¡Y a mí que me importa Cataluña, hombre!

Un excelente artículo de Gabriel Tortellá sobre Pujol. Excelente. Leo al final que está escribiendo un libro sobre Cataluña. Siento que el tema sea Cataluña, señor Tortellá, porque yo estoy hasta el mondongo de Cataluña y la mayoría de los catalanes.
Lo siento, pero no me despierta la ansiedad de saber, que es lo que me mueve. Mira que me han gustado los libros suyos que he leído, pero pensar en Cataluña no me dan ganas de comer papel, sino de todo lo contrario: vomitarlo.

¿Por qué será? quizás porque tengo descontado el futuro de Cataluña: un desastre, una caída en la mierda salpicando a todos, a España y a Europa. mirando al pasado, no me interesa la historia de esta locura colectiva cada vez más emparentada con la del nazismo. 

No tengo ningún respeto a... Sé positivamente que nos van a enmendar, con secesión en sin ella. Es más, mi objetivo es que salga lo más barato y pacífico posible. Digo los de pacífico porque no hay más que ver el vídeo de Companys declarando la independencia de Cataluña. Le gustaba la guerra al pájaro loco ese, y decía que iban a ir a la guerra que iban a ganar porque su ejército estaba perfectamente preparado y y ¡atención! Alimentado por ese pueblo catalán que amaba a su ejército. Algo así de siniestro se le ocurrió al vate ese.

Estoy seguro que si se independizan declaran la guerra a España y se lanzan a la conquista de la gran Cataluña. Si han sido capaces de llegar a dond han llegado acumulando gilipolleces vergonzosas, con esas ideas a base de rencor, la frustración que les llegará cuando el invento no funciona les lanzará a una guerra con España. Es la mayor razón de peso para que el gobierno central hubiera cortado esto en seco. Cuando se dice que esto sería como pisar un avispero, se olvida que más de la mitad de los catalanes está en contra del invento. Por lo tanto, Ese riesgo es grande, además, porque no es imposible que haya un conflicto civil, en un ¿país? Que nacería dividido en dos.
Otro riesgo es no mereció demostración/ que el PV está a la expectativa de lo que pasa para dar su salto.
Si no fuera por esos riesgos, que se fueran sería una bendición. Ahora mismo se llevan más de lo que nos dan. Es una región que nos cuesta deuda que el estado ha de asumir. Aparte del mal ambiente y la incertidumbre que crean.
Así que lo único que me importa es que alguien con la cabeza fría liquide el problema. Cuando una empresa quiebra por la mala gestión de sus dueños, se hace concurso de acreedores y se liquida. Intentar sostenerla retiene capital en un sitio, cuando se podría sacarle provecho en otro. E sea pronto. Su historia no me interesa.
en fin, que estoy de acuerdo con Pblo Bastida cuandod decía:

Pablo Bastida dijo...

Por mi como si se van a la mierda, Miguel. Hace unos días hoy a Jordi Evole decir que una gran parte de los catalanes están enamorados de la idea de la independencia, así que todo lo que oyen decir contra ella les resbala; es como cuando te has enamorado de una chica, te da igual lo que te cuenten de ella, que si es cochina, que si es una golfa, terminas peleándote con tus amigos por ella. 

Yo tengo una explicación menos romántica: de lo que se han enamorado los catalanes es de si mismos. Evidentemente en eso no se parecen en nada a los españoles en general: se comparan con Dinamarca (por cierto, Dinamarca es un país prácticamente libre de corrupción, ¿no? Y de cultura capitalista protestante, ¿que son los catalanes, luteranos o calvinistas?), todo lo que les ha impedido ocupar el lugar que se merecen en la Champions League de las naciones es el "Espanya ens roba". Carmen Forcadell, flamante nº2 en las listas del "Junts pel tres per cent" decía hace unos días que son inmunes a boicots y demás consecuencias negativas de la secesión porque en Cataluña hay ¡6000 multinacionales! ¡Coño! ¡Más que en Estados Unidos! LLevan oyendo esa música desde hace décadas, como poco, y esa es el tipo de música que a todos nos gusta oír, que buenos que somos, la culpa de todo es de los demás... Mientras que no se les pase ese ataque de narcisismo no hay nada que hacer, y solo se les pasará con un buen baño de realidad, como el que narra V. Grossman en Vida y Destino, cuando el teniente Lenard contempla a la luz del crepúsculo lo que queda del 6º Ejercito, poco antes de su rendición.

Sí, señora Forcadell, torres más altas han caído.

A nosotros nos costará menos aprender a vivir si ellos que a ellos vivir sin nosotros.