Si el mundo es cada vez más inseguro, en gran parte es por culpa de la política exterior norteamericana, empezando por la segunda guerra de Irak. A eso siguió la mal llamada "Primavera Árabe", que hizo estallar en mil pedazos las fronteras y los estados que llevaban por lo menos varias décadas de existencia. Eran estados de dudosa inclinación democrática, pero eran estados. Lo que ha quedado es guerra sobre la guerra, todos contra todos, apoyados los bandos por estados que quedan en pie, y no precisamente los más amigos de Occidente. Como Qatar, gran financiero y apoyo de ISIS, aunque sus jerifaltes estén infiltrados en multitud de instituciones occidentales, como el Barça club. Al menos la nueva republica catalana puede soñar con un financiador.
Todo proviene de que EEUU sigue creyendo que el enemigo número uno de Occidente es Rusia. Es decir, EEUU es el responsable de la devastación, pero sigue diciendo que la principal misión de la OTAN es contener el imperialismo ruso.
Splenger (seudónimo de David Goldman), se regodea ¡amargamente! en las consecuencias de esa miopía americana (que tiene larga tradición desde kissinguer, a quien Splenger no ahorra sus puyas) que está permitiendo el avance del ISIS, con la mirada complaciente de los Saudíes y Qataríes, mientras que, por lo menos, Rusia intenta frenar la caída de Siria, lo que supondría una tragedia para Europa. EEUU debería comprarse unas gafas, aunque fueran pagada por Europa. Quiero decir, Europa debería dejar de seguir la consigna ajada y errónea de Washington, replantearse sus intereses prioritarios, dejarse de ilusiones que ella misma es incapaz de cumplir. Si Rusia es un gigante con los pies de barro, Europa no lo es menos, aún que el nivel de consumo se cien veces mayor (no dejen de leer el último W. Münchau sobre el verdadero significado de "mercado único"). Quizas en Rusia se viva peor, pero tiene un ejército cien veces más temible, aunque nosotros sumemos el de Reino Unido, que, ejem, está desojando la margarita de si se marcha a hacer gárgaras.
Todo proviene de que EEUU sigue creyendo que el enemigo número uno de Occidente es Rusia. Es decir, EEUU es el responsable de la devastación, pero sigue diciendo que la principal misión de la OTAN es contener el imperialismo ruso.
Splenger (seudónimo de David Goldman), se regodea ¡amargamente! en las consecuencias de esa miopía americana (que tiene larga tradición desde kissinguer, a quien Splenger no ahorra sus puyas) que está permitiendo el avance del ISIS, con la mirada complaciente de los Saudíes y Qataríes, mientras que, por lo menos, Rusia intenta frenar la caída de Siria, lo que supondría una tragedia para Europa. EEUU debería comprarse unas gafas, aunque fueran pagada por Europa. Quiero decir, Europa debería dejar de seguir la consigna ajada y errónea de Washington, replantearse sus intereses prioritarios, dejarse de ilusiones que ella misma es incapaz de cumplir. Si Rusia es un gigante con los pies de barro, Europa no lo es menos, aún que el nivel de consumo se cien veces mayor (no dejen de leer el último W. Münchau sobre el verdadero significado de "mercado único"). Quizas en Rusia se viva peor, pero tiene un ejército cien veces más temible, aunque nosotros sumemos el de Reino Unido, que, ejem, está desojando la margarita de si se marcha a hacer gárgaras.
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