La tabla [mesa] ha debatido sobre el 40 aniversario de la muerte de Franco cuando Fer [dibujante muy ilustrado] ha opinado que "hablando de Albert Rivera, a veces doy vueltas y pienso que es un poco un neofalangista". "Es un José Antonio Primo de Rivera del 2015. Es igual. Si analizas aquella España de aquella época y la de ahora, Albert Rivera es José Antonio Primo de Rivera", ha asegurado.
Seguro que ha analizado mucho de esa época el tal Fer, dibujante. El falangismo de JA se parece al liberalismo templado de AR como un huevo a una castaña. AR ha tenido bueno cuidado de rodease de gente competente, como el economista Luis Garcicano, profesor de la London School of Economics, aparte de una serie de gente muy preparada en todos los ámbitos. Recientemente, ante los atentados de París, ha dicho que va a formar un consejo especializado en el tema.
José Antonio partía de una emoción, y todo su desarrollo fue sobre todo eso, una emoción, que al principio no atrajo a casi nadie, por eso de la dialéctica del "puño y de las pistolas" con la que amenazaba a sus enemigos. No se atrae a un clase media con esas ideas, que, por cierto, no le gustaban nada a Franco cuando conoció al autor, y rechazó ir en una lista electoral con José Antonio en 1936, que se les ofreció para poder tener inmunidad parlamentaria. José Antonio también la rechazó, y fue hecho prisionero por la República y asesinado de mala manera.
Las propuestas de José Antonio sobre su "revolución" -pues era un partido que propugnaba la revolución fascista, otra más de las propuestas de derribar lo que había y empezar de cero- eran ensoñaciones basadas en una naturaleza humana que no existe. Era archienemigo del capital, y lo más que llegaba a hacer era reconocer la pequeña propiedad, en la que predominaría la agricultura, en una arcadia feliz, en la que los bancos serían nacionalizados. Una vuelta a un pasado inexistente. José Antonio era abogado, pero no parecía muy culto. Sus ideas le venían de la derecha intelectual española del XIX, y en materia de economía llegaba incluso a citar a Marx como fuente: un batiburrillo indigerible que nada tiene que ver con la derecha democrática ni con lo que el franquismo hizo, que fue dejar que la gente más preparada gestionara la economía, de la que Franco no tenía ni puta idea. La Falange fue manipulada por Franco, que en ningún momento dejó que tomara puestos de poder relevantes. De lo contrario, estaríamos ahora al nivel de Rumanía. Lo único que se le dio bien a JA fue la estética, el Cara al Sol y el uniforme, esas cosas que contribuyen a la propaganda. Al estallarla guerra, la violencia era ya incontrolada, y lógicamente la Falange atrajo a muchos.
Albert Ribeva, ¿ha propuesto el uso de los puños y las pistolas contra el régimen constituido? No que yo sepa. Ni veo que Garicano proponga nacionalizar la banca. En realidad, el programa de C's es el menos incoherente que se presenta a estas elecciones, el que tiene un perfil más realista y unos principios más, digamos, europeistas. Y no tien otra alternativa: si no queremos ir al socavón de Grecia, lo mejor es que nos adaptemos, de momento, a los condicionantes europeos (que a mí no me gustan), y luchar para que las enormes fallas en la gobernanza del euro se enmienden. No hay otra. Hay que jugar con las cartas que te dan, y no hay comodines ni ases ni figuras.
En este sentido creo que, teóricamente, C's presenta un programa más claro que el PP hacia la homologación europea - o por lo eso de algunos países, pues no tiene nada que ver el norte con el sur-. Ha sido realmente estimulante que Candido Méndez haya criticado el contrato único como "una ocurrencia", que es la pieza fuerte de Rivera. Si un corrupto antediluviano dice eso, es un algo bueno tiene. Si Rivera lo consigue, habría sido un avance histórico después de cuatro décadas de ir reformando malamente las leyes franquistas, contra la resistencia numantina de los sindicatos, que no quieren ceder el poder que obtienen de la ausencia de libertad u obligatoriedad sindical. Va a ser difícil: tendrá enfrente a los estamentos sociales, no sólo sindicales, residúos del franquismo, como la CEOE y los pescados de capital copados. Por eso digo que sería histórico, tanto o más que la ley del divorcio de la UCD.
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