"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 10 de noviembre de 2015

Al fin, la Desconexión

Aquello que todos decían que nunca llegaría, porque nunca pasa nada, ha pasado. En España, nunca pasa nada, salvo una guerra civil de vez en cuando.
 
Bueno, pues ya está hecho. Cataluña se ha "desconectado". O ha iniciado el proceso. Y ahora, ¿qué?
Rajoy ha preparado una batería de medidas sucesivas, todas prudentes, todas legítimas, todas sancionadas por el Tribunal Constitucional.
 
¿Y qué, si los catalanes ya han dicho que todo lo que decidan a partir de la desconexión seguirá adelante, diga lo que diga el TC, que ya "no rige" en la nueva república?
Tiene toda la pinta que va a ser una carrera de dos líneas paralelas nunca se cortan salvo en el infinito. Rajoy va a seguir tomando decisiones judiciales a través del TC, pero no las va a ejecutar, a menos que alguien le coja la mano y le haga firmar que manda la fuerza militar necesaria para para cortar la locura. Ellos, por su parte, seguirán con su escenificación de marionetas, marionetas que no tienen un deus ex máchica que la gobierne. No tiene un Lenin que les lleve (Claro que nosotros no tenemos un Chulxhill, sino un Chamberlain registrador de la propiedad). Se mueven solas, la a marionetas, no sabe lo que dicen, no tiene medios, el dinero se lo ha llevado, no apuestan un euro personal por la aventura. Lo tiene a buen recaudo. Por otra parte, ¿si no han sabido gestionar la cosa pública con dinero extra de Madrid, por qué lo harían bien ahora, peleados, sin medios, con estrategias opuestas? Una panda de alucinados se han juntado con una panda de gánsteres para hacerse con el poder en Cataluña. Luego unos borrarán a los otros.
Rajoy tenía que haber cortado esto hace tiempo. Hace cuatro años mejor que hace dos, hace un años mejor que ahora. Ahora mejor que dentro de dos meses, con un parlamento nacional colgado. Pero ha preferido apostar a que no hacer nada le haría ganar las elecciones, después de llevar cinco derrotas ¡cinco! revolcones seguidos, heraldos de lo que le puede pasar dentro de poco más de un mes.
 
Cuanto más ha dejado pasar el tiempo, más se ha complicado el asunto; más amplia será la resonancia internacional. Tenía que haber evitado que la prensa extranjera se hiciera eco. Pero su cobardía no tiene límites. ¿Y por qué le van a votar? Por la fabulosa recuperación económica? no dudo que si fuera verdad podría ser decisivo, la gente vota con el bolsillo. Pero no es del todo verdad.
 
Ahora se reúne con Pedro Sanchez intentar hacerle la pinza a Albert Rivera, demasiado peligroso en televisión. Es decir, sigue prefiriendo dividir que aunar fuerzas.
Hasta mañana no habrá declaraciones, de nuevo el gobierna habrá perdido otro trecho de tiempo, habrá dado otra ventaja más a los alucinados. Declaraciones, no más. Intenciones, no más. Verborrea inane, no más. Las elecciones, recuerden ¿Objetivo o excusa? ¿Estrategia o cohartada?
 
Cuarenta días es lo que tiene los catalanes para hacerse muchos seldies mientras rompen la vajilla, como hiciesen los mendigos de Buñuel en Viridiana. La gente no ha entendido en profundidad esa película: los mendigos son las tropa de indocumentados que, de vez en cuando en la historia, engañan a la gente buena y se suben a la parra. Lo destrozan todo. Son los sacrílegos que se hacen selfies de la Última Cena levantándose las faldas hasta la cintura. Los sacrílegos, que quieren mear y cagarse en lo que es sagrado para la mayoría, mientras intentan crear ellos su ropa sacralidad. Y ¿pretenden que la respetemos? Pues sí, en este país de mierda, muchos les respetan. "Hay que darles amor" dice el general de repentina vocación revolucionaria, fichado por Podemos. Amor. No respeto, amor. Otros muchos hablan de hacerlos un hueco en la Constitución, que habría que desgarrar de arriba abajo, porque la Transición fue una felonía, dicen.
 
En fin, la verdad es que ha sido el periodo democrático más largo de la historia de España. ¿De verdad? la Restauración, con parlamento, partidos de turno, total libertad de prensa, duró de 1875 a 1913. Treintaiocho. La nuestra, de 1978 a 2015. Treintaisiete. Por cierto, allí empezó el soborno a Cataluña, con el arancel Cánovas (que acotó el mercado de España para las fabriles catalanas) que como siemrp no logró enfriar los ardores nacionalistas.
 
Yo hago una apuesta. Si las hordas mendicantes consiguen reformar la constitución -lo que será fácil, casi obligatorio, si Cataluña no vuelve a España- esta admirada democracia se acabó.
 
Lo que venga es una incógnita, fuera de nuestro alcance prever. Pero es un camino de servidumbre si alguien con dos dedos de frente u el cuajo suficiente no lo endereza.
 

1 comentario:

Pablo Bastida dijo...

Perfecto. Gracias de nuevo.