por no hablar de un ejercito único). Las fronteras internas se fortalecerán, lo que podría acabar con la UE en menos tiempo del que se tarda en pensarlo.