"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 13 de diciembre de 2015

La mentalidad conspiranoica en el instituto

¿De dónde viene el furor conspiranoico de las mal llamadas redes sociales? (Desde luego no hacen sociedad, al contrario). Cada vez que me meto para lanzar un post recién escrito, tengo la sensación de que tendrá éxito sólo si se arrima a una de las visiones conspirarivas que por millares se dan de puñetazos por destacar, entre el sexo barato y la violencia gratuita, a veces justificada por ir contra la violencia machista, o la violencia política, o la esxcusa que pase por ahí. Una vez fui baneado de una red asocial porque no me arrimaba bastante a la teoría de la conspiración.
Según el autor que reproduzco, parece que la conspironoia está bien asentada en la enseñanza. Ya lo sabía, pero la descripción que hace me parece ilustrativa.
De Manuel Arias Maldonado
 

"Tuve el placer de dar una charla en un instituto malagueño con motivo del Día de la Constitución. Pude conocer así de primera mano el régimen de percepción de unos adolescentes que pronto serán, también, votantes. ... Naturalmente, hay que descontar las patologías propias de la adolescencia: todos hemos estado ahí. Sin embargo, por debajo de tales desarreglos naturales puede detectarse un discurso generacional modelado por la crisis y hambriento de bienestarismo, alegremente salpimentado con teorías conspirativas y simplificaciones monocausales.

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Dejando a un lado el rabioso antimonarquismo, dos temas destacaban por encima de los demás. Por un lado, los derechos sociales: para qué el derecho a la vivienda si no te dan ninguna. Trataba uno de explicar que una cosa son los derechos fundamentales y otra los principios informadores de la política social, pero la distinción no les resultaba convincente. Seguramente por la creencia de que la provisión limitada de bienes públicos es una maldad del gobernante. En todo caso, dada la «pasión por la igualdad» que constituye el lema del peronismo andaluz, su demanda es inevitable; también la hacen los mayores.

Más interesante resultó la queja sobre la manipulación informativa. Un estudiante afirmó que cada día son censurados «un millón de artículos» en los periódicos españoles, mientras las televisiones manipulan sistemáticamente a sus audiencias. Hube de preguntarle por sus fuentes, y el estudiante señaló a su derecha. Se sentaba allí una profesora que tomó su testigo, para sostener apasionadamente que a los gobiernos interesa que los ciudadanos desconozcan la verdad: el lavado de cerebros como cualidad del sistema. Me limité a replicar que nuestros medios serían más libres si los españoles pagasen por ellos y que el pluralismo informativo proporciona a los ciudadanos la oportunidad de formarse una opinión autónoma, si así lo desean: nadie puede obligarles. Pero los alumnos parecían convencidos de que es imposible estar bien informado: eso es perder el partido antes de jugarlo.

Este pequeño episodio me resultó sintomático de un mal español: la facilidad con la que tomamos el atajo de la ideología para explicar la realidad. Sería deseable que la escuela, como insiste Sánchez Ferlosio, se centrase en aquello que le es propio: la instrucción. Para compensar el romanticismo juvenil, nada como la vacuna del empirismo: contra las hormonas, los hechos. ¡Ya conspirarán ellos solos cuando salgan de clase! Huelga decir que la mayoría de los profesores adoptan ese enfoque profesional (¿?). Pero ni la jibarización de los planes de estudio ni el camorrismo ideológico dominante fuera del aula son de mucha ayuda. Tampoco la obsesión por que la escuela transmita «valores» e instile «espíritu crítico». Yo prefiero que transmita conocimiento: lo demás ya vendrá solo."

La ineducación avanza, a la par que crece las teorías conspiranoicas, que no son solo de la adolescencia. Él camorrismo ideológico dominante ya no es por defección del sistema, sino que es promocionado por partidos bien conocidos, a los que sin embargo se les concede estatus de dignidad democrática. Francamente, no veo ningún avance.
 
Y sobre las redes sociales, yo les aplicaría la teoría keynesiana de la "Falacia de la Composición": lo que hacen las partes puede tener sentido individual, pero el conjunto es una algarada de potenciación de lo asocial. Ayer me reprochaba un twittero que yo dijera que hubiera sido mejor que Borrell hubiera sucedido a Felipe González, y no Zapatero. Me lo reprochó. No por nada, sino porque Borrell era "igual de europeista que Zp". Vaya razonamiento, o no razonamiento. Con ese criterio, le dije, no vas a encontrara a nadie digno de gobernar, si no lo es suficientemente anti europeo. Yo sólo estaba comparando capacidades. A lo mejor Borrell hubiera sido un buen antídoto contra Rajoy. O no, pero no hubiera dejado la imborrable huella que dejó el infame Zp (que sigue defendiendo a Maduro. ¿Por qué no se va de una vez a Podemos?). Estoy seguro que respecto a la secesión catalana, hubiera sido menos complaciente.
 
Bueno, no es más un ejemplo del enrarecido ambiente español. No creo ir sea sólo la crisis.
 

1 comentario:

Pablo Bastida dijo...

Magnífico post. Sobre lo del enrarecido ambiente español, recuerdo lo que lo que decía un conocido argentino que vivía en mi Murcia natal desde hacía varios años: "todos ustedes dicen que acá se vive mejor que en ninguna parte; yo digo que si solo se dedican a comer y a beber, sí que es cierto". No tomes disgusto, haz como tus compatriotas y disfruta, que son dos días.