"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 11 de noviembre de 2015

El dinero del futuro. Bitcoin y otras milongas

Bitcoin es el contrapunto perfecto a la realidad. Fue un invento de un desconocido que se ha atraído el fervor de los “austéricos" por una sola razón: la oferta que hay disponible de bitcoines es resultado de un algoritmo que nadie conoce, ergo es como si fuera el patrón oro en sus buenos tiempos.
Precisamente el problema del oro es que su oferta como moneda dependía de las minas en explotación y del descubrimiento de nuevas minas. Si las minas abiertas se agotaban, y no aparecían otras nuevas, el oro escaseaba, su oferta no podía aumentar tan rápido como su demanda, por lo que su precio aumentaba sin límite. la subida del oro, para los países atados al sistema monetario-oro, era idénticamente igual a una deflacion de todos los precios de la economía.

Por eso Bitcoin pone cachondos a sus fanáticos: les encantan las deflaciones. Tienen tanta fobia a la inflación, por moderada que sea, que para ellos es mucho mejor una deflación “porque así sólo sobrevivirán los activos y lso empleos que de verdad valen algo”. Para ellos la inflación cero que hemos padecido en los últimos años es la situación óptima para invertir y crecer.
Pero vean la trayectoria del tipo de cambio de bitcoin con el dólar desde su lanzamiento (gráfico que tomo de David Glasner):



¿Nada tranquilizador, no, que tu dinero esté subiendo y bajando el día antes que tengas que ir a comprar algo? No es lo mismo tener en tu cuenta X bitcoines a 375 dólares  que al día siguiente esos X bitcoines se ha convertido en (X-X*25)/$. ¿quién puede dormir tranquilo? sólo un especulador que está en la pantalla aprovechando los vaivenes del mercado para ganar o perder. En todo caso, es difícil pensar el bitcoin como un deposito fiable de valor, unidad de medida de los demás bienes, y medio de cambio. (definición habitual del dinero).

Toda obsesión con fijar el dinero en una materia es una aberración, una extremada simplificación del mundo que olvida que el dinero es esencialmente una institución evolutiva. Cuando el oro era dinero, nadie sabía teorizar sobre ello, la gente lo tenía mitificado y como tal su demanda era inelástica al precio. Pero ha de recordarse que no era un medio de pago cómodo y útil, que era mejor depositarlo en un sitio de confianza y usar para las transacciones la letra de cambio, el cheque, el pagaré, cuya aceptación dependía de la credibilidad del emisor. Por supuesto, el oro no era asequible a la mayoría de la población, que debía conformarse con monedas de baja calidad para las transacciones diarias. Estas monedas intentaban mantener una relación fija con el oro, no siempre estable. también había sistemas bimetálicos, de oro y plata, ésta como un metal precioso aunque menos. Las relaciones entre las monedas de ambos eran motivo de constantes problemas derivados de la eventual variación de la oferta relativa de uno y otro metal. el bimetalismo pretendía dotar de más elasticidad a la oferta de dinero y, pese a los problemas, el bimetalismo fue el sistema que más tiempo estuvo vigente.
Poco a poco ese sistema de letras y pagarés fue evolucionando, hasta que el gobierno se convirtió en el principal y luego único emisor de dinero.

No hay mayor credibilidad que la del estado. cuando el estado empezó a emitir sus propias letras, su propio papel, le fue fácil hacerse con el monopolio por mayor seguridad. Le bastó legislar que sólo el dinero emitido por su banco era válido para saldar deudas con Hacienda. y ahí se acabó el dinero privado. El estado podría emitir más barato, ganando sin embargo un beneficio o renta del monopolio, llamado “señoreaje”, que es el beneficio del Banco central ganado por el gobierno, como propietario del tinglado (algunos imbéciles -sin embargo titulados- confunden el señoreaje con el impuesto de la inflación. No tiene nada que ver. El señoreaje se nutre de la diferencia entre el tipo de interés al que emite el BC y el que cobra por prestar.

Bitcoin no puede ser el futuro dinero. El futuro dinero será la ausencia de dinero físico, pero no será bitcoin la referencia universal, la unidad de cuenta, que será seguramente la única función del dinero del futuro.

De las tres funciones del dinero -unidad de cuenta, deposito de valor, medio de cambio- sólo la primera tendrá sentido en un mundo informatizado completamente - lo que no va a pasar de aquí a poco tiempo. El depósito de valor será la cuenta de activos netos que poseamos en el banco, con un saldo disponible en líquido, utilizable mediante tarjeta. Ésta será la que haga el papel de medio de cambio. En un mundo informatizado, el billete será redundante. No muy diferente de lo que casi hay ahora, salvo las numerosas transacciones realizadas con  billetes.

Pero eso no quiere decir que esté a punto de llegar, como pretende la UE, que quiere suprimir los billetes en 2017. eso es las ansias que tienen de cercarnos para que paguemos todos los impuestos que se les ocurra, que no serán pocos en una España y Europa quebradas a medio plazo. (Mi opinión sobre las prisas que tiene la QUE.)

Otros no menos imbéciles han deducido de este futuro probable que ya no habrá inflación ni deflación. Falso. en las cuentas de los clientes habrá un colchón de liquidez, y si, por las razones que fueran, todos deciden aumentar ese colchón, sólo lo podrá hacer vendiendo masivamente sus otros activos, lo que provocará una crisis exactamente igual como la que estamos inmersos. Los activos caerán, podrá ponerse en peligro la solvencia bancaria, y el BC tendrá que inyectar el exceso de liquidez demandado. Mientras surte efecto, habrá una caída de la demanda global de bienes, es decir, una recesión y una deflación tanto más fuerte cuanto más deudas hayan acumulado algunos. La ausencia de dinero físico no impedirá los excesos de crédito y de contracción.

Como es obvio, por otra parte: ¿no es lo que ha pasado en esta crisis, en  la que el dinero físico no ha tenido nada que ver?

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