Carmena, empeñada en travestirse en señorona

Esta Carmena que el destino nos ha depositado en la alcaldía de Madrid, está tan empeñada en reescribir la historia, que en Nochebuena hizo una función de Caridad, ella de protagonista ¡Ella, que no cree en en Cristo, ni el la Caridad! No importa. Como no ha visto la enorme película de Berlanga, "Cándido"Candido" se ha vestido de señorona, y ha dado una cena con langostinos a 220 pobres. Solo le falta tener director espiritual, pues ya tiene un pobres.

¡Qué bien le vienen los pobres a estos comunistas agazapados durante el franquismo y la Transición, ahora que han salido de las cloacas, de "sus" cloacas -pisos con alfombras persas y calefacción-... Magnifico, han dicho, ¿dónde están los Pobres? (No han visto uno en su puta vida, a no ser en el tribunal desde el podio de jueza) y oteando el horizonte, zas, han encontrado, o fabricado, 220 pobres. ¿Por qué 220, y no 2200? No se sabe. Los periodistas, la clase periodística, la casta periodística, los García Ferreras y los Évoles, El País (ese periódico "superior") están tan arrobados con el gesto carmení, que no preguntan. A ellos les va bien 22 que 220. Incluso 22 queda más íntimo.

Yo les invito que vayan a YouTube, o donde sea que esté, y vean esa gran película berlanguiana de los años sesenta. En la película, Cándido Plácido es un transportista -un autónomo, como diríamos ahora - cuyo capital es un motocarro con el que hace repartos. El motocarro no lo ha acabados de pagar: debe unas letras. Mientras, vive de okupa en unos urinarios (sic), con su familia, suegro incluido. Hago notar, de pasada: Es obvio que entonces los okupas eran veraderos okupas, por necesidad, no como ahora, que tienen carnet.

Por el barullo de la fiestas navideñas, y que la ciudad ha organizado una cena de pobres en las casas de los "ricos", el notario no tramita la letra mensual, y Cándido Plácido se pasa la película trabajando para la organización de la "cena de pobres" e intentando arreglar lo de su letra, para que no le embarguen el carromato. Carromato que va y viene por la ciudadanía llevando una enorme estrella tambaleante, con un villancico sonando en el altavoz escacharrado, siguiendo la caravana de los pobres. Se suceden escenas, tan españolas, de cenas, pobres que no saben estar en la mesa, hilarantes a la par que sombrías. La España entre tierna y no acabada, esa España que Carmena, por su edad, tiene que recordar. Y si no, que vea "Candido".

Bueno, al grano. Lo que quiero decirle a Carmena. Señora, tiene ud todo el derecho del mundo a creer que ha reinventado la Cena de Pobres, o creer que se ha convertido en una señorona de esas que ud tanto odia. Me da igual, si quiere ud hacer el ridículo, dando cenas a 220 pobres mientras que los ex empleados de su marido no cobran su indemnización... Ah! que esos no son pobres! bueno, no creo que naden en dinero; a lo mejor uno de los 220 era uno de esos empleados del inmoral de su marido... ¿O indecente? bah, viene a ser lo mismo.

Sólo espero que por su culpa no haya algún Cándido - algún ex empleado - que no haya podido pagar su letra vencida, que es lo único que le importa para seguir trabajando y manteniendo a su familia. Letra: algo que ud seguramente no conoce más que vagamente, y que sirve para que a los pobres trabajadores les den crédito. Es la documentación de una deuda, eso que ud y su marido no reconocen, repudian mediante triquiñuelas leguleyas, que es la forma más señoritil de ir por la vida. Realmente, Manuela, es ud una señorona.

Hechos relativos al Eduardo Leira y Manuela Carmena, para los que no lo sepan.

Como bien informó Libertad Digital en su día, en enero de 2010 el marido de Carmena –Eduardo Leira, administrador único de la empresa de arquitectura i3 Consultores– había dado de alta a sus trabajadores. Hasta entonces, los había tenido como falsos autónomos. Al darles de alta, lo hizo reconociéndoles una categoría inferior a la que les correspondía. En agosto de ese año dejó de pagarles.

Al disolver su sociedad de gananciales en noviembre, Carmena se quedó con el 100% de su vivienda familiar y su marido se quedó con el 100% de la empresa. Es decir, Carmena se quedó con un activo que valía más de un millón de euros y su marido se quedó con una empresa en quiebra.

En marzo de 2011, varios trabajadores de i3 Consultores demandaron a Leira por impago. Distintos Juzgados de lo Social de Madrid les dieron la razón y condenaron a su marido a pagarles sus sueldos y a indemnizarles. Pero en el momento de ejecutar las sentencias Leira se declaró insolvente y no pagó. En septiembre de 2011 Carmena hipotecó su casa y recibió cerca de 500.000 euros. Al mismo tiempo, su marido le cedió una finca en El Espinar (Segovia).

Todo esto lleva a que, a fecha de hoy, Carmena tenga un patrimonio de 2,5 millones de euros, su marido diga que es insolvente y a sus exempleados se les deban 500.000 euros.

(Libertad Digital, P. Manglano. Lean el artículo completo para informarse de otros hechos sorprendentes.)